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21 de abril de 2010
Contribuyó a la profesionalización de la ciencia y al desarrollo del oficio del investigador, afirmó el rector de la UNAM, José Narro Robles
México, D.F.- Marcos Moshinsky Borodiansky ha sido uno de los científicos más influyentes y reconocidos en la historia de la ciencia de nuestro país. Contribuyó a la profesionalización de esa actividad y al desarrollo del oficio del investigador en México, afirmó el rector de la UNAM, José Narro Robles.
Además, hizo importantes aportaciones significativas a la cultura y a la ciencia nacionales; tuvo una presencia sobresaliente en el ámbito de la investigación, y más allá de su propio campo, aportó a la construcción del sistema nacional de ciencia y tecnología, añadió.
En la ceremonia de homenaje al físico, celebrada en el Patio Principal del Palacio de Minería, Narro Robles expuso que este reconocimiento tiene la función de volver los ojos no sólo a un pasado reciente, sino fijarlos en un horizonte de futuro, donde Moshinsky resulta un referente para motivar el esfuerzo de las nuevas generaciones.
Constituye, abundó, un modelo de universitario y académico integral que supo conjugar y cultivar diversos intereses en diferentes ámbitos del conocimiento y del quehacer humano. “Con su desaparición, la UNAM y el país no sólo perdieron a uno de sus académicos e intelectuales más distinguidos, sino a un gran líder científico y moral”.
En nombre de la familia del físico, fallecido el uno de abril de 2009, Abraham Klip Moshinsky sostuvo que su tío se dedicó en cuerpo y alma a la Universidad Nacional. Su amor a la familia, a la educación, a impulsar a los jóvenes y a prepararse para ser mejores, son valores que representan su esencia indivisible.
Por su parte, Guillermo Monsivais Galindo, director del Instituto de Física (IF), al hablar de Moshinsky como miembro de esa entidad, señaló que se trata del físico mexicano más conocido en el mundo, y el investigador que más lustre ha dado a esa entidad universitaria. “Su perfil de académico es el legado más importante que deja a la UNAM y en particular al IF; constituye un ejemplo excelso a seguir”.
Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Desarrollo Institucional y presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, destacó que Moshinsky Borodiansky, también miembro de esa organización, se dio cuenta que el conjunto de conocimientos era la puerta del futuro. Sus acciones y palabras reflejaban su pasión por la profesión y por la formación de los nuevos investigadores. Su dedicación, disciplina y talento lo definen como un mexicano ejemplar, orgullo para la UNAM, para esa instancia y para el país.
En su oportunidad, Manuel Peimbert Sierra, presidente en turno de El Colegio Nacional, recordó que Moshinsky fue electo miembro de esa institución en 1972, y estuvo activo hasta sus últimos días. Todos sus esfuerzos se encaminaron al establecimiento de una tradición científica, necesaria para el desarrollo del país y de toda Latinoamérica.
En tanto, Jorge Flores Valdés, coordinador del Consejo Consultivo de Ciencias, manifestó que el físico de origen ucraniano fue, como académico, un gran hombre de ciencias; luchó por mejorar el ambiente académico que lo rodeaba, atacaba problemas de frontera con técnicas novedosas que él mismo desarrollaba, y publicó en las mejores revistas. Fue muy prolífico, y guía de un gran número de investigadores mexicanos y extranjeros.
A su vez, Luis Felipe Rodríguez Jorge, presidente de la Sociedad Mexicana de Física, refirió que el desaparecido investigador emérito de la UNAM, siempre tuvo muy cerca del corazón y del cerebro a esa agrupación, de la cual formó parte, y donde inspiró a sus otros miembros por su profesionalismo y dedicación. Sin importar los años y los problemas, siempre fue creativo.
Asistieron a la ceremonia, el ex rector José Sarukhán y Olga Hansberg, presidenta en turno de la Junta de Gobierno, entre otros directores, investigadores y alumnos.