La Jornada
23 de marzo de 2011
Emir Olivares
Gobierno y ciudadanos deben participar en tareas de preservación y cuidado del líquido
En 50 años la disponibilidad per cápita pasó de 5 mil a sólo 400 litros: investigador de la UNAM
Los problemas de acceso y distribución del agua en México deben ser resueltos mediante la colaboración entre los gobiernos y los ciudadanos. En esta tarea es necesario actuar de inmediato, pues de lo contrario podría estallar una crisis hídrica en el país, advirtieron especialistas en el tema.
Desigualdad en la distribución, contaminación de los mantos acuíferos, ineficiencia del servicio, nula captación de agua de lluvia, crecimiento de la población y fugas y desperdicio, ya sea por la mala calidad de las instalaciones hídricas o por la incultura ciudadana, son algunos de los principales problemas que México afronta, según se dijo en el contexto del Día Mundial del Agua, celebrado ayer.
Luis Marín Stillman, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e integrante de la Red del Agua de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), aseveró que la problemática es real, pues en 1976 en el país se habían explotado 36 acuíferos, cifra que se incrementó a más de 100 para 2002, y este año podría alcanzar 150.
Indicó que las autoridades están planteando soluciones futuras –a 20 o 30 años–, cuando lo urgente es dar respuesta a la problemática actual, pues en los pasados 50 años la disponibilidad per cápita de este recurso pasó de 5 mil a sólo 400 litros.
Cómo ahorrarla
El especialista propuso algunas soluciones para contrarrestar los conflictos por agua, como generar instrumentos para captar el agua de lluvia, sobre todo en zonas urbanas; disminuir 10 por ciento el uso del líquido en el sector agrícola; reinyectar las cuencas; invertir en la modernización de los sistemas, donde 40 por ciento del producto se desperdicia por fugas debido a lo viejo de las instalaciones, y que se pague un precio “justo” por el servicio.
Eduardo Cota, de la asociación civil Pronatura, afirmó que hasta ahora la política en dicho asunto se ha basado en hacer trasvases entre cuencas, sin contemplar la viabilidad de dichas fuentes a largo plazo, lo cual abastece a algunas zonas en perjuicio de otras.
Es necesario –dijo– que se cuiden mucho más los bosques, como forma natural de recepción y filtración de agua hacia el subsuelo, ya que “durante años se han erogado grandes recursos para bombeo, lo cual genera mucho gasto de combustible y emisiones contaminantes a la atmósfera, cuando se deberían explotar más las partes altas de las cuencas”.
Asimismo –dijo–, es indispensable que se involucre a diversos sectores en la solución de este problema y no se dependa sólo de lo que hacen los gobiernos. “Si reconocemos que el agua es de todos, tenemos que participar todos: empresas, organizaciones no gubernamentales, universidades, etcétera. Estamos dejando todo el paquete al gobierno, como si con una varita mágica pudiera sacar agua de donde no la hay”.
Diana Birrichaga, académica de la Universidad Autónoma del Estado de México e integrante de la Red del Agua de la AMC, subrayó que se trata de un recurso “no renovable”.
Cuando el agua empezó a llegar con mayor facilidad a los hogares hubo mayor desperdicio. Ejemplificó que en el siglo XIX y principios del XX en México se consumía un promedio de 12 litros diarios por persona, en tanto que con la modernización del servicio la cifra se elevó a 250 litros por habitante para la segunda mitad del siglo pasado y el actual.
Sin embargo, señaló que ese “desperdicio irracional” es diferenciado, pues mientras en algunas zonas del país –sobre todo de sectores económicamente altos– una persona llega a consumir más de 500 litros diarios, en regiones como Iztapalapa no se alcanzan 50 litros por individuo.
Para la académica, las soluciones tienen que comenzar por el uso racional del agua –incluidas autoridades y ciudadanos– e inversión constante para mantener los servicios de distribución con un funcionamiento adecuado. “En regiones donde no se da mantenimiento se pierde 40 por ciento del agua en fugas o fracturas.”
Eduardo Vázquez, director ejecutivo del Consejo Consultivo del Agua, apuntó que la problemática en torno del líquido es muy diversa, por lo que la Agenda 2030 debe contemplar todos los factores relativos a ella.
“Es un asunto de amplio alcance: cobertura universal, tratamiento y suministro, equilibrio de las cuencas, contaminación de las fuentes superficiales y subterráneas y, sobre todo, el impacto del cambio climático en la disponibilidad y calidad del líquido”.
Sin embargo, coincidió en que la solución debe alcanzarse con el esfuerzo de todos los sectores sociales. “Debe permitirse a los ciudadanos tener una voz que incida en la mejor administración de los recursos hídricos, y también hay que generar mejores políticas públicas que permitan tener información necesaria para hacer ajustes.”
Por su parte, el director de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege, afirmó que si la gente hiciera un uso racional de los recursos hídricos del país, con medidas sencillas que pueden tomarse en la vida cotidiana se ahorrarían por lo menos 100 litros diarios de agua por persona.
Luego de participar en un acto conmemorativo por el Día Mundial del Agua, el funcionario señaló que en el cuidado del líquido es indispensable la participación de los ciudadanos.
Con acciones sencillas, como poner una cubeta bajo la regadera mientras sale el agua caliente para después reutilizarla en el WC, cerrar la llave mientras uno se enjabona; lavar autos sólo con una cubeta en vez de con la manguera y regar las plantas en la noche, podrían obtenerse ahorros significativos, dijo.
Fernando Camacho