La Jornada
3 de marzo de 2007
El Correo ilustrado
Maestro Alberto Sánchez Cervantes:
En tanto que responsable de la organización de la Olimpiada de Historia a la que hace usted referencia en su carta a La Jornada del pasado 28 de febrero, respondo a su preocupación respecto a las cuatro preguntas del concurso que le parecen ridículas. Como usted bien sabe se enseña también por medio del juego. En latín la palabra ludum significa tanto escuela como juego. La intención de las cuatro preguntas que a usted escandalizan es introducir un elemento lúdico en el concurso. Vale la pena recordar también que la olimpiada es una competencia, un concurso, y no un examen. De ahí que nos hayamos permitido libertades como las que usted señala. No creo que ello comprometa el conocimiento de la historia de México ni nuestro interés en fomentar su estudio.
Atentamente.
Soledad Loaeza, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, coordinadora de la Olimpiada de Historia