Los cambios dejan intactas lagunas advertidas por expertos y pedagogos

La Jornada
19 de agosto de 2005
José Galán

Se advierte caso omiso a propuesta hecha por la AMC hace un año

Sin ofrecer razones académicas para sustentar los cambios ni incluir las observaciones hechas por expertos, como el Comité de Especialistas en Educación de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), el plan piloto o primera fase de la Reforma Integral de la Educación Secundaria (RIES) deja lagunas advertidas con anterioridad por expertos y pedagogos.

En una comparación con la propuesta del comité de la AMC y las lí­neas generales de dicha reforma, por ejemplo, no se explica la formación de nuevos profesores o la actualización de los existentes, tema en que los expertos de la AMC insistieron en su propuesta a la Secretarí­a de Educación Pública (SEP); tampoco se aclara la disminución de contenidos en ciencia y tecnologí­a, más centrados en temas disciplinarios que en adquisición de competencias generales y sin heterogeneidad, y no especí­fica si la enseñanza de historia se impartirá a partir del siglo XVI, como era la propuesta original, o si la opinión de la sociedad tuvo efecto y se incluirán temas prehispánicos.

Las consideraciones sobre estructura general, mecanismos de aplicación y cambios curriculares y de gestión, contenidos en la propuesta elaborada por los expertos y que la AMC entregó a la SEP, se conformaron con la participación de 15 especialistas en las diferentes áreas del mapa curricular, quienes fueron convocados a la reunión celebrada el 4 de agosto de 2004 en la sede de la Subsecretarí­a de Educación Básica y Normal, y fueron sintetizadas y procesadas por un equipo a cargo de Ricardo Cantoral, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional.

Un año después, la propuesta de la AMC parece haber caí­do en el vací­o, fuera de, precisamente, aplicar ese plan piloto. Ya lo advertí­a dicha academia: si bien es necesaria la búsqueda de una reforma a la educación secundaria para establecer condiciones tendientes a que todos los egresados de primaria puedan acceder oportunamente al siguiente nivel y permanezcan en la escuela hasta concluir la enseñanza básica, y que todos los alumnos aprendan, independientemente del grupo social o económico al que pertenezcan, estos elementos serán insuficientes en tanto no logren el mayor de los acuerdos en el ámbito de los actores educativos, y que, si bien puede contribuir en el abatimiento del rezago educativo, por sí­ misma no podrá lograrlo.

La propuesta de la AMC dio su beneplácito en general a la idea de la reforma a la secundaria -en la que prácticamente todos los actores están de acuerdo-, pero adelantó la necesidad de «ciertas adecuaciones», entre ellas poner en claro las razones académicas que llevaron a cambios especí­ficos dentro de las asignaturas en lo particular; no se ha explicado la razón de prescindir en los contenidos de la enseñanza secundaria de la historia en aspectos referentes a los siglos anteriores al XVI; o bien, la elección del enfoque cientí­fico en la asignatura de ciencia y tecnologí­a, más propicia para el desarrollo del pensamiento cientí­fico en detrimento quizá del pensamiento tecnológico.

«La tecnologí­a no parece ser, en todo caso, un contenido transversal, sino que es usado de diferentes maneras en las diferentes asignaturas en lo especí­fico», sostiene el documento. Por ello, el panel de expertos sugirió a la SEP hacer más explí­citas las razones académicas que motivaron los nuevos planteamientos curriculares, «atendiendo a la opinión consensuada de profesores, investigadores y funcionarios educativos, a fin de evitar malas interpretaciones». Entre las propuestas generales, la AMC consideró «el recurso de pilotear los programas, a fin de que las diversas asignaturas puedan sustentar académica y cientí­ficamente las razones del cambio curricular, y que permita a su vez evaluar las posibilidades reales de reproducibilidad en el paí­s entero bajo condiciones heterogéneas y en escuelas secundarias de modalidades diversas». Aquí­ se basó el plan piloto de la SEP. Pero nada más.

Y para poder disponer de datos para el futuro, la AMC consideró fundamental dar un seguimiento académico especializado, independientemente de la SEP, que acompañe, por varios años, esta reforma, a fin de documentar sistemática y profesionalmente sus consecuencias y alcances, propuesta que aún está en duda si fue aceptada.

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