Milenio Diario
25 de octubre de 2006
milenio.com
¡Es conveniente para México participar de tal dinámica, so pena de profundizar rezagos o de desatender los reclamos sociales!, advirte Rafael Loyola, secretario técnico de Investigación y Vinculación de la Coordinación de Humanidades de la UNAM.
México, DF.( A pesar de que en México el conocimiento y la innovación no están entre las prioridades nacionales, ¡estamos obligados a reflexionar sobre sus impactos!, aseguró Rafael Loyola, secretario técnico de Investigación y Vinculación de la Coordinación de Humanidades de la UNAM.
Al leer un mensaje enviado por Mari Carmen Serra Puche, titular de dicha Coordinación, agregó que la investigación y el desarrollo tecnológico se han afirmado en la compleja competencia internacional, como un elemento estratégico para elevar el nivel de vida de la población, reestructurar el modelo económico, afianzar supremacías nacionales o para buscar un espacio entre los que dominan.
¡Por ello es conveniente para México participar de tal dinámica, so pena de profundizar rezagos o de desatender los reclamos sociales!, advirtió.
Por su parte, René Drucker, coordinador de la Investigación Científica, al inaugurar el Coloquio Ciencia y í‰tica en la Globalización, organizado por la UNAM, la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), el Instituto de Investigación y Desarrollo (IRD) de Francia y la Embajada gala en nuestro país, destacó que esta casa de estudios siempre está al frente de los movimientos sociales y científicos importantes de la nación.
Nos da mucho gusto compartir con los colegas franceses un problema tan serio como el de la ética en la globalización y la ciencia, asunto que no se discute con frecuencia.
Ojalá que se generen consensos sobre cómo debe comportarse la comunidad científica nacional ante situaciones tan importantes como éstas, subrayó.
Rafael Loyola aseveró que los expertos e instituciones de ciencia, humanidades y desarrollo tecnológico, ¡debemos reflexionar y sugerir normas y procedimientos básicos en temas como: responsabilidad social del investigador, propósitos de su trabajo, la manera como se lleva a cabo, beneficiarios de los resultados, profesionalismo de la divulgación y la distinción entre hacer ciencia o proselitismo político con ropaje académico!.
Dijo que en la búsqueda de referentes y normas que ayuden a mitigar los desequilibrios sociales de este siglo, a fin de generar mejores condiciones de acceso a la sociedad del conocimiento y lograr que su aprovechamiento mejore el bienestar de la población, también se debe incluir la agenda de la ética.
Hoy día, es imprescindible encontrar la manera de abordar realidades como la mono y homoparentalidad, las relaciones estables entre personas de un mismo sexo o los cuestionamientos éticos y las repercusiones jurídicas de las aplicaciones médicas de las células troncales, junto con el resguardo y aprovechamiento social de la biodiversidad, indicó.
Apuntó que las fortalezas de México en investigación se han logrado en las últimas tres décadas.
Ello ha propiciado la creación reciente de una comunidad de especialistas, la diversificación de la generación del conocimiento, el fortalecimiento de instituciones científicas y la emergencia de problemas que tienen que ver con la práctica de la investigación, la manera de ejercerla y con los valores que se han puesto en juego, es decir, la ética.
En presencia del embajador de Francia en México, Alain Le Gourriérec, y de Abdelghani Chehbouni, representante del IRD en el país, señaló que este Coloquio se celebra en un momento oportuno, dado el papel del pensamiento y el desarrollo tecnológico en la acelerada transformación social, pero sobre todo por el lugar que desempeñan en las hegemonías internacionales.
A su vez, Juan Pedro Laclette, presidente la AMC y director del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, comentó que la interrelación entre ciencia y ética es mutuamente dependiente.
Por ello, no se puede considerar que está desarrollada toda la ética que se requiere para dar cabida a los nuevos conocimientos; es decir, está abierta la discusión sobre cuestiones como la apropiación de la información genética.
En la actualidad, la ciencia no sólo ocurre en universidades, sino también en laboratorios controlados por los gobiernos o la iniciativa privada.
Por lo que las interrelaciones entre la globalidad y la ciencia tienen consecuencias de índole general y específica, argumentó.
¡Vivimos en una aldea global, los medios modernos de comunicación permiten informarnos de un suceso que ocurre en un rincón del planeta, y el resto de la sociedad se entera prácticamente de manera inmediata!, añadió.
En su turno, Alain Le Gourriérec consideró que el tema de la ciencia y la ética en la globalización es importante y de completa actualidad en la opinión pública. De hecho, en Francia y en Europa está en desarrollo un amplio debate sobre nanotecnologías y ética.
De esa forma, el aspecto que se debe discutir es cuáles son las reglas éticas, cómo hay que seguirlas, pero también cómo definirlas y quién lo va a hacer, cómo se va a averiguar que se siguen estas normas; todas ellas preguntas difíciles de contestar, cuestionó.
Al dar la bienvenida a los asistentes y participantes, José Franco, director del Instituto de Astronomía, comentó que el tema que se discutirá durante dos días en el Coloquio no sólo es relevante, sino también pertinente en la actualidad.