Exonline
5 de mayo de 2009
Enrique Sánchez y Cintya Contreras
A partir de ayer funciona en la ciudad un Sistema de Alerta Sanitaria, similar al que se activa durante una contingencia ambiental. Con base en este protocolo se determinó reducir de rojo a naranja la alerta por el virus de influenza humana.
El jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, expresó que el cambio en la alerta no significa que se deba bajar la guardia, porque “el virus sigue presente. Debemos mantenernos en guardia y, por tanto, cuidar mucho las áreas de contacto de los servicios públicos o de los servicios que presten empresas con personas”.
El sistema tiene cinco niveles. El verde significa bajo riesgo y normalidad en las actividades. El amarillo implica riesgo medio y énfasis en las previsiones.
En naranja el peligro es elevado; hay brotes epidémicos, y la prioridad es atender a infectados y detener la propagación del mal con limpieza y restricción de la actividad económica y servicios públicos.
En rojo el peligro es alto, por lo que se recomienda permanecer en casa, se ordena suspender actividades económicas y servicios públicos no esenciales, así como clases. La situación puede tornarse más grave, por lo que el rojo pasa a “rojo más”.
El nivel de alerta será determinado por un Comité Científico de Vigilancia Epidemiológica y Sanitaria que se reunirá diario en contingencia y mensualmente en situación normal.
Este cuerpo colegiado fue instalado ayer y operará en coordinación con la Secretaría de Salud Federal y las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud (OMS y OPS, respectivamente). Junto a funcionarios del Instituto de Ciencia y Tecnología del DF, de la Secretaría de Educación y Protección Civil establecerán estrategias para control de la epidemia. Participan también representantes de la Academia Nacional de Medicina, la Academia Mexicana de Ciencias, la UNAM, el IPN, el Cinvestav, la UAM y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
A partir de ayer funciona en la ciudad un Sistema de Alerta Sanitaria, similar al que se activa durante una contingencia ambiental. Con base en este protocolo se determinó reducir de rojo a naranja la alerta por el virus de influenza humana.
El jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, expresó que el cambio en la alerta no significa que se deba bajar la guardia, porque “el virus sigue presente. Debemos mantenernos en guardia y, por tanto, cuidar mucho las áreas de contacto de los servicios públicos o de los servicios que presten empresas con personas”.
El sistema tiene cinco niveles. El verde significa bajo riesgo y normalidad en las actividades. El amarillo implica riesgo medio y énfasis en las previsiones.
En naranja el peligro es elevado; hay brotes epidémicos, y la prioridad es atender a infectados y detener la propagación del mal con limpieza y restricción de la actividad económica y servicios públicos.
En rojo el peligro es alto, por lo que se recomienda permanecer en casa, se ordena suspender actividades económicas y servicios públicos no esenciales, así como clases. La situación puede tornarse más grave, por lo que el rojo pasa a “rojo más”.
El nivel de alerta será determinado por un Comité Científico de Vigilancia Epidemiológica y Sanitaria que se reunirá diario en contingencia y mensualmente en situación normal.
Este cuerpo colegiado fue instalado ayer y operará en coordinación con la Secretaría de Salud Federal y las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud (OMS y OPS, respectivamente). Junto a funcionarios del Instituto de Ciencia y Tecnología del DF, de la Secretaría de Educación y Protección Civil establecerán estrategias para control de la epidemia. Participan también representantes de la Academia Nacional de Medicina, la Academia Mexicana de Ciencias, la UNAM, el IPN, el Cinvestav, la UAM y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.