La Jornada
24 de agosto de 2005
José Galán/Enviado
El gobierno de Fox, sin sensibilidad para impulsar sus talentos: Córdova
Por falta de políticas adecuadas, deben permanecer en el extranjero, dice el diputado
La importación de tecnología por 400 mil millones de pesos, a la postre resulta «chatarra»
Participa en la reunión regional organizada con la AMC y la Universidad de San Luis Potosí
San Luis Potosi, SLP., 23 de agosto. El gobierno de Vicente Fox está reprobado en materia de ciencia y tecnología; no ha tenido ni la posibilidad ni la sensibilidad, como tampoco las políticas públicas adecuadas, para generar espacios adecuados para el desarrollo profesional de sus talentos, que deben permanecer en el extranjero por la falta de oportunidades en el país, advirtió el presidente de la comisión respectiva de la Cámara de Diputados, el legislador priísta Julio César Córdova Martínez.
A 10 días del quinto Informe de Gobierno, añadió que México importa tecnología del extranjero por el equivalente al 5 por ciento del PIB, es decir, más de 400 mil millones de pesos al año, debido a la falta de inversión nacional en esas áreas, mientras el gasto federal en esos renglones sólo alcanza .37 por ciento del PIB, muy lejos de las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que establece una inversión mínima de uno por ciento del producto interno bruto.
En la inauguración de la reunión regional sobre ciencia y tecnología, que organizó aquí junto con la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y luego en entrevista, Córdova Martínez afirmó que la importación de tecnología por 400 mil millones de pesos a la postre resulta obsoleta, «chatarra», porque -explicó-, los países desarrollados no van a permitir la transferencia de tecnología de punta a otros países, sólo aquélla «que ya ha sido rebasada por sus propios avances tecnológicos».
México tiene recursos humanos altamente calificados
Y lo grave, añadió, es que en México existe el recurso humano altamente calificado para generar el más alto desarrollo en biotecnología, genómica, nanotecnología, energías alternativas, y muchas veces, por falta de apoyo, no hay tales avances. De allí que para apuntalar el desarrollo del conocimiento y su aplicación en México, anunció que la comisión que encabeza solicitará 10 mil millones de pesos adicionales al presupuesto federal para ciencia y tecnología.
De esta forma, añadió, los presupuestos federales crecerían de cerca de 30 mil millones a 40 mil millones de pesos para el año fiscal 2006, con lo que se establecería la meta de uno por ciento para esos rubros, «y que tanta falta hace para el país. Es más, la comisión es plural, y en ella los representantes de todos los partidos están de acuerdo en la necesidad de incrementar significativamente los montos presupuestales».
Insistió que, con base en las encuestas realizadas por entidades como la propia AMC entre la comunidad científica del país, el gobierno de Fox Quesada «está reprobado», por lo que necesita sensibilizarse e impulsar un presupuesto para el próximo año «a la altura de las necesidades mínimas del país», y debe entender el Presidente que hay muchas investigaciones en marcha para resolver problemas específicos, investigaciones que toman más de 10 o 15 años antes de cristalizar. «Esas investigaciones no pueden frenarse», añadió.
En este sentido, Octavio Paredes López, presidente de la AMC, coincidió en la necesidad de que todos los actores políticos, sociales y académicos deben llegar a consensos para establecer un gran acuerdo nacional en favor de la ciencia y la tecnología, el impulso y apoyo a los jóvenes talentos, incrementar las inversiones estatales y federales y, finalmente, establecer una política de Estado que fije metas en ciencia y tecnología a mediano y largo plazos en el marco de los intereses y la seguridad nacional de nuestro país.
A este exhorto se unió Mario García Valdez, rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, quien lamentó que los llamados para establecer una política de Estado que incluya a la educación «se repiten cíclicamente», por lo que es necesario, dijo, escuchar a las voces de la sociedad, de los académicos, de los expertos, y de otros sectores, para definir esa política y que la falta de certeza deje de servir como dique para el desarrollo del país.