El Universal
3 de noviembre de 2009
Juan Arvizu
Representantes del gremio solicitan que se agreguen dos mil 700 millones de pesos más a la propuesta del Ejecutivo; piden aprobar la Agencia Espacial Mexicana
Ciudad de México.- Corre noviembre, mes del Tianguis de los Presupuestos, cuando los gobernadores llegan a San Lázaro, rodeados de su importancia de ser poderosos, de séquitos de funcionarios, a defender programas de inversión para sus estados; y su fuerza se observa en cuántos diputados los respaldan.
Y en ese mercado de propuestas, este martes llegaron los científicos, solos y su alma, a abogar por los proyectos diseñados para generar conocimiento, soluciones a los problemas del país, y riqueza.
Esta vez, formaron mancuerna con los empresarios -Canacintra, Coparmex, Concamin–, que a la vista de que es buen negocio invertir en tecnología, han llegado juntos al Palacio Legislativo a promover que haya más recursos para científicos, tecnólogos e innovadores.
El presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, Reyes Tamez Guerra (Panal), lamenta el recorte al presupuesto del sector, aplicado desde la Secretaría de Hacienda para 2010, y respalda por completo la propuesta de que a los 10 mil 598 millones de pesos, que trae la propuesta de gasto del Ejecutivo, se agreguen dos mil 700 millones de pesos.
«Buscamos mayor apoyo, a pesar del difícil entorno, porque México debe generar inversión en los grandes campos de la ciencia y la tecnología», señala Tamez Guerra, en una sesión en la que recibe a los doctores del saber: Rosaura Ruiz, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias; Juan Pedro Laclette, coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Con ellos llegan directivos de la Academia Nacional de Medicina, de la Asociación de Investigación Aplicada y Desarrollo Tecnológico, así como de la Red Nacional de Consejos y Organismos Estatales de Ciencia y Tecnología.
Reyes Tamez prioriza: Hay que defender los programas que respalda desde el inicio la Secretaría de Hacienda, el de becas, en el rubro de formación de recursos humanos, en el sostenimiento de Sistema Nacional de Investigadores, así como en el fomento a la investigación.
Pero el recorte mermó la fuerza que puede tener la ciencia y la tecnología, y explican la importancia de apoyar con más recursos los llamados fondos Mixtos, Fondos Regionales, así como un fondo Sectorial del Conacyt.
El propio Reyes Tamez explica el poder científico que se multiplica con un presupuesto para el acceso universal a las revistas científicas, que debe contar con 450 millones de pesos, y que abastecería de actualidades a 240 universidades, institutos y centros.
Dice que la información científica es uno de los insumos básicos de los hombres y mujeres de ciencia, ya que con ello y una idea diferente, pueden generar avances significativos.
Todos los que vienen a San Lázaro en noviembre piden dinero. Y los científicos proponen, por ejemplo, que se destinen 120 millones de pesos para concluir la puesta en marcha del Gran Telescopio Milimétrico; 600 millones de pesos para concluir la construcción del Instituto Nacional de Medicina Genómica.
Temas que por sus propios nombres realzan la pertenencia de los gastos, que están fuera del proyecto de Presupuesto 2010.
Y qué decir de los 200 millones de pesos que no están en ninguna parte y que faltan para ampliar la cobertura de programas para la enseñanza de las ciencias en educación básica.
Luego, los cabilderos del pensamiento, hablaron de algo que suena a ciencia ficción, la Agencia Espacial Mexicana. Fernando de la Peña Llaca, expuso una larga lista de beneficios que otorga esta área de la ciencia y la tecnología a la vida contemporánea cotidiana.
Argumenta a favor de esa agencia que estaría, eventualmente, enclavada en Tulancingo, Hidalgo, y que hoy está escondida en la congeladora legislativa de San Lázaro, después de que en dos legislaturas la aprobaron los diputados y los senadores le aplicaron cambios. Pero aún es un proyecto de ley.
Los académicos, que son el eslabón entre el saber y las necesidades de la planta productiva, como Rosario Valencia, que dio a conocer los alcances de los centros de Desarrollo de Pymes, en los que se difunde cómo impulsar a estudiantes para que sean empresarios, y cómo fomentar la cultura empresarial entre los científicos.
A pesar de que en sus carpetas traen soluciones, la gente de la ciencia, la tecnología y la innovación, anda en San Lázaro, sin el grande y caro aparato de los poderosos gobernadores, que piden para las obras de lucimiento y eficacia propias.
cgb