La Jornada
25 de septiembre de 2005
José Galán
Alerta Harold Kroto contra el avance del oscurantismo
La libertad de dudar y de expresar curiosidad corre peligro en la actualidad por la presencia de los fundamentalismos religiosos que buscan llevar al mundo a una era de oscurantismo y de retroceso de la ciencia, afirmó el premio Nobel de Química 1996, Harold Kroto, quien afirmó que el actual papa Benedicto XVI constituye la fuerza más oscura en Europa, mientras que en Estados Unidos lo es George W. Bush.
Kroto es un experto en nanociencias y nanotecnologías, y ha desarrollado talleres de ciencia para niños y adolescentes en San Luis Potosí, donde planea utilizar Internet para difundir el conocimiento por medio de talleres en otras regiones. El científico británico recibió el premio Nobel de Química, junto con Robert Curl y Richard Smalley, de la Universidad de Rice, en Houston, Texas, por el descubrimiento de una nueva forma de carbono bautizada como Buckminsterfullerene C60.
En entrevista realizada esta semana en la Academia Mexicana de Ciencias, donde se reunió con jóvenes investigadores del país, dijo que en épocas como el Renacimiento o el Siglo de las Luces la libertad de pensamiento y de crítica ante el retroceso de las posiciones religiosas oscurantistas permitió el avance del conocimiento del hombre sobre sí mismo y su entorno, mediante investigaciones y desarrollo del pensamiento científico que anticiparon los descubrimientos utilizados en la vida moderna.
Es en esas eras, dijo Kroto, cuando el hombre se pone por encima de los dogmas religiosos, ejerce su curiosidad, y con talento y disciplina efectúa investigaciones en terrenos como la medicina, la anatomía, la física, la química, las matemáticas y, además, en la literatura, las artes y la música. Son épocas en las que el hombre se ilustra sobre sí mismo y el mundo, y cada descubrimiento permite incrementar su curiosidad.
Pero también el espíritu crítico y el ambiente de libertad que permiten cuestionar a las corrientes opositoras a la adquisición del conocimiento, y que favorecen la ignorancia -añadió el investigador- se elevan cuando el hombre coloca sus creencias religiosas en el justo lugar que le corresponden, y permite que su espíritu florezca y madure para ahondar en el conocimiento. «De otra forma, la ciencia no avanza», dijo.
Por ello, considera que en esta época la ciencia enfrenta el reto que supone el resurgimiento de esas fuerzas religiosas oscurantistas, que no sólo impiden su crecimiento, sino que buscan imponer tesis totalmente contrarias a los avances científicos de la humanidad. Es por ello que -consideró- los peligros para la libertad de dudar o pensar sólo son la punta del iceberg: detrás está la intención de imponer por encima de los racionalismos los dogmas que sirven sólo a las fuerzas religiosas más conservadoras.
Hizo referencia al caso del papa Benedicto XVI, guardián de la fe desde la época de Juan Pablo II, desde el cargo que antiguamente se conocía como la Santa Inquisición, y lo calificó como una de las fuerzas más oscuras en Europa, donde busca imponer los criterios de la Iglesia católica no sólo en cuestiones sociales sino también en los avances de la ciencia en nuevos terrenos como el estudio del genoma, los procesos de clonación y los avances en las nanociencias.
Y subrayó la actuación de Bush como una fuerza retrógrada, que ha llevado a la historia y el conocimiento humanos a un estado de atraso, al aprobar que en 40 de los 50 estados del vecino país del norte prevalezcan las tesis bíblicas sobre la creación y crecimiento del hombre por sobre las tesis de Charles Darwin respecto a la evolución natural de las especies, y que han sido comprobadas cientos de miles de veces desde el punto de vista científico con todo rigor.