El Universal
26 de septiembre de 2005
Las experiencias que han dejado los terremotos ocurridos en México no han sido suficientes para que el gobierno realice inversiones en materia de monitoreo sísmico. A ello habría que agregar la preocupante falta de interés por parte de los estudiantes para especializarse en el rubro
05:05 Las experiencias que han dejado los terremotos ocurridos en México no han sido suficientes para que el gobierno realice inversiones en materia de monitoreo sísmico. A ello habría que agregar la preocupante falta de interés por parte de los estudiantes para especializarse en el rubro, debido a la dificultad para encontrar trabajo, señalan especialistas de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
De acuerdo con la AMC, en tanto que países como China y Japón cuentan con 15 mil y 4 mil expertos en sismos, respectivamente, en México existen apenas 20, hecho que ha provocado un rezago en la producción y avance del conocimiento en esta importante área de investigación.
Asimismo, la escasa infraestructura para realizar labores de monitoreo hace que se pierda información que podría resultar de capital importancia para comprender el desplazamiento de los sismos y el tipo de movimientos que generan, a fin de contar con una mayor y mejor protección civil.
Según Shri Krishna Singh, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (IG-UNAM) y miembro de la AMC, si bien es cierto que el conocimiento universal que existe en relación con los fenómenos sísmicos resulta de gran utilidad, cada nación debe estudiar de manera particular la forma en que los sismos se comportan al interior de su territorio, así como el daño que pueden infligirle.
Asimismo, deploró que a pesar de que en 1985 el país contaba con una de las redes de detección de movimientos sísmicos más avanzadas del mundo, actualmente se encuentra muy atrasado. En ese sentido, dijo que Japón cuenta con 3 mil sensores de movimientos fuertes, en tanto que México tiene alrededor de 100. Más aún, en el plano económico, China gasta anualmente 400 millones de dólares en instrumentos, contra 4 millones que fueron aprobados hace seis años en México para tal cometido, y a la fecha los equipos adquiridos con esos recursos no se han podido instalar por problemas burocráticos.
Por su parte, Javier Pacheco Alvarado, también investigador del IG-UNAM y exjefe del Servicio Sismológico Nacional, señaló que tan sólo en el estado de California, en Estados Unidos, existe cerca del doble de estaciones de monitoreo de las que se tienen instaladas en todo el territorio nacional (actualmente 22).
Si bien es cierto, dijo, que dichas estaciones están a la vanguardia tecnológica internacional, su número resulta reducido cuando se le compara con el de otras naciones de mucho menor territorio, tales como Japón, donde existen más de 300.
Para el sismólogo Cinna Lomnitz, esta especialidad atraviesa por momentos difíciles en México, debido al déficit nacional de investigadores. El también profesor emérito de la UNAM y miembro de la AMC destacó que la máxima casa de estudios, institución que alberga cerca de la mitad de los especialistas en el área, no ha contratado un solo investigador en la última década, por lo que el promedio de edad de los científicos que allí laboran resulta preocupante.
En ese sentido, Krishna Singh adelantó que el número de especialistas con que cuenta tan sólo el estado de California, en el vecino país del norte, duplica, cuando no triplica, al de todos los que operan en México. De hecho, según Carlos Valdés, jefe del Servicio Sismológico Nacional, en este momento la red sísmica nacional opera y es mantenida sólo por 15 personas.
No obstante este panorama poco halagí¼eño, los especialistas conciden en que, a 20 años del terremoto ocurrido el 19 de septiembre de 1985, México está mejor preparado para afrontar un fenómeno sísmico de fuertes dimensiones, y se ha avanzado de manera constante en el conocimiento del comportamiento de los temblores ocurridos en el territorio nacional, aunque no a la velocidad deseable.