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Por Elizabeth Vargas
Ensenada (12 de enero de 2005).- Un año y medio antes de que ocurriera el terremoto del 26 de diciembre en el sureste asiático, un científico del CICESE predijo la posibilidad del Tsunami que impactó las costas de esta región y el riesgo latente de un gran sismo.
Un artículo publicado en El Financiero de este 12 de diciembre revela que el científico mexicano Modesto Ortiz publicó un artículo donde advertía el riesgo que tenía esa zona de sufrir un gran sismo, e incluso desarrolló un modelo que indicaba los sitios a donde llegaría el tsunami provocado por ese movimiento telúrico.
Así lo aseguró a El Financiero Vladimir Kostoglodov, del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien precisó que el mexicano especialista en tsunamis -adscrito al Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE)- publicó ese artículo en el Journal of Geophysical Research de Estados Unidos, en abril de 2003.
En un comunicado emitido por la Academia Mexicana de las Ciencias, el científico de la UNAM dijo que en el texto se hablaba de la gran posibilidad de que ocurriera en el corto plazo un terremoto de grandes dimensiones en las costas de la isla de Sumatra.
Con base en un estudio, desarrollado en colaboración con Roger Bilham, geólogo de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, en el cual se analizó un fuerte sismo ocurrido en 1981 en esa misma zona, los especialistas determinaron que estaba cerca una nueva manifestación telúrica.
El mexicano Modesto Ortiz localizó el punto exacto donde se originó el terremoto hace más de 20 años; advirtió que esa zona estaba preparada para romperse de nuevo y generar un fuerte terremoto, acompañado de un tsunami.
Incluso, agregó Kostoglodov, Ortiz desarrolló un modelo donde pronosticaba el tiempo que tardaría el tsunami en alcanzar las costas de Sri Lanka y la India; pudieron usarlo, pero nadie puso atención porque no esperaban el terremoto tan pronto.
Dramático aprendizaje
Después del tsunami, destacó el científico de la UNAM, lo que queda es aprender de esa catástrofe y otorgar información confiable a la gente sobre qué hacer ante este tipo de situaciones, así como trabajar más en el monitoreo, más aún en las regiones del mundo altamente sísmicas.
Una de ellas es la costa mexicana del Pacífico, desde Jalisco hasta Chiapas, donde hay una subducción de la placa de Cocos a la de Norteamérica, lo cual da lugar a constantes y fuertes sismos, incluso superiores a ocho grados en la escala de Richter, como el de 1985.
El también miembro de la AMC urgió a las instancias responsables a crear conciencia de las medidas a tomar, en particular en los habitantes de la costa de Guerrero, pues hay muchas probabilidades que en el corto o mediano plazo se origine un fuerte terremoto en un sitio cercano a Acapulco, donde no se ha liberado energía desde hace más de cien años.
Un tsunami en las costas del Pacífico mexicano, precisó, sería aún más peligroso que en otras regiones por la cercanía de la placa oceánica en el continente; el mar primero avanzaría hacia el continente y luego retrocedería, a la inversa de lo que sucedió en Asia.