En abril de 2003 un artículo de Modesto Ortiz, advirtió sobre la tragedia: Vladimir Kostoglodov
LA PRENSA
J. ADALBERTO VILLASANA
12-enero-2005.- Un año y medio antes de que ocurriera el gran terremoto del 26 de diciembre en el sureste asiático, el científico mexicano Modesto Ortiz publicó un artículo donde advertía el gran riesgo que tenía esa zona de sufrir un gran sismo e incluso desarrolló un modelo donde alertaba acerca de los sitios a donde llegaría el tsunami, provocado por ese movimiento telúrico, informó Vladimir Kostoglodov, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
El científico de¡ Instituto de Geofísica de la UNAM explicó que Modesto Ortiz, especialista de tsunamis adscrito al Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), alertó a través de un artículo publicado en abril del 2003, en el «Journal of Geophysical Research», de Estados Unidos, sobre la gran posibilidad de que ocurriera en el corto Plazo un terremoto de grandes dimensiones en las costas de la isla de Sumatra.
Incluso, agregó, a partir del estudio y análisis de un fuerte sismo ocurrido en 1881 en esa zona, Ortiz desarrolló un modelo donde pronosticaba el tiempo que tardaría el tsunami producido frente a la isla de Sumatra en alcanzar las costas de Sri Lanka y la India.
En este estudio, desarrollado en colaboración con Roger Bilham, geólogo adscrito a la Universidad de Colorado en Estados Unidos, Ortiz localizó con gran precisión el punto donde se originó el terremoto de 1881 y advirtió «que esa zona ya estaba preparada para romperse nuevamente» y generar, un fuerte terremoto acompañado de un gran tsunami.
Sin embargo lamentó Kostoglodov, las advertencias del especialista del Departamento de Oceanografía del CICESE no fueron escuchadas y la gente de esa zona no estuvo preparada para afrontar un fenómeno natural de tal magnitud.
¡Modesto hizo modelación con llegada del tsunami a India y Sri Lanka en dicho artículo, el cual pudieron usar para saber cuánto iban a tardar en llegar esas fuertes olas a esas naciones, pero nadie puso atención, porque no esperaban ese terremoto tan pronto».
Kostoglodov hizo énfasis en que se debe aprender mucho de la catástrofe ocurrida en el sureste asiático, por lo que sugirió como primer paso, brindarle información confiable a la gente sobre qué hacer ante situaciones similares en el futuro, dado que diversas regiones del mundo son altamente sísmicas.
Une de ellas, dijo, es la costa mexicana del Pacífico, desde Jalisco hasta Chiapas, donde hay una subducción de la placa de Cocos a la de Norteamérica, dando lugar a constantes y fuertes sismos, incluso superiores a los 8 grados en escala de Richter, como sucedió en 1985.
El investigador urgió a todas las instancias responsables a crear conciencia dentro de la población mexicana, particularmente en los habitantes de la costa de Guerrero, de las medidas a tomar en caso de terremotos y tsunamis, dado que hay muchas probabilidades que en el corto o mediano plazo se origine un fuerte terremoto en un sitio cercano a Acapulco, donde no se ha liberado energía desde hace más de 100 años.
Destacó que algunas regiones de Guerrero, como la Costa Chica y la Costa Grande, son verdaderas trampas ante un tsunami, dado que de un lado las personas tienen el mar y del otro una laguna.
«Afortunadamente en esos sitios, en su mayoría, sólo se sitúan pequeños restaurantes; aunque la afluencia de turistas es considerable, por lo que los propietarios de esos lugares deben tener la información para actuar de manera inmediata».
Un tsunami provocado por un terremoto en las costas de Pacifico mexicano, precisó, sería aún más peligroso que en otras regiones, dado que por la cercanía de la placa oceánica en el continente, el mar primero avanzaría hacia el continente y luego retrocedería, a la inversa de lo que sucedió en Asia.
Detalló que en Guerrero se está registrando un fenómeno que se le conoce como «terremotos lentos», es decir, liberación de energía de las placas de manera continua, pero lenta, lo que ocasiona deformaciones en el suelo.
El nivel de las deformaciones es posible medirlos a través de casetas con tecnología GPS, cuyos instrumentos son capaces de registrar variaciones del suelo de unos cuentos milímetros por lo que en la actualidad es posible saber que la costa de Guerrero presenta variaciones.
Es muy importante realizar ese tipo de mediciones, dijo el científico, porque los «terremotos lentos» fueron fenómenos que antecedieron a fuertes sismos como el de Chile en la primera mitad del siglo pasado; sin embargo, México sólo cuenta con menos de 50 de este tipo de casetas de monitoreo en todo el país.