Antimio Cruz
El Universal
Debió rechazarse la declaración de la ONU, en principio, por ser ambigua y subjetiva, afirma el presidente del Colegio de Bioética
Jueves 10 de marzo de 2005.- El gobierno de México votó en la ONU contra todo tipo de clonación humana sin consultar a ninguno de los órganos técnicamente capacitados para opinar sobre el tema, afirma Ruy Pérez Tamayo, presidente del Colegio de Bioética.
Aunque en octubre de 2004 la Cancillería anunció que respaldaría una propuesta en la que prohibía la clonación reproductiva pero autorizaba la terapéutica, la postura cambió sin pedir opinión al Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia, el Foro Consultivo de Ciencia y Tecnología o la Academia Mexicana de Ciencias.
«Esto es típico del PAN», subraya el maestro emérito de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Esta falta de consulta a los órganos científicos fue cofirmada ayer por el secretario de Salud, Julio Frenk, quien afirmó que el voto mexicano fue avalado por la Secretaría de Salud y la Cancillería.
El funcionario insistió en que el voto emitido por México fue a favor del respeto a la dignidad humana, llámese clonación o lo que sea.
Pérez Tamayo, quien es también miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, afirma que la ambigí¼edad con la que está redactada la declaración de la ONU era un argumento suficiente para que México se hubiera negado a aprobarla.
«El argumento central de la declaración es una cosa absurda porque pide prohibir toda forma de clonación en la medida en que sea incompatible con la dignidad humana, cuando la palabra dignidad tiene entre ocho y 10 acepciones diferentes», añade el especialista en patología.
«Conceptos tan subjetivos no deberían formar parte de documentos jurídicos», detalla.
El miércoles la Secretaría de Relaciones Exteriores emitió un comunicado sobre el voto en la ONU, donde afirma que «corresponderá ahora a las legislaciones nacionales precisar los alcances de la declaración, incluyendo los términos que utiliza».
«Esa indefinición del leguaje lo que provoca es añadir al tema de la clonación un argumento de confusión.» El médico mexicano estima que la palabra «dignidad» se convertirá en un refugio para quienes, en el debate local, esgrimirán más argumentos ideológicos que técnicos.
La comunidad científica tendrá que trabajar mucho para que los legisladores reciban información completa y no los datos falsos y fragmentados que les han proporcionado los grupos más conservadores.
«La ciencia mexicana está en la frontera de esta área de investigación, que es la más importante que ha aparecido en el nuevo siglo. Hasta ahora sólo investigamos con células de animales porque faltaba legislación, y ahora estamos a punto de cerrarnos solos una puerta al conocimiento». (Con información de Ruth Rodríguez)