Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/91/05
México, D.F., miércoles 21 de septiembre de 2005
- Durante su visita a la AMC, los investigadores coincidieron en que nuestro país requiere mayor cantidad de recursos humanos y financieros para el sector
- Octavio Paredes rechazó la reducción presupuestal propuesta por el Ejecutivo federal
- Schally, Kroto, Paredes, Miledi y Crutzen, durante la celebración a jóvenes investigadores.
Foto: Carlos M. Amante Soria
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Los premios Nobel Paul Crutzen, Harold Kroto y Andrew Schally, así como el Premio Príncipe de Asturias Ricardo Miledi, coincidieron en que la ciencia mexicana tiene una muy buena calidad en el plano internacional, aunque todavía el número de proyectos de investigación y de científicos es muy escaso.
Como muestra de ese alto nivel de la ciencia mexicana, Crutzen, Kroto y Schally mostraron su interés por continuar realizando investigación conjunta con científicos mexicanos; incluso este último, anunció que el próximo año comenzará un proyecto de investigación clínica para probar un tratamiento contra el cáncer de próstata en la población mexicana con investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Durante su visita a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), los científicos recomendaron a México, en particular, y a las naciones latinoamericanas, en general, crear sistemas educativos similares a los de China e India, que en los últimos 20 años han formado un gran número de investigadores.
Acompañados por el presidente de la AMC, Octavio Paredes López, los premios Nobel y el Príncipe de Asturias también coincidieron en que la clase política de la gran mayoría de los países del mundo aún no comprenden la importancia de invertir en ciencia, y lamentaron que, por el contrario, se destinen grandes cantidades de dinero a comprar armamento.
En rueda de prensa, luego de su participación en la celebración a los Jóvenes Galardonados con los Premios de Investigación 2003 y 2004 de la AMC, Harold Kroto, Premio Nobel de Química 1996, hizo hincapié en que, dentro de la literatura científica en el mundo, las participaciones de investigadores mexicanos son de un muy buen nivel.
Sin embargo, dijo que comparado con el número de artículos científicos que publica cada año China e India, los generados por la comunidad científica mexicana son muy escasos. ¡Me parece que México podría estar en el mismo camino (que China e India), pero por una razón que aún no lo sé, no lo hace!.
El científico inglés recomendó a México ver el ejemplo educativo de los últimos 20 años de China e India, con el fin de formar a un mayor número de investigadores, porque este país tiene un gran potencial para destacar en el mundo científico, ¡pero aún no lo hace!.
En su oportunidad, Paul Crutzen, Premio Nobel de Química 1995, recordó que en sus trabajos de investigación ha estado muy estrechamente ligado el científico mexicano Mario Molina, con quien compartió el prestigioso galardón al igual que con Sherwood Rowland.
Al analizar la ciencia que se hace en el país, el especialista holandés aseveró que desde Europa se puede observar que México presenta problemas con el apoyo a la investigación básica, aunque se ha dado mayor impulso a la investigación aplicada.
Hizo énfasis en que, a pesar de que aún es pequeño el grupo de científicos mexicanos que trabajan en estudios relacionados con la destrucción de la capa de ozono, se prevé que este número crezca en el corto plazo, sobre todo a partir de las buenas investigaciones elaboradas desde el Instituto de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Ricardo Miledi, Premio Príncipe de Asturias 1999, coincidió en que la ciencia mexicana goza de un buen nivel en el plano mundial; sin embargo, necesita más recursos económicos de manera constante, es decir, en un plan de varios años para llegar a los primeros niveles.
El científico mexicano precisó que esa falta de recursos económicos para impulsar la ciencia no es exclusiva de México, sino que varias naciones alrededor del planeta no hacen ese tipo de inversión, pues cuando se elige a un gobernante por lo general no se toma en cuenta si apoyará o no a la ciencia.
Para el científico Andrew Schally, tanto en sus actuales investigaciones como en las realizadas en la década de los 70 (que lo llevaron a conseguir el Premio Nobel de Medicina en 1977(, la participación de colegas mexicanos han sido de gran importancia.
Destacó que una buena parte de sus estudios realizados con la hormona liberadora de gonodotropina, que sirvió para tratar algunos casos de esterilidad y, posteriormente, de cáncer, participaron científicos mexicanos tanto de los Instituto Nacionales de Salud como del Instituto Mexicano del Seguro Social.
En ese sentido, adelantó que el próximo año iniciará en México un protocolo de estudio clínico con el fin de comprobar la eficacia de un nuevo tratamiento dirigido contra el cáncer de próstata, que actualmente se analiza en Europa con muy buenos resultados, dado que se trata de las llamadas ¡balas mágicas!, las cuales sólo tienen efectos en las células malignas.
En el marco de esta celebración, Octavio Paredes López, presidente de la AMC, calificó como ¡urgente! que en México la clase política tome conciencia de la importancia de invertir en ciencia y tecnología, con un plan a mediano plazo, para que dentro de seis u ocho años el país pueda destinar el 1.5 por ciento de su Producto Interno Bruto a este rubro.
Lamentó la propuesta de presupuesto emitida por el Ejecutivo federal para el próximo año, donde se pretende reducir los recursos destinados a ciencia y tecnología, y advirtió que la comunidad científica no está dispuesta a sufrir dichos recortes, por lo que, de ser necesario, se recurriría incluso a cualquier forma de manifestación.
El también investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, Unidad Irapuato, reveló que se ha reunido con representantes de diversos partidos políticos, e incluso con el Ejecutivo Federal, para que comprendan que sólo con el impulso a la ciencia y la tecnología se logrará el desarrollo económico y social que requiere el país.