Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/106/11
México, D.F., 12 de mayo de 2011
- Incapacidad para reducir efectos negativos de este fenómeno
- Fortalecer al Sector Salud en temas como atención primaria y rehabilitación
- Revista Ciencia enero-marzo 2011.
Foto: AMC
Ante el constante e implacable envejecimiento social que vivimos, se ha sido incapaz de reducir los efectos negativos de este fenómeno que se refleja en el desempleo, falta de cuidadores, abuso físico, emocional, una marcada ausencia de infraestructura claramente definida, pero sobre todo, de la presencia de enfermedades asociadas como diabetes, discapacidades y problemas de salud mental como depresión y demencia, principalmente.
La senectud representa uno de los cambios más evidentes en la estructura de la población mundial en la que los países desarrollados han padecido el envejecimiento desde hace años, por lo que los programas y estrategias para su atención, han mostrado su eficiencia en aspectos sociales y económicos y en el cuidado de la salud.
En contraste, las naciones en vías de desarrollo como las de América Latina y el Caribe, se han caracterizado por una extrema pobreza, por desventajas en el desarrollo económico y social, y por la inequidad sostenida principalmente de género, además de las enfermedades propias de las sociedades constituidas por niños y gente joven.
Es indiscutible el impacto que la salud de los adultos mayores tiene en el funcionamiento de las sociedades, por lo que resulta indispensable fortalecer la capacidad del sector salud en temas sobre atención primaria, rehabilitación y cuidados, así como crear una infraestructura de apoyo a las familias.
En este aspecto, es importante enfatizar que actualmente la sociedad en general asocia vejez con enfermedades, dependencia y falta de productividad, asegura la Revista Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias.
En este ejemplar correspondiente al primer trimestre del año, se destaca que la vejez en México está a la vuelta de la esquina y que datos de la Secretaría de Salud, revelan que las generaciones más numerosas, es decir, las nacidas entre 1960 y 1980, ingresarán al grupo de 60 años y más para el 2020, lo que se reflejará en un aumento de adultos mayores en las próximas décadas.
Resalta que México ha pasado de tener una población joven y en crecimiento, a una envejecida con una tendencia a contar con una cantidad cada vez más amplia de personas adultas mayores.
Estos datos reflejan la recomposición del perfil demográfico del país, caracterizada por la disminución del porcentaje de personas menores de 15 años y un incremento de la población en edad laboral, hechos que modificarán, en corto y mediano plazos, la forma de vida de los mexicanos.
Esta modificación se da como resultado de numerosos esfuerzos realizados en el ámbito de la salud, que permitieron al país transitar a una nación con tasas de natalidad y de mortalidad infantil cada vez menor.
Este mejoramiento de las condiciones de vida de los mexicanos es el resultado de diversas prácticas, como saneamiento de pueblos, vacunación, mejora en la nutrición, incremento en el acceso a los servicios de salud, mejor vivienda y educación, entre otros.
Si bien es cierto que el aumento de la esperanza de vida al nacer es el resultado de una serie de diversos factores y que la disminución de la mortalidad es en gran parte reflejo de mejoras en las condiciones de vida, hay que mencionar que el descenso en la tasa de fecundidad y de natalidad ocasiona la reducción de la población joven del país, lo que contribuye al crecimiento paulatino del numero de personas adultas mayores en México.
Datos del Consejo Nacional de Población, reportan que el crecimiento poblacional ha disminuido de 2.33, en 1990, a 1.28, en 2010, y se estima que para 2050 esté en 0.12, aparejándose con el descenso global de la tasa de fecundidad.
En México, el envejecimiento poblacional tiene que ser estudiado a conciencia y planear estrategias para su atención, ya que la forma de envejecer de los mexicanos es del todo diferente a la de los europeos, que ya han transitado por el mismo fenómeno pero con matices socioeconómicos, culturales, demográficos y de salud diferentes.