Investigación y Desarrollo
12 de mayo de 2011
(Agencia ID)
Para cualquier país, la ciencia y la tecnología constituyen el motor más poderoso que tiene para impulsar su desarrollo y competitividad, y en México se hace ciencia de gran nivel; tan sólo basta con saber que en 2010 el Sistema Nacional de Investigadores contaba con 16.598 registrados. Sin embargo, su labor es conocida por un mínimo porcentaje de la población de nuestro país pues no hay difusión de sus logros y alcances, son pocos los espacios para este hecho.
Si bien el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) trata de hacer llega la ciencia al público no especializado, por medio de estrategias informativas en radio y televisión y la revista de divulgación Ciencia y Desarrollo, al parecer el esfuerzo no es suficiente. A iniciativa de la legisladora Cora Pinedo Alonso, la Cámara de Diputados aprobó por mayoría el dictamen que establece los parámetros para impulsar y fortalecer las actividades de divulgación científica entre los investigadores del país, la sociedad civil y los docentes de educación básica. En otras palabras, la diputada busca promover y fortalecer las actividades de divulgación científica, acción que debe llevarse a cabo por los docentes de nivel básico.
En opinión de la diputada, la divulgación científica en México es “reducida y fragmentada”, debido a que no se cuenta con estrategias claras y a que existe un problema entre lo que se entiende y lo que se ejerce como “labor de difusión y divulgación”.
La legisladora Pinedo Alonso sostiene que la divulgación de la ciencia debe explicar el contexto social, político histórico y cultural en el que ésta se crea, ya que así generará un sentido para los ciudadanos y de manera particular “para los niños ávidos de conocimiento”; señala también que la difusión implica hacer más amplia el área de influencia de un saber y que la divulgación debe ser la exposición simplificada de información compleja, de modo que quede al alcance del entendimiento del público y que busca “incorporar el espíritu de la ciencia en la cultura nacional”.
Por otra parte, la misma diputada asegura que las estrategias de divulgación de la ciencia se han enfocado únicamente a los medios de comunicación y se ha dejado de lado el fortalecimiento de la enseñanza que puede realizarse en el salón de clases; menciona que, de acuerdo con afirmaciones de expertos, “para que el conocimiento científico genere mayor sentido en la sociedad, no existe mejor época que la infancia, puesto que los niños son grandes receptores de nuevos conocimientos.
Ejercicio de varios
La iniciativa de Cora Pinedo Alonso fue aprobada el 28 de enero de 2011 en el Pleno de la Cámara de Diputados por 408 votos a favor; con el dictamen que las comisiones unidas de Ciencia y Tecnología, y de Educación Pública y Servicios Educativos presentaron como proyecto de decreto para adicionar diversas disposiciones a los Artículos 7 de la Ley General de Educación, y 2 y 10 de la Ley Orgánica del Conacyt; de esta forma, la institución emprenderá acciones que fomenten y fortalezcan las actividades de divulgación científica entre los investigadores del país y deberá incentivar la vinculación entre estos actores y los docentes del nivel básico para fortalecer la capacitación con que éstos cuentan en materia de cultura científica y tecnológica.
La iniciativa se suma a otros ordenamientos legales que este año sufre el quehacer científico y tecnológico. Uno de los más importantes es el referente a la transexenalidad que piden para el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECITI), el cual será elaborado considerando objetivos a 25 años; sin embargo, habrá un margen para actualizaciones trianuales, de modo que coincidan con el inicio de cada legislatura, para involucrar a las Cámaras en esta materia.
Al respecto, el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), que tendrá nuevas facultades para proponer estrategias y medidas que fortalezcan la divulgación científica y la vinculación entre los docentes de educación básica con la comunidad científica, se ha pronunciado a favor de esta medida.
El coordinador general de la institución, doctor Juan Pedro Laclette, señaló que “tanto la transexenalidad como un mayor involucramiento del Poder Legislativo en el diseño, conducción y supervisión de una política de Estado para la ciencia, la tecnología y la innovación son propuestas que el Foro Consultivo ha venido planteando prácticamente desde su fundación, en 2002, ante las comunidades que forman la llamada Triple Hélice: la academia, el sector productivo y los tres niveles de gobierno, así como ante la sociedad en general”.