MÉXICO ESTÁ A MIL MILLONES DE DOLARES PARA COMPETIR EN ASTRONOMÍA

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/053/11
México, D.F., 17 de marzo de 2011

  • Hacer instrumentación en consorcios y explotar observatorios virtuales, opciones de investigación y desarrollo, proponen científicos
  • La ciencia es tema de inversión, no sólo de proyectos
El Dr. Joaquín Bohigas Bosch, miembro de la Sección Noroeste de la AMC con sede en Ensenada, Baja California.
El Dr. Joaquín Bohigas Bosch, miembro de la Sección Noroeste de la AMC con sede en Ensenada, Baja California.
Foto: AMC
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Para que la Astronomía mexicana vuelva a tener el reconocimiento mundial del que gozó hace 20 años, necesita innovar sus centros de investigación y que el gobierno adquiera conciencia de la importancia de hacer ciencia en el país, la coloquen en la agenda nacional y sea tratada como un tema prioritario, coincidieron los astrónomos José Franco y Joaquín Bohigas Bosch.

Franco y Bohigas, vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias y miembro de la mesa directiva de la Sección Noroeste de la Academia, respectivamente, hablaron del momento clave que atraviesa la Astronomía mexicana, uno que exige crear nuevas estrategias para seguir desarrollando esta ciencia en el país, pero advirtieron, de antemano, que esto se logra con inversión.

José Franco añadió que en el país hay muchos retos en el tema de Astronomía, aunque el punto más importante –dijo- tiene que ver con desarrollar la infraestructura del observatorio de San Pedro Mártir, considerado como uno de los cuatro lugares más adecuados que hay en el mundo para la observación.

Explicó que en México una de las maneras para manejar observatorios profesionales es con un esquema en el que las universidades están al frente, como es el caso del Observatorio Astronómico Nacional, impulsado únicamente con recursos de la UNAM, lo que ocasiona que sea subdesarrollado, comparado con otros observatorios nacionales.

Aun cuando este observatorio se maneja como universitario, continuó Franco, ex director del Instituto de Astronomía, da cabida a observadores de todo el país, precisamente por su privilegiada ubicación, característica que debería atraer inversiones extranjeras, lo cual no ha sido posible por la falta de visión que se tuvo en el pasado.

El científico detalló al respecto que el Observatorio de San Pedro Mártir tuvo un antecedente de apoyo federal directo durante su creación, pero luego, en 1929, cuando la UNAM se hizo autónoma, el gobierno le dejó la custodia a esta casa de estudios, en momentos en que se necesitaba mayor inversión gubernamental directa.

“Y si no construyes infraestructura de alto nivel en menos de una década y con el presupuesto de la Universidad es mucho más lento el avance”, manifestó convencido.

Por su parte, el Dr. Joaquín Bohigas Bosch, miembro de la Sección Noroeste de la AMC con sede en Ensenada, Baja California, explicó que para llegar a colocar al país en “la siguiente generación de telescopios robóticos, de 30 metros de diámetro, se necesita una inversión de mil millones de dólares, “creo que es muy difícil entrar en proyectos de ese tipo”.

El también investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, que desde 1988 se trasladó a la sede de Ensenada, comentó que hace 15 o 20 años la Astronomía nacional era una de las más distinguidas a nivel mundial “porque había un número razonablemente alto de investigadores dedicados y se contaba con un telescopio –propio- del Observatorio de San Pedro Mártir, que hace 30 años era uno de los 10 más grandes del mundo”.

Bohigas Bosch dijo que no se tienen telescopios competitivos porque las inversiones son elevadísimas, y ejemplificó que para uno de 6 metros de diámetro, se requieren cien millones de dólares.

El científico dijo que la primera vez que se intentó atraer inversión extranjera fue en 1995 y la última hace cuatro años. “Era un proyecto de un telescopio robotizado de 8 metros de diámetro, Estados Unidos encontró que era un buen lugar para invertir 300 millones de dólares, el proyecto más caro de Astronomía de ese país, pero al final, se llevaron el telescopio a Chile”.

El astrofísico recomendó apostarle a otras oportunidades de investigación como aprovechar la vasta biblioteca de datos no utilizados de grandes telescopios; es decir, explotar el observatorio virtual, escarbar en esas fuentes y de ahí sacar ciencia.

Otra posibilidad, mencionó, es hacer mayor énfasis en el área teórica, formar recursos humanos de calidad en el área de simulaciones numéricas y si se insiste en el área observacional, buscar otras longitudes como colaborar en instrumentación para satélites y radiotelescopios.

La ventana de la astronomía observacional es difícil que se vuelva abrir. La Astronomía mexicana debe salir de la herencia de Tonantzintla y San Pedro Mártir y plantearse otro tipo de proyectos, necesitamos se desarrollen otros institutos y centros de investigación en tantas regiones del país como se pueda, resaltó.

Bohigas Bosch alzó la voz y dijo: “Necesitamos mil millones de dólares, más astrónomos, más participación de mexicanos en grandes telescopios, integrarnos a un proyecto intercontinental, asociarnos a otros países con mayor desarrollo en Astronomía, abandonar la autoarquía y si no hay posibilidad de llevar telescopios a San Pedro Mártir, hacer instrumentación en consorcios, esa es la opción”.


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