Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/087/09
México, D. F., 23 de junio de 2009.
- La ideología que equipara que una célula con una persona, es un ataque a los derechos de las mujeres, a la laicidad del Estado y a la libertad de investigación: Rosaura Ruiz
- Desde el punto de vista científico, es insostenible considerar que un óvulo fecundado tiene los mismos derechos que una persona: Ricardo Tapia
- Aprobar la modificación al Artículo Primero constitucional constituiría una seria amenaza a los valores y derechos de la mujer y un retroceso: Juliana González
- En México vivimos en un Estado «confesional», donde las creencias religiosas de funcionarios prevalecen sobre el respeto a los derechos humanos: Pedro Morales Aché
- Juliana González Valenzuela, Rosaura Ruiz Gutiérrez y Ricardo Tapia Ibargüengoytia, hicieron un llamado a defender los derechos de la mujer, el Estado laico y el derecho a la investigación científica.
Foto: AMC
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La Academia Mexicana de Ciencias (AMC), llamó hoy a hacer un frente común contra los embates encabezados por la iglesia católica para echar abajo los avances basados en evidencias científicas en torno a las legislaciones que permiten la interrupción del embarazo, señalaron en conferencia de prensa Rosaura Ruiz Gutiérrez, Juliana González Valenzuela y Ricardo Tapia Ibargüengoytia, presidenta e integrantes de este organismo, respectivamente.
La defensa debe ser conjunta por los derechos humanos, vistos como el derecho de la mujer, la laicidad del Estado y el avance del conocimiento científico, mismos que son vulnerados por las legislaciones que establecen derechos humanos desde el momento de la concepción, destacaron los investigadores.
En su intervención, Rosaura Ruiz advirtió expresó su preocupación por la aprobación y publicación en diarios oficiales de leyes estatales que establecen como personas a los cigotos u óvulos fecundados y vulneran los derechos de las mujeres en los estados de Baja California, Colima, Guanajuato, Morelos, Nayarit, Quintana Roo y Sonora.
Precisó que en 5 estados más: Campeche, Durango, Jalisco, Puebla y San Luis Potosí, ya se han aprobado las leyes por los congresos locales, aunque no han sido aún publicadas en sus diarios oficiales.
Estas legislaciones, advirtió, plantean que una célula resultante de la unión de un óvulo y un espermatozoide son ya un ser humano, lo cual desde el punto de vista de la ciencia y de la filosofía es incorrecto.
Sobre la integración de la filosofía y la ciencia, Rosaura Ruiz consideró que hoy en día no puede haber una filosofía que no tome en cuenta los avances de la ciencia, especialmente en aquellos asuntos en los que la ciencia ha planteado tesis incontrovertibles.
Al respecto, aseguró que detrás de la idea de defender que una sola célula es una persona, se encuentra la idea de la creación, misma que deja de lado el hecho científico incontrovertible de la evolución.
Tras demostrar que la tesis que humaniza una célula, para hacerla equiparable en derechos con un ser humano se basa en la ignorancia y en creencias religiosas e ideológicas que no toman en cuenta el avance de la ciencia, señaló que es inadmisible que en el siglo actual, considerado el siglo del conocimiento, sea la ignorancia la que gobierne el país.
En su oportunidad, Ricardo Tapia Ibargüengoytia, coordinador del Comité de Clonación y Células Troncales de la Academia Mexicana de Ciencias, aseguró que desde el punto de vista científico, es insostenible considerar que desde el momento de la concepción ya es posible hablar de los derechos de una persona.
Apuntó que las legislaciones antiabortistas no sólo implican consecuencias graves para los humanos de la mujer, sino también para la investigación científica, ya que restringirían la investigación con células troncales embrionarias, relevante para el tratamiento de todas las enfermedades que involucran la muerte de células, como el Alzheimer.
En relación con las consecuencias de los cambios constitucionales impulsados por la iglesia católica, señaló que éstos plantean innumerables absurdos, como considerar que los óvulos fecundados de las clínicas de reproducción asistida son personas congeladas, con derechos congelados, o definir como nacido a algo que aún se encuentra en el vientre materno.
Ricardo Tapia, investigador emérito del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), manifestó que, desde el punto de vista neurobiológico, no es posible hablar de una persona hasta que las conexiones neuronales se hayan establecido y que la corteza cerebral se haya desarrollado a un nivel que ya haya sensaciones, lo cual ocurre entre las 24 y 26 semanas de gestación.
A su vez, Juliana González Valenzuela, integrante de la AMC y profesora emérita de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, calificó como una seria amenaza a los valores y derechos de la mujer, además de un lamentable retroceso, el aprobar la modificación al Artículo Primero de la Constitución Mexicana.
“El hecho de que se decida y determine como una verdad absoluta que ya hay un ser humano cabal, desde el momento mismo de la concepción hasta su muerte natural, es un prejuicio que viene por inspiración de creencias religiosas, que son perfectamente respetables, pero que no tienen sustento científico ni filosófico” aseveró.
Desde el punto de vista de una filosofía actualizada, no se puede sostener que hay un ser humano desde el momento de la concepción, debido a que la generación de un ser vivo es un proceso, indicó la coordinadora del Seminario de Investigación de Ética y Bioética de la UNAM.
Es muy importante que nos demos cuenta de que la idea del humanismo no es algo que sólo se pueda interpretar desde perspectivas religiosas, dijo, e indicó que la penalización y la clandestinización del aborto lo único que produce es terrible problema de los hijos no queridos, que son abandonados o maltratados, como “los niños de la calle”.
Juliana González lamentó que para la Iglesia sea más importante penalizar el aborto que castigar a los sacerdotes pederastas. En vez de que la Iglesia asuma una responsabilidad para ver y conducir el proceso por valores en lo que ellos creen, nos está regresando a valores ya obsoletos.
“Quien tenga religión que la tenga de manera respetuosa del otro, no fanática ni con actitudes de dogmatismo, porque esto es un fanatismo de la fe, no religiosidad”, concluyó González Valenzuela.
En su intervención, Pedro Morales Aché, secretario ejecutivo del Colegio de Bioética, aseveró que en México vivimos en un Estado “confesional”, donde las creencias religiosas de funcionarios prevalecen sobre el respeto a los derechos humanos.
Explicó que la serie de reformas a las constituciones estatales que reconocen al concebido como persona fueron avaladas y convalidadas por el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Procurador General de la República y los presidentes de las comisiones estatales de derechos humanos.
En contravención expresa de lo dispuesto en el artículo 105 constitucional, reveló Morales Aché, que los faculta a promover acciones de inconstitucionalidad ante la menor sospecha de que una ley es inconstitucional; sin embargo, estos funcionarios han declarado que, de acuerdo a sus convicciones personales, es correcto que se proteja la vida desde el momento de la concepción.
Estamos frente a una “misoginia constitucionalizada”, acusó el legista, donde las reformas a las leyes están “cosificando” a las mujeres, y puso como ejemplo la legislación de Jalisco, donde se establece que para suspenderle la pena de prisión a una mujer que aborte, tiene que aceptar tratamiento psicológico, es decir, la mujer que haga valer su derechos sexuales y reproductivos es una enferma mental, concluyó.
Es necesario reflexionar profundamente cuántas mujeres más tienen que morir en este país para que se les pueda reconocer sus derechos, concluyó Morales Aché.