EL ORGASMO, UNO DE LOS PROCESOS BIOLÓGICOS MÁS COMPLICADOS

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/059/09
México, D. F., 15 de Mayo de 2009

  • Los especialistas Carlos Beyer y Barry Komisaruk abordaron el tema de la fisiología del orgasmo en el más reciente número de la revista Ciencia de la AMC
  • Plantearon que, a diferencia de la mujer, el orgasmo en los hombres rara vez dura más de 30 segundos
  • Estudios demuestran que las hormonas no sólo favorecen la expresión del orgasmo, sino que también lo pueden inhibir
Fragmento de arte erótico tomado de un Templo en Madhya Pradesh, India.
Fragmento de arte erótico tomado de un Templo en Madhya Pradesh, India.
Foto: AMC
Imágenes en alta resolución

El orgasmo es uno de los procesos biológicos más complicados que conocemos, por ejemplo, se da el caso de mujeres que pueden alcanzar orgasmos utilizando únicamente la fantasía, sin ninguna estimulación física, propiedad que rara vez se presenta en el hombre.

Este es uno de los hechos comprobados por la ciencia y abordados en el artículo El orgasmo y su fisiología, publicado en el número más reciente de la revista Ciencia, órgano de difusión de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Los autores, Carlos Beyer Flores, jefe del Laboratorio de Tlaxcala del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Autónoma de Tlaxcala y miembro de la AMC, y Barry Komisaruk, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, hicieron una recopilación de hechos científicos en torno al orgasmo, que van desde el orgasmo en los animales, hasta la función de este fenómeno desde el punto de vista de la selección natural.

Respecto a las diferencias en la duración del orgasmo entre hombres y mujeres, los expertos señalaron que en la mujer el orgasmo se encuentra asociado a la contracción de los músculos perineales y del tercio externo de la vagina, y que el número y la intensidad de estas contracciones se asocia a la experiencia subjetiva del orgasmo.

Un orgasmo femenino de intensidad normal, aseguraron Carlos Beyer y Barry Komisaruk, presenta entre 5 y 9 contracciones de la vagina de entre 4 y 7 segundos de duración, mientras que un orgasmo prolongado presentaría hasta 25 contracciones o más.

Por otro lado, en el orgasmo masculino, las contracciones de la uretra peneana, relacionadas con la experiencia del orgasmo, después de tres o cuatro contracciones intensas disminuyen en frecuencia e intensidad, comentaron.

Aunque algunos hombres han reportado orgasmos de larga duración, incluso de varios minutos, los estudios de laboratorio demuestran que, a diferencia de la mujer, el orgasmo en los hombres rara vez dura más de 30 segundos.

El artículo también aborda el tema de los nervios encargados de llevar la información al cerebro para iniciar y mantener el orgasmo.

Al respecto, los autores comentaron que la diferencia entre los orgasmos resultantes de la estimulación del clítoris o de la vagina en la mujer, es resultado de que se excitan diferentes nervios en cada uno de ellos.

Mientras que el clítoris, precisaron, recibe una innervación extraordinariamente densa, principalmente del nervio pudendo, la vagina es inervada por el nervio pélvico y, a su vez, el cérvix uterino, cuando es estimulado, envía sus impulsos a través de los nervios.

Otro tópico relevante relacionado con el orgasmo es la percepción mental del mismo. Sobre ello, Carlos Beyer citó un estudio en el que se pidió a estudiantes universitarios de ambos sexos que describieran su experiencia del orgasmo, posteriormente un grupo de “jueces”, entre ellos estudiantes de medicina, ginecólogos y psicólogos, revisaron las descripciones con el objetivo de determinar si sus autores eran hombres o mujeres.

Los jueces fueron incapaces de distinguir el sexo de los autores de cada descripción, por lo que el estudio concluyó que una persona es incapaz de distinguir el sexo de otra a partir de la descripción que ésta haga de sus orgasmos.

Donde la ciencia sí ha encontrado una clara diferencia entre hombres y mujeres es en la capacidad de experimentar orgasmos múltiples, ya que aunque algunos hombres son capaces de experimentar también orgasmos múltiples o secuenciales, eso ocurre con mucha menor frecuencia que con las mujeres.

Carlos Beyer y Barry Komisaruk analizaron también el papel de las hormonas sexuales en el comportamiento de los mamíferos, como el caso de la testosterona y la deshidropiandrosterona, usados para tratar disfunciones sexuales como la anorgasmia, y otras hormonas que pueden incluso inhibir el orgasmo, como la prolactina.

Reportaron que estudios recientes confirman que la testosterona mediante administración transdérmica es de utilidad para restablecer o normalizar el comportamiento sexual, incluyendo la expresión del orgasmo.

La neuroquímica del orgasmo es otro aspecto tratado profusamente por la ciencia, de acuerdo con el artículo de Beyer y Komisaruk, quienes aclararon que este conocimiento no proviene de experimentos dirigidos, sino de pacientes que se quejan de anorgasmia durante el tratamiento con algunos fármacos, entre los que se encuentran antidepresivos y psicotrópicos.

Dadas las condiciones de intimidad en que se experimenta el orgasmo, y que por lo tanto dificultan su estudio, se tienen buena información sobre las bases biológicas de este proceso, concluyeron.

El número actual de la Revista Ciencia puede consultarse en la página www.revistaciencia.amc.edu.mx


Notice: ob_end_flush(): failed to send buffer of zlib output compression (0) in /home/amcedu29/public_html/comunicacion/wordpress2019/wp-includes/functions.php on line 5373