Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/132/11
México, D.F., 9 de junio de 2011
- México cuenta con la diáspora más grande del planeta, 12 millones de ciudadanos nacidos en el país radicados en el extranjero
- En 2012 votarán los oriundos de Morelos y los del Distrito Federal radicados en el exterior para elegir gobernador
- La investigadora miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Leticia Calderón Chelius.
Foto: AMC
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En el 2006 se inauguró un capítulo más de la democracia mexicana al permitir el voto más allá de la geografía. En 2012 el reto para el IFE es triplicar el número de personas registradas, por lo menos, señaló la investigadora miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Leticia Calderón Chelius.
La socióloga dijo que la lucha por permitir el voto en el exterior del país, como demanda importante, tiene 20 años de antecedente. En 1996 se aprobó este derecho para las personas que radican fuera del país y fue así que en 2006 se consolidó en la práctica con las primeras votaciones de los mexicanos fuera de su distrito.
Esta vieja petición, entre otras cosas, tenía como argumento a la diáspora -dispersión de un pueblo o comunidad humana por diversos lugares del mundo- más grande del planeta: “era inadmisible pretender ser una democracia sin que se pudiera mantener la ciudadanía más allá de la frontera o de la geografía”, precisó Calderón Chelius.
El derecho al voto en el extranjero se aprobó en 1996, en 2005 se dijo cómo, quiénes y dónde se votaría y en 107 días se organizó todo para la elección presidencial del 2006.
La investigadora del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, explicó que aunque en aquel año la votación de los mexicanos radicados en el extranjero fue muy pequeña, 32 mil 632 votos, con respecto a la diáspora mexicana, 12 millones de personas, estos números no importan frente a la importancia que tiene que se haya inaugurado una etapa más de la democracia mexicana.
En todas las democracias -salvo un par de casos-, el derecho a votar, independientemente de donde estés, debe estar preservado, esto no es una duda para un español, para un francés o un brasileño y sí lo era para un mexicano hace cinco años, subrayó.
Y en el tema del voto en el exterior, agregó, se abre una serie de contenidos y reflexiones desde la sociología política, en el sentido contemporáneo de la ciudadanía, las nuevas formas de membresía, la globalización y la migración así como su impacto en los sistemas políticos.
Por ejemplo, quien tiene más de una visa cómo puede ser votante en más de un país, cuáles son las formas de recuperación de la ciudadanía, actualmente se definen casi 20 tipos de nueva ciudadanía, que articulan una problemática interesante de nuestra época y en un país como México con la mayor diáspora del planeta, gente ha recuperado su nacionalidad o que tiene doble nacionalidad o doble visado.
Extender el derecho del voto en el extranjero no es algo nuevo para Portugal, que lo tiene aprobado hace 20 años, ejemplificó Calderón Chelius.
Por otro lado, la especialista en Sociología Política, destacó que entre la elección del 2006 y la de 2012 no habrá gran diferencia “porque la Cámara de Diputados no hizo modificaciones, las que se logren serán las que el IFE tenga posibilidad”
Aunque hay varias iniciativas de ley, de varias personas y de varios partidos, que se han presentado en estos últimos meses, son absolutamente irresponsables porque los diputados saben que una iniciativa que no se presenta con tiempo no tiene ninguna posibilidad de ser aprobada y menos discutida, hacer esto es parte de ese juego y manejo respecto a los migrantes, opinó.
ELECCIONES 2012
El próximo año, los ciudadanos del Distrito Federal y de Morelos podrán votar para elegir al próximo presidente de la República y a sus respectivos gobernadores estatales, pues para ellos serán elecciones concurrentes.
El voto de los mexicanos en el extranjero para las elecciones presidenciales de 2012 costará casi la tercera parte de lo que costó en las de 2006, de acuerdo al plan definido por el Instituto Federal Electoral (IFE) de México.
Según datos del instituto, durante el proceso 2005-2006 unas 56 mil 312 personas solicitaron su inscripción al Listado Nominal de Electores Residentes en el Extranjero, pero solo 40 mil 876 cumplieron con los requisitos. En las elecciones presidenciales sufragaron 32 mil 632, casi el 58% de quienes solicitaron su inscripción.
En 2006, el envío de la solicitud por correo certificado tuvo un costo promedio de entre 12 y 16 dólares por ciudadano. En 2012 el IFE asegura que se evitará ese costo a través de un costo prepagado o de un cupón postal que pueda obtener el ciudadano, es decir, será gratuito para los votantes.
Por tanto, México sí tiene un reto sobre todo porque nuestra ley electoral es sumamente restrictiva y barroca. El problema no es solamente querer votar, es pasar todos los filtros que implica la credencial de elector, toda una cuestión de confianza y credibilidad en el sistema lo cual es nuestro principal talón de Aquiles histórico, concluyó.
Estos datos y más se pueden encontrar en el libro de la doctora Leticia Calderón Chelius titulado “Los Superhéroes no Existen. Los migrantes mexicanos ante las primeras elecciones en el exterior”, el cual está a la venta desde hace varios meses en las librerías del Fondo de Cultura Económica y se puede consultar también en la página del IFE, instituto que lanzó la segunda edición del libro en días pasados.