Investigación Desarrollo
9 de junio de 2011
(Agencia ID)
Debe partirse del conocimiento que se genera en los grupos étnicos para generar mayor equidad social en las poblaciones, reducir la pobreza y generar bienestar, aseveró la doctora Rosalba Casas Guerrero, directora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIS-UNAM).
La académica intervino durante el encuentro Protección, aprovechamiento social y desarrollo del conocimiento tradicional para la innovación, organizado por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Fondo de Cooperación Internacional en Ciencia y Tecnología Unión Europea-México (Foncicyt).
En este foro se revisaron los resultados del proyecto de investigación Conservación, desarrollo, aprovechamiento social y protección de los conocimientos y recursos tradicionales en México.
Casas Guerrero también comentó que en esta investigación se sus participantes dieron paso a una nueva sociedad del conocimiento en la que los científicos y las comunidades intercambian saberes.
Por su parte, el director general del FCCyT, doctor Juan Pedro Laclette, afirmó que la capacidad de generar conocimiento debe traducirse en impacto social, de otra manera la ciencia se encierra en un nicho de confort que impide el paso a la innovación.
Asimismo, el también investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB-UNAM) aseguró que esta capacidad de impactar no sólo depende de las universidades, o centros de investigación, sino de la asociación con otros actores sociales, entre ellos las empresas, pues una de las formas de llegar a un nuevo producto o servicio es la vinculación.
Sin embargo, destacó la poca cultura de vinculación en los sectores académicos y empresariales ha impedido que se aproveche el conocimiento en las labores cotidianas; por lo que “quienes generamos ciencia tenemos un compromiso”.
A este respecto, llamó a los participantes del proyecto Conservación, desarrollo, aprovechamiento social y protección de los conocimientos y recursos tradicionales en México a generar conocimiento que se traduzca en progreso para las comunidades rurales y no limitarse a entregar informes.
Durante su intervención, el doctor León Olivé, responsable técnico del también llamado consorcio Compartiendo saberes apuntó que el principal objetivo de este proyecto fue “contribuir a que las comunidades rurales e indígenas fortalezcan y desarrollen capacidades para articular conocimientos tradicionales y científicos en procesos de innovación, así como en la resolución de conflictos asociados al manejo, propiedad y uso de recursos”.
Conforme a lo reportado en la reunión, gracias a esta investigación se lograron conservar semillas de maíces criollos de la cuenca del lago de Pátzcuaro, Michoacán, mediante iniciativas que incluían directamente a los productores.
De igual forma, se dio la adopción de estufas ahorradoras eficientes, conocidas como Patrsari, para disminuir el consumo de leña, la emisión de contaminantes y daños a la salud.
En el estudio realizado en comunidades de Michoacán, Hidalgo, Guerrero y el Distrito Federal participaron 60 investigadores de diferentes disciplinas provenientes de la UNAM, la Universidad Autónoma de Madrid, el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada, y la asociación civil francesa Grupo de Estudios y de Servicios para la Economía de los Recursos.