CALIFICAN DE POBRE E INCIPIENTE EL IMPACTO DE LA REFORMA ENERGÉTICA EN LAS ENERGÍAS RENOVABLES

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/149/09
México, D. F., 28 de octubre de 2009.

  • Especialistas de diversas instituciones exigieron que México transite a una economía baja en carbono, durante los trabajos de II Foro de Energía que se realiza en la Academia Mexicana de Ciencias
  • Incipiente el efecto de la reforma energética en las energías renovables: Jorge Islas
  • En los últimos 20 años, se ha relegado el desarrollo tecnológico y la promoción de una política sustentable en materia de energía: Claudia Sheinbaum
  • México es el país que más energía solar utiliza para generación térmica pero no se contabiliza en el Balance Nacional: Mulás del Pozo
  • Se debe construir el andamiaje institucional que impulse en México una economía baja en carbono: Lourdes Melgar
  • Existen las bases necesarias para que en el futuro exista energía eólica con participación de la industria mexicana: Jorge Huacuz
  • Importar los derivados del petróleo mina la soberanía energética: Carlos Enrique Escobar Toledo
Teresa Rojas Rabiela, tesorera de la AMC, moderó la sesión de trabajo El impacto de las reformas energéticas en las energías alternas y tradicionales; su relevancia en materia de transición energética, medio ambiente y sustentabilidad.
Teresa Rojas Rabiela, tesorera de la AMC, moderó la sesión de trabajo El impacto de las reformas energéticas en las energías alternas y tradicionales; su relevancia en materia de transición energética, medio ambiente y sustentabilidad.
Foto: AMC
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Después de calificar de incipiente el efecto de la reforma energética en las energías renovables, Jorge Islas Samperio, investigador del Centro de Investigaciones en Energía de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó que a pesar de las numerosas reformas y leyes, México ha fracasado en incrementar su abasto mediante el empleo de energías renovables.

Enfatizó que existen factores que, históricamente, han impedido el despliegue de las energías renovables, por lo que planteó la importancia de establecer una coordinación coherente, que permita cumplir las ya de por sí pobres metas que se fijó la ley de la reforma energética en dicho rubro.

En su participación durante la mesa El impacto de las reformas energéticas en las alternas y tradicionales; su relevancia en materia de transición energética, medio ambiente y sustentabilidad, del II Foro de Energía Reforma Energética para un Futuro Sustentable, al que convocaron las Academias Mexicana de Ciencias y de Energía, la UNAM y el Gobierno del Estado de Tabasco.

Islas Samperio afirmó que no hay incentivos económicos directos, ni metas, en el Programa Nacional de Aprovechamiento de Energías Renovables, además de que los recursos son insuficientes para hacer una transición energética. Por ello, recomendó fijar un 20 por ciento del fondo de la Ley de Federal de Derechos en materia de hidrocarburos de PEMEX, que sea utilizado para el desarrollo e implementación de energías renovables.

Más adelante, Claudia Sheinbaum, investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, subrayó que aunque el objetivo formal de la reforma energética era aumentar la producción y derivados de petróleo producido en México, en el fondo lo que se buscaba era promover la participación de capital privado en el sector petrolero.

En los últimos 20 años, subrayó, el problema en el sector energético es que el debate central y la acción de políticas públicas ha estado orientada, fundamentalmente, hacia la promoción de capital privado, relegando el desarrollo tecnológico y la promoción de una política sustentable.

Indicó que México no puede seguir promoviendo la participación privada en el sector energético, mientras que en el resto del mundo esa discusión está agotada y es el Estado quien tiene mayor presencia.

La ex secretaria del Medio Ambiente del Distrito Federal sentenció que la planeación del futuro energético está sustentado nuevamente en terribles fallas que ha tenido el sector energético, desde el año 2000, como la importación de combustibles, cuando lo que debe de buscarse es la autonomía.

Sheinbaum aseguró que, con los programas que está desarrollando actualmente la Secretaría de Energía, no se ve un futuro promisorio para el consumo y producción de la energía mucho más sustentables, por el contrario, auguró que México importará más recursos energéticos y los esfuerzos seguirán dirigido al gas natural y a combustibles fósiles.

En su oportunidad, Pablo Mulás del Pozo, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, señaló que a pesar de que México es el país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que más energía solar utiliza para generación térmica, esto no se contabiliza en el Balance Nacional, debido a que la Agencia Internacional de Energía la califica como proceso natural y no la considera cuantificable.

Agregó que esta situación debe cambiar, ante el énfasis que actualmente se está poniendo en las energías renovables a nivel mundial; sin embargo, aseveró, aún no es posible hablar del impacto de la reforma energética en este sentido, pues es todavía muy reciente.

No obstante, indicó Mulás del Pozo, en nuestro país ya se realizan esfuerzos como el de una empresa exportadora de Baja California Sur que produce 7 millones de sal por año a partir de agua de mar, utilizando una combinación de energía solar y eólica; además de que existe un millón de metros cuadrados de calentadores solares instalados a lo largo del el país, en hospitales y albercas, y eso nadie lo contabiliza, lamentó.

Indicó que aún cuando desde hace 10 años no han logrado convencer a las autoridades, es necesario tener una visión con un horizonte a largo plazo, para visualizar hacia dónde se debe transitar con una mayor probabilidad de éxito.

El ex coordinador de área de ingeniería de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), urgió en la necesidad de sustituir las energías fósiles para introducir al país en una economía de bajo carbón, a través del uso de tecnologías renovables como la solar, geotérmica y de biomasa, como opciones reales.

Comentó que no ha habido énfasis en temas como el uso de energías renovables para generación térmica; el uso de las nuevas tecnologías para el transporte; el uso de la energía nuclear para generación base y la modernización de la red eléctrica como una red inteligente, que no han suscitado interés en el sector energético, pero son de suma importancia.

Por su parte, Lourdes Melgar, investigadora y consultora independiente en temas energéticos, subrayó que el año pasado, cuando el gobierno federal propuso la iniciativa de reforma energética, el propósito era incrementar la renta petrolera, objetivo que no ha conseguido, además de que desatiende lo que el país necesita en términos globales.

La investigadora consideró positivo que, con ocasión de la reforma fiscal, por primera vez se llevó a cabo un debate nacional sobre el tema de las energías renovables y transición energética, con la participación de numerosos especialistas.

La experta en energías renovables coincidió con Pablo Mulas en la necesidad de impulsar en México una economía baja en carbono, con perspectiva de largo plazo, 30 o 50 años, entre otras razones porque nuestro país es el número siete a nivel mundial en emisión de gases de efecto invernadero.

Planteó no llevar a cabo pequeñas soluciones, sino repensar el modelo de desarrollo de la nación, enfrentando los retos financieros, energéticos, ambientales y sociales, para lo cual se requiere de un cambio conceptual y mucha voluntad política.

Utilizando una analogía, Lourdes Melgar dijo que si en el siglo XVII no hubieran querido hacer un cambio de paradigma, hoy en día seguiríamos moviendo los trenes con carbón, por lo cual llamó a construir el andamiaje institucional que permitirá impulsar en México una economía baja en carbono.

Señaló que los países que han tenido éxito en impulsar energías renovables han instrumentado políticas para incentivar su desarrollo como tarifas garantizadas a la energía verde e incentivos fiscales a quienes inviertan en energías renovables, ejemplo que México podría seguir.
Jorge Huacuz, investigador del Instituto de Investigaciones Eléctricas, habló sobre el efecto de las reformas en el campo de la energía eólica y el estado actual de la tecnología en este campo.

Lamentó que México no sea líder en América Latina en aprovechamiento de energía eólica, y que a su vez Latinoamérica esté al mismo nivel de África, muy lejos de Europa, la región que mejor aprovecha este recurso.

Las energías renovables tienen una cara bonita, dijo, que es su amabilidad con el medio ambiente, pero una cara dura que es la dificultad para que sean un negocio rentable, advirtió.

Sin embargo, informó que en México la industria eólica es creciente y comparable a la industria automotriz, con muchos nichos de oportunidad para hacer negocio. Aunque aclaró que a la fecha la mayoría de las empresas que invierten en energía eólica lo hacen con la ayuda de empresas, expertos y tecnología extranjera.

En este sentido, destacó la importancia de desarrollar tecnología propia que se adapte a las condiciones de viento que tenemos en México, pues actualmente las máquinas están diseñadas para otros países.

Señaló que en México se podrían fabricar entre 17 mil y 18 mil máquinas eólicas por empresas mexicanas que ni siquiera saben que existen esas oportunidades; no obstante, lamentó la falta de especialistas en energía eólica, especialmente en el área tecnológica.

A su vez, Carlos Enrique Escobar Toledo, investigador de la Facultad de Química de la UNAM, habló sobre el rol estratégico de la industria petroquímica en el contexto actual del sector, y presentó algunas consideraciones para hacer una planeación de largo plazo.

Dio a conocer que, en colaboración con estudiantes de doctorado de esa dependencia universitaria, realizó un horizonte de planeación para la industria petroquímica, donde se desarrollan nuevas tecnologías, se restituye el valor agregado de la industria y se muestra la factibilidad de producir petroquímicos a partir del crudo.

El investigador y ex funcionario de PEMEX, informó que, cada año, México importa nueve millones de toneladas de petroquímicos, las cuales representan 18 mil millones de dólares, recursos con los que se podría construir una nueva refinería, luego de señalar que importar los derivados del petróleo mina la soberanía energética.


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