Reforma
6 de agosto de 2008
Grupo Reforma
Roger Magar Vincent y Fernando del Río advirtieron sobre una crisis petrolera de grandes dimensiones
Ciudad de México.- Si seguimos enfocados casi exclusivamente en el petróleo como recurso energético del país, llegaremos pronto a una crisis de grandes proporciones, afirmaron los investigadores Roger Magar Vincent y Fernando del Río Haza, quienes señalaron que «la médula de la solución está en iniciar ya un ambicioso programa de energías alternas, comenzando con las energías del viento y solar».
En el artículo «La inminente crisis del Petróleo», publicado en la más reciente edición de la Revista Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), los especialistas indicaron que México, en diciembre de 2003, produjo 3 millones 455 mil barriles diarios de petróleo, la mayor cifra en la historia. Sin embargo, en marzo de 2008 la producción se había reducido a sólo 2 millones 847 mil barriles diarios.
«El descenso no parece detenerse, y cada mes la producción de crudo cae en alrededor del 2.5 por ciento. Esta declinación está conectada con la álgida y ríspida discusión publica y política sobre el petróleo, enfocada principalmente en qué hacer con PEMEX», exponen los investigadores en su artículo.
Del Río Haza y Magar Vincent puntualizaron que aunque se acepta que la situación del abasto petrolero es grave, no se advierten síntomas de real preocupación, y la discusión se centra en cómo y cuándo extraer petróleo de la región de aguas profundas del Golfo de México, donde se supone que existe en grandes cantidades.
«La situación es mucho más grave y apremiante de lo que se reconoce en los medios de comunicación y la salida de la crisis no está en el supuesto ‘tesoro’ en el Golfo de México, sino en las energías renovables de que disponemos en abundancia: el sol y el viento», añadieron.
En el artículo publicado en el órgano de difusión de la AMC, Del Río y Magar anotaron que gran parte del territorio de México cuenta con gran potencial eólico para generar electricidad. Destacaron el istmo de Tehuantepec y la zona que corre desde el norte de Zacatecas, hasta la frontera con los Estados Unidos. En estas zonas hay vientos fuertes y tan estables que alcanzan factores de planta del más de 45 por ciento, explicaron.
En comparación, Dinamarca, país pionero en el desarrollo de la energía eólica, tiene un factor de planta de sólo 20 por ciento, y ello no obstante le permite generar 21 por ciento de la energía eléctrica que consume esa nación.
Señalaron que la generación eólica de electricidad representa otras ventajas para México: por un lado, es una tecnología con un bajo impacto sobre el ambiente y, por otro, el tiempo necesario para su construcción e instalación es de menos de año y medio. «Esta es una ventaja estratégica, porque contamos con poco tiempo para sustituir el petróleo como fuente interna de energía», escribieron.
Una segunda opción, anotaron, es la energía solar, pues por su posición geográfica México recibe abundante radiación solar, con una incidencia media de 5 kilowatts–hora por metro cuadrado al día. Sobre un área de 212 kil metros por 212 kilómetros (0.022 por ciento del territorio nacional), incide suficiente energía solar para cubrir el consumo total de energía en el país.
El potencial de la energía solar en México es así de suficiente para cubrir varias veces su consumo energético actual, concluyeron.
Fernando del Río Haza es doctor en física por la Universidad de California, Berkeley, y actualmente es profesor distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. Su especialidad es la termodinámica y la mecánica estadística. Es integrante y ex presidente de la AMC.
Roger Magar Vincent es físico por la Universidad Nacional Autónoma de México, especialista en energía nuclear y óptica y actualmente profesor jubilado de las facultades de Ingeniería y Ciencias de esa casa de estudios.
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