La Jornada
2 de julio de 2005
Karina Avilés/enviada
León, Guanajuato, 1º de julio. Para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) fue una «sorpresa» la calificación de 5.4 que recibió de más de 4 mil científicos, ya que «contrasta» con otros sondeos en los que ese organismo es uno de los «mejor calificados», inclusive por arriba de «ocho».
Este fue el argumento que dio el director adjunto de Tecnología del consejo, Guillermo Aguirre Esponda, a la encuesta auspiciada por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), mientras el coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, José Luis Fernández Zayas, expresó que el año y medio que le resta al gobierno federal «es una eternidad en el mundo de la ciencia», por lo que las autoridades deben actuar «hoy» para corregir los errores, pues el país «está literalmente en quiebra» y en franca decadencia en cuanto a competitividad en el rubro.
Por su parte, el presidente de la Red Nacional de Consejos y Organismos Estatales de Ciencia y Tecnología, Miguel Chávez Lomelí, consideró que la adversa percepción de los científicos al desempeño de políticas e instituciones en la materia tiene que ver con el modelo al que apostó el gobierno del presidente Vicente Fox, mismo que «no funciona en ninguna parte del mundo», porque no se basa en una política de Estado incluyente, sino en una visión de la administración federal.
Entrevistados en el contexto del segundo Seminario regional sobre desarrollo de la competitividad con base en el conocimiento, que se inauguró este viernes en esta ciudad, Aguirre Esponda opinó que los científicos que respondieron la encuesta no calificaron sólo al Conacyt, sino a todo el sistema nacional: «Lo entendería dentro del punto de vista de que nos estuvieran evaluando como sistema, ‘oye, no estamos todavía donde queremos estar’. Y yo diría que, como sistema, ¿en dónde estamos? Pues más o menos al 4.5 de 10, porque quisiéramos estar en el uno por ciento, y estamos en el 0.4 (por ciento del producto interno bruto, PIB)» destinado a ciencia y tecnología.
Expresó que la meta de invertir el uno por ciento del PIB en ciencia y tecnología, misma que «heredamos» desde la creación del Conacyt, «nos va a quedar lejos. Si llegamos a superar el medio por ciento será un buen logro», confesó.
Aunque luego se preguntó: «Lo que más me interesaría es saber si podemos tomar medidas puntuales para lograr esa satisfacción como gobierno, como sociedad». No obstante, dijo que el Conacyt está dispuesto a adoptar medidas frente a los resultados de la encuesta.
José Luis Fernández Zallas expresó que el Conacyt no puede dar la espalda a la realidad. Manifestó que hay que «actuar hoy para corregir mañana», no esperar la llegada de un nuevo gobierno, porque la situación podría ser peor en año y medio si no se resuelven los pendientes.
«El Plan Nacional de Desarrollo dice que tenemos que duplicar en el presente sexenio la infraestructura y el número de centros, y no hemos hecho nada de eso». También, agregó, hay un fondo para la ciencia básica que «está atorado por la aportación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y que siempre llega tarde o mal, o no llega». En este sentido, aseguró que apenas están por recibir «los dineros del año 2004» cuando ya estamos en julio de 2005.
«Â¿Cómo me explican que en un país donde la SEP representa una fracción tan grande del presupuesto nacional no tenga 300 o 400 millones de pesos para ciencias básicas?», cuestionó al expresar que una de las cosas que fallan es que «hemos dejado a los burócratas solos».
Sin embargo, consideró que el mayor problema radica en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que programa «peso por peso» los recursos.
Recordó a esa dependencia que «está entrando mucho más dinero de la recaudación del impuesto sobre la renta de las empresas que están haciendo investigación y desarrollo», por lo que se estima que este año ingresarán cerca de 10 mil millones de pesos adicionales.
Chávez Lomelí manifestó que el gobierno de Vicente Fox apostó a que una sola instancia, el Conacyt, pudiera desarrollar el proyecto científico y tecnológico del país, «lo cual no funciona en ninguna parte del mundo». Por ello, añadió, es necesario cambiar ese modelo.
«Consideramos que el desarrollo nacional debe partir de las realidades locales; la responsabilidad de los estados es la de tener esa visión nacional para insertarse en un proyecto único de país. Eso no ha sucedido», enfatizó.