Reforma
4 de septiembre de 2008
Cecilia Rosen
Ofrece hoy el científico mexicano conferencia en la Academia Mexicana de Ciencia
Ciudad de México.- La creación de la Agencia Espacial Mexicana (AEXA) es una excelente idea, en especial si busca enriquecer la investigación nacional y promover la formación de planetólogos que den un enfoque interdisciplinario a la resolución de los problemas nacionales.
Así lo considera el coordinador de la investigación científica en la Universidad de Arizona (UA), Joaquín Ruiz, quien esta semana visita su país de origen para establecer convenios de colaboración entre esa institución y varios centros de investigación mexicanos.
Los impulsores de la AEXA esperan que la semana entrante la Cámara de Senadores apruebe el proyecto para su creación. Éste es apoyado por 46 científicos y empresarios, ya ha sido votado y aprobado por la Cámara de Diputados, y pretende reunir y coordinar las investigaciones científicas y la tecnología espacial hecha en el País, así como propiciar la colaboración con otras naciones (REFORMA, 12/06/2008).
«(Pero) cómo se hace es importante. Uno puede hacer una agencia espacial que no haga nada, o una que se dedique a cambiar la forma en que piensan en las universidades sobre educación», dice el geoquímico sobre el proyecto de la AEXA.
«La agencia espacial mexicana sería una artimaña para formar científicos que serían capaces de hacer estudios sobre el ambiente con una visión muy diferente de lo que se hace ahora», afirma Ruiz, y agrega que el envío de sondas a otros planetas por parte de México sería, en todo caso, una asunto secundario.
Sobre la búsqueda de vida extraterrestre
Como parte de su visita a México, Ruiz dará una conferencia en la que hará un recuento sobre la búsqueda de vida en otros planetas y sobre la misión Phoenix de la NASA en Marte, en la que participa actualmente desde la Universidad de Arizona.
Entre los hallazgos más interesantes de la sonda, resalta Ruiz, además de la confirmación de agua en estado sólido (REFORMA, 08/01/2008), está el haber detectado carbonato de calcio, que demostraría que Marte tuvo alguna vez agua líquida.
El encontrar percloratos en el suelo marciano, dice el geoquímico, no descarta la presencia de vida allí, si se toma en cuenta que el desierto de Atacama, en Chile, tiene formas de vida primitivas pese a la presencia abundante de ese compuesto.
Los percloratos son compuestos que se forman en el atmósfera cuando hay rayos y hay suficiente cloro. Posteriormente,cuando llueve, estos compuestos son arrastrados por el agua. En el desierto de Atacama, como en Marte, explica, se pueden formar capas delgadas de percloratos por la falta de lluvia.
Con respecto a la presencia de elementos orgánicos, que sugerirían la evidencia vida microbiana en Marte, el especialista aclaró que durante los siguientes dos meses se definirá si los análisis de Phoenix detectaron elementos con alto peso molecular.
«Si no descubrimos algo que puede ser material orgánico, entonces la NASA y todos los científicos tendrán que pensar si es solamente por el lugar en que aterrizamos o si es global».
Hasta ahora, 3 de las 8 pruebas que ha realizado uno de los instrumentos de la sonda, el espectrógrafo de masas, han dado resultados negativos ante las expectativas de los científicos. Los compuestos analizados hasta ahora, explicó Ruiz, sólo ofrecen evidencias de elementos con bajo peso molecular.
Las siguientes pruebas, por tanto, serán clave en el estudio de vida extraterrestre.
«Para la exploración de vida en otros planetas los próximos 2 meses son muy importantes a partir de Phoenix», señaló.
La ciencia en México
A la distancia, Ruiz ve a la ciencia mexicana como de «categoría mundial».
«Hay dinero para comprar equipo para los laboratorios, hay científicos que son de primera categoría para hacer la investigación en estos equipos, pero donde se viene todo abajo es en la infraestructura para mantener los laboratorios. El problema es la infraestructura del País».
Donde está fallando la política nacional, agrega, es que hay una gran cantidad de científicos mexicanos que se van a otras naciones porque aquí faltan las plazas para contratar especialistas que lleven a cabo sus investigaciones.
De no haber tenido motivos personales para quedarse en Estados Unidos, dice Ruiz, habría regresado a México, después de terminar su doctorado, «a librar la batalla».
Extiende vínculos con México
Como parte de su estrategia de colaboración con instituciones mexicanas, la Universidad de Arizona explora la posibilidad de incorporar al Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) para que aporte sus conocimientos en la generación de innovaciones para la ciencia mexicana.
Así lo afirmó José Lever, coordinador de la oficina de la Universidad de Arizona en México y quien coordina la visita de Joaquín Ruiz en el País.
«Nos interesa que haya contrapartes que conozcan el ámbito de los negocios, y una de las líneas que estamos explorando en el ITAM es que sus expertos y sus estudiantes se involucren en este modelo, que ya trabaja con el Centro de Investigación en Óptica (CIO), el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE)y el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE)».