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6 de abril de 2011
Notimex
México, 6 Abr. (Notimex).- Juan Ramón de la Fuente, ex secretario de Salud, consideró un acierto que se haya hecho en México obligatoria la receta médica para la venta de antimicrobianos, pues esto ayuda a controlar la resistencia a los antibióticos.
Con motivo del Día Mundial de la Salud 2011 que lleva por lema «Resistencia a los antimicrobianos: Si no actuamos hoy, no habrá cura mañana», De la Fuente Ramírez indicó que dicha problemática es cada vez más peligrosa.
El también ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) resaltó que en la actualidad está dedicado a llamar la atención sobre la resistencia que se ha generado a diversos fármacos antimicrobianos, debido a su uso indiscriminado.
«Es un problema grave pues ha propiciado que muchos medicamentos fundamentales para combatir algunas infecciones importantes pierdan su eficacia terapéutica, por un lado, y propicien cepas de microbios resistentes que pueden llegar a ser de consecuencias muy graves para la salud e incluso causar la muerte», expuso.
De la Fuente resaltó que datos de la Organización Mundial de la Salud indican que cada año se producen 440 mil casos nuevos de tuberculosis multirresistente, que causan al menos 150 mil muertes.
Ello demuestra que un uso inadecuado e irracional de los antimicrobianos crea condiciones favorables a la aparición, propagación y persistencia de microorganismos resistentes, comentó.
El ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias admitió que el problema «obviamente afecta a México», por lo que consideró un acierto de la Secretaría de Salud (SSA) la determinación de hacer obligatoria la receta médica a partir del 1 de abril de 2010 para la venta de estos fármacos.
Añadió que desafortunadamente hay muchas maneras de darle la vuelta al problema, porque de lo que se trata es que los fármacos estén bien indicados y, en no pocos casos, los consultorios que han proliferado como anexos de algunas farmacias expiden las recetas que el usuario solicita.
Juan Ramón de la Fuente sostuvo que en todo caso se trata de aumentar el control para evitar que esa resistencia a los antibióticos se generalice aún más.
«El problema es que una vez que aparece una cepa resistente, se requieren de nuevos medicamentos para atacarla y estos habitualmente son mucho más costosos y encarecen el tratamiento que de otra forma podría ser razonablemente económico y eficaz», resaltó.
NTX/JRR/JGR