Querí­an a un cientí­fico

Excélsior
8 de diciembre de 2006
Thelma Gómez y Javier Rodrí­guez

Miembros de la comunidad cientí­fica lamentan la designación de Juan Carlos Romero Hicks, ex gobernador de Guanajuato, como director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologí­a (Conacyt), porque su perfil es de administrador y no de cientí­fico.

Para René Drucker Colí­n, coordinador de Investigación Cientí­fica de la UNAM, el nombramiento de Romero Hicks es un premio de «consolación» en el gabinete. «Tal vez el señor tenga buenas ideas y va a impulsar a la ciencia», resaltó el cientí­fico, quien asegura que observará la labor del ex gobernador de Guanajuato durante los primeros meses de su gestión, para hacer una evaluación de su trabajo.

Esther Orozco, directora del recién formado Instituto de Ciencia y Tecnologí­a del DF, considera que «al frente de la ciencia debe trabajar un cientí­fico o un tecnólogo, una persona que comprenda las necesidades del paí­s en cuanto al desarrollo de estas materias».

Para el doctor Rafael Loyola, de la Coordinación de Humanidades de la UNAM, el perfil del director de Conacyt «no se ajusta a lo que esperábamos. Necesitamos un titular con experiencia cientí­fica y con reconocimiento en la investigación, con una visión moderna de lo que se tiene que hacer en ciencia, investigación y desarrollo».

El fí­sico Humberto Terrones Maldonado prefiere dar el beneficio de la duda a Romero Hicks. «Tiene la experiencia y sensibilidad académica. Esperemos que considere a la ciencia y tecnologí­a no sólo desde la perspectiva académica, sino como una actividad que tiene implicaciones en el desarrollo económico del paí­s».

El doctor Octavio Paredes, ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, resalta que Romero Hicks tiene experiencia como administrador, pero «desconoce» lo relacionando con la innovación cientí­fica y tecnológica, por lo que «se tendrá que rodear de la gente capaz para complementar la tarea».

El astrónomo José Franco, director del Instituto de Astronomí­a de la UNAM, advierte que para el Conacyt «hubiera sido deseable tener a un cientí­fico, a un académico de alto nivel», para garantizar que existe la convicción de que la ciencia y la tecnologí­a son importantes para el paí­s.

El biotecnólogo Luis Herrera Estrella afirmó que Romero Hicks tiene un «perfil adecuado; las habilidades polí­ticas y de gestión que se requieren para dirigir Conacyt.

Para los investigadores es urgente que en este sexenio se reestablezca la relación entre la comunidad cientí­fica y el gobierno federal, la cual se fracturó durante el sexenio de Vicente Fox, quien incumplió el compromiso de otorgar el uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a ciencia y tecnologí­a. A este distanciamiento también contribuyeron las diferencias entre investigadores y Jaime Parada ívila, quien dirigió el Conacyt hasta 2005.

La reducción, mala señal
La reducción de 835 millones de pesos al presupuesto de ciencia y tecnologí­a que se propone en el proyecto de Presupuesto de Egresos 2007 es, para los miembros de la comunidad cientí­fica, una «pésima señal» sobre la poca importancia que la administración de Felipe Calderón le dará a la investigación y el desarrollo.

Para Humberto Terrones, esta disminución «es un mal indicio. Lo que se debe hacer es incrementar… La actividad cientí­fica juega y debe jugar un papel importante para el desarrollo de la actividad económica del paí­s».

El doctor Rafael Loyola resalta que «si se piensa que el paí­s debe desarrollar la investigación con recursos privados y con una disminución de la participación pública, entonces ya nos metimos en un camino muy discutible y equivocado».

El doctor Pablo Rudomí­n alerta que si no se invierte en ciencia no se podrá renovar la planta de investigadores, la cual está envejeciendo. «Tenemos que entusiasmar a los jóvenes para que se dediquen a la ciencia y para ello, tenemos que mostrarles que hay futuro».

Mientras que el biotecnólogo Luis Herrera Estrella comenta que el gobierno debe comprender «la importancia que tiene la ciencia para el paí­s. No es un gasto, es una inversión. Ahí­ están China, India y Brasil».

Por su parte, la doctora Esther Orozco comenta que «los problemas de la gente no se solucionan con programas como Oportunidades o fundaciones como Vamos México. Necesitamos educar y formar a nuestra gente para que tenga herramientas que le permitan adaptarse a la realidad y dignidad para enfrentar al mundo en que viven».

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