Reforma
8 de diciembre de 2006
Patricia López
El ex Gobernador de Guanajuato tiene formación en relaciones internacionales y negocios, pero no en ciencia
Ciudad de México.- El nombramiento de Juan Carlos Romero Hicks (Guanajuato, 1955) al frente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) fue cuestionado por la falta de méritos científicos del funcionario, pero se reconoció el impulso regional que dio a la investigación como Gobernador de Guanajuato.
«Me pregunto qué méritos tiene el ex gobernador panista de Guanajuato para dirigir al Conacyt, un organismo importante para conducir la ciencia del País. Yo no le veo ninguno», dijo el fisiólogo René Drucker, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, sobre la designación anunciada el miércoles por el Presidente Felipe Calderón.
«Romero Hicks no cumple con el perfil que hace algunos meses se planteó en la Academia Mexicana de Ciencias, donde se coincidió en la necesidad de tener como director del Conacyt a un científico con nivel de doctorado y una amplia trayectoria académica en su área», consideró el sociólogo Rafael Loyola, secretario técnico de la Coordinación de Humanidades de la UNAM.
El ex Gobernador de Guanajuato (2000-2006) es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad de Guanajuato, de la que fue rector. En 1979 cursó una maestría en ciencias sociales y en 1981 otra en administración de negocios, ambas en el Southern Oregon State College de la Universidad de Oregon.
Desde 1977 fue profesor en la Universidad de Guanajuato, donde dio clases de administración, relaciones industriales, desarrollo organizacional y planeación educativa.
«Creo que fue la mejor decisión que pudo tomar el Presidente Calderón, pues la visión clara que tiene Romero Hicks hacia lo que debe ser la educación superior, la investigación y la innovación, es difícil de encontrar en un gobernante y él la tiene», opinó el químico Pedro Luis López de Alba, titular del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Guanajuato (Concyteg).
Otorgándole el «beneficio» de la duda, Loyola mostró preocupación ante una ideologización de las políticas científicas.
«Me preocupa que continúe el escaso apoyo a la ciencia que hubo en el sexenio de Fox y la misión limitada y sesgada del PAN, en la que se involucran cuestiones religiosas e ideológicas muy contrarias al quehacer científico, pues la ciencia es libertad, crítica y apertura», destacó.
Drucker lamentó que el cargo sea un «premio de consolación» en el reparto del nuevo gobierno.
«Es una pena que el nombramiento de un organismo tan importante para el País se dé como recompensa o como pago político», señaló.
Con esta apreciación coincidió el matemático Víctor Pérez Abreu, del Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat, centro Conacyt con sede en Guanajuato).
«Preocupa que el nombramiento haya sido un premio de consolación, un pago de cuotas partidarias, pues se decía que aspiraba a una Secretaría de Estado», dijo Pérez Abreu, quien, sin embargo, enfatizó los logros del Concyteg durante el gobierno de Romero Hicks.
«El Concyteg ha sido equilibrado en el apoyo a la ciencia básica y aplicada. Durante su sexenio se hizo un plan a largo plazo para ciencia y eso es positivo. Se necesita un fuerte apoyo para aumentar el presupuesto para la ciencia del País. Ojalá Romero Hicks lo promueva». El ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Octavio Paredes, reconoció que el nuevo funcionario no cumple de lleno con el perfil recomendado por el gremio académico.
«Es un hombre inteligente, con un manejo espléndido del inglés y un acercamiento a la academia desde la docencia y la rectoría de la Universidad de Guanajuato. Pero no pertenece a la esfera científica», reconoció el investigador del Cinvestav Irapuato.
Paredes consideró que el nuevo titular de Conacyt buscará el federalismo en la actividad científica y fomentará el apoyo a la ciencia regional. «Le interesa que la ciencia tenga resultados concretos para la gente y creo que trabajará en ese sentido», adelantó.