El Sol de Tijuana
26 de marzo de 2009
Sonia García Ochoa
LA comunidad científica mexicana ha esperado por lo menos 60 años y varias generaciones para que aumente el presupuesto de inversión en ciencia y tecnología.El Sol de Tijuana
Tijuana.- México está perdiendo competitividad mundial y avanzando en sentido contrario en ciencia y tecnología, porque no incrementa los recursos en la proporción que se demanda para la investigación y desarrollo, así como para la aplicación del nuevo conocimiento a la solución de problemas que enfrenta el país, «pues esto se pasa a segundo término».
En Estados Unidos viven 552 mil mexicanos con estudios de licenciatura, maestría o doctorado, mientras que en la Unión Europea son por lo menos 23 mil mexicanos.
De 1995-2000, el promedio anual de migrantes calificados con licenciatura o posgrado fue de casi 15 mil mexicanos.
Mientras que de 2000 a 2005, la migración de mexicanos con alto nivel de capital humano o la fuga de cerebros era de por lo menos 20 mil mexicanos.
Así lo dijo para El Sol de Tijuana, el Dr. en economía, Alejandro Díaz-Bautista, investigador de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef) y distinguido miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel II, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Sólo los países que están invirtiendo en ciencia y tecnología están experimentando hoy en día un desarrollo económico de largo plazo; «por lo que todavía estamos muy lejos del uno por ciento del PIB en ciencia y tecnología al que está obligado el Estado mexicano por ley».
La inversión pública y privada que se hace en México está muy lejos de lo que se hace en países como España, Francia, Brasil y Corea, donde en los últimos veinte años el crecimiento económico se ha logrado en la medida que se ha apoyado más a la ciencia y la tecnología.
El presupuesto gubernamental para la ciencia y la tecnología en 2007 fue de entre 0.35 y 0.37 por ciento del PIB, dependiendo del modo como se haga el cálculo, pero en ambos casos el porcentaje es el menor que se haya dado para la investigación en 20 años, según lo denunció la Academia Mexicana de Ciencias.
La inversión en ciencia y tecnología, va en detrimento de la educación; el presupuesto federal que se destinará en 2009 a ciencia y tecnología, en términos reales asciende a entre 0.5 y 0.52 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el año 2008 fue entre 0.34 y 0.35%, y en 2007 de 0.35%. Con estos porcentajes, se demuestra que se olvidó el desarrollo científico de México en el presente lustro y en toda la década.
México debe hacer todos sus esfuerzos para incrementar su competitividad; ya que en la actual inversión en Ciencia y Tecnología es de 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto, justo por debajo de la inversión promedio de América Latina, que está en 0.55 por ciento.
Diversos grupos de científicos como la Academia Mexicana de Ciencias y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico consideraron este pequeño aumento como insuficiente ante los retos sociales y económicos que enfrenta el país.
México se encuentra ligeramente por debajo del promedio latinoamericano de inversión en ciencia y tecnología, reconoció el titular del Conacyt, Juan Carlos Romero Hicks, y advirtió que en esto tienen gran responsabilidad las entidades federativas que en conjunto no alcanzan una inversión superior a los mil 500 millones de pesos anuales para investigación.
Se requiere que en el presupuesto del año próximo la Cámara de Diputados destine por lo menos un 5 por ciento del Producto Interno Bruto al rubro de ciencia y tecnología a fin de apoyar a los científicos mexicanos, afirmó el diputado Santiago Cortés Sandoval, presidente de la Comisión de Investigación Encargada de Revisar las Actividades del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
Durante una reunión de trabajo con inventores y magistrados de la Asociación Iberoamericana de Jueces, Fiscales y Juristas de la Propiedad Industrial, el legislador del PRD aseguró que se deben proteger los derechos de los inventores para evitar el mal uso de los descubrimientos tecnológicos y propiciar que con estas aportaciones se mejore la situación económica y social del país.
Expuso que actualmente se destinan pocos recursos al rubro de ciencia y tecnología; ya que es el presupuesto más bajo a nivel mundial, tan sólo del 0.35 por ciento del PIB en investigación y desarrollo, lo que ha propiciado que grandes inventores y científicos emigren al extranjero.
En la evaluación de la Ciencia y Tecnología en 2007 y 2008, se señala que México ha perdido competitividad en actividades basadas en el conocimiento.
México tiene el más bajo nivel de los países en productividad científica, formación de recursos humanos en ciencia, inversión en ciencia y tecnología, educación de la ciencia y solicitudes de patentes.
«En éstas épocas de crisis financiera del 2009, recordamos la grave crisis económica de la deuda de principios de los ochenta, con una insuficiencia de los salarios de los investigadores y la falta de recursos para trabajar amenazaron con la desintegración de la débil comunidad científica mexicana, que inicio con una progresiva fuga de cerebros», indicó el investigador de El Colef.
Esto obligó al presidente De la Madrid a adoptar un proyecto de la Academia de la Investigación Científica y crear el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), una forma de política de aumentar un poco los ingresos de los investigadores en función de su productividad individual, sin tocar los bajos salarios base.
«Los científicos mexicanos pedimos que se nos apoye con más recursos y que no nos recorten más nuestro presupuesto para realizar la actividad científica, además de eventos, conferencias y seminarios, al igual que proyectos de investigación y que se nos pongan más tareas con menos ingresos reales», expresó Alejandro Díaz-Bautista.
Y agregó: «Cómo no se va a dar la fuga de cerebros, si los salarios reales de los investigadores son por lo menos 4 veces el salario que se paga en México».
Consideró que se debe corregir el modelo de apoyo a los investigadores a través de incentivos, los cuales representan hasta un 50 por ciento de los ingresos de un científico mexicano y se pierden al jubilarse.
Por lo que casi ningún investigador quiere dejar su plaza de trabajo a la edad de jubilarse, para que pueda ser ocupada por las nuevas generaciones, por lo que el promedio de la comunidad científica es cada vez más alta en México, lo que no ayuda al país en el largo tiempo.
En Estados Unidos viven 552 mil mexicanos con estudios de licenciatura, maestría o doctorado, mientras que en la Unión Europea son por lo menos 23 mil mexicanos.
De 1995-2000, el promedio anual de migrantes calificados con licenciatura o posgrado fue de casi 15 mil mexicanos.
Mientras que de 2000 a 2005, la migración de mexicanos con alto nivel de capital humano o la fuga de cerebros era de por lo menos 20 mil mexicanos.
«Lo que necesita México es que se debe de hacer una secretaría de ciencia y tecnología, lo que significaría que la ciencia seria una política pública de estado», comentó el investigador de El Colef.
El poder elevar a nivel de Secretaría de Estado el actual Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), demostraría que el Gobierno Federal tiene un interés verdadero por integrar los temas del crecimiento y desarrollo económico de largo plazo en la política nacional.
«Debemos tener en México una secretaría de ciencia y tecnología, lo que significaría que la ciencia es una política de estado, al tener el rango administrativo y jerárquico en la administración pública que se merece y que tienen otros aspectos de la vida social como el turismo, la agricultura, la economía y la energía», propuso Díaz-Bautista.
El análisis de políticas públicas muestra que es urgente instrumentar verdaderas políticas públicas que impulsen la ciencia y la tecnología en México, a fin de que las empresas mexicanas cuenten con las condiciones idóneas de competitividad a nivel internacional y para ello se debe garantizar que el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) destinado a este rubro, sea mínimo del uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) como lo marca la ley.
México experimenta un retroceso en ciencia, tecnología e innovación, debido a su baja inversión en el sector, lo cual explica por qué el país ha descendido en la clasificación de competitividad del Foro Económico Mundial, al pasar del lugar 38 en el 2000 al 60 en el 2008.
Hay naciones como Brasil y Estados Unidos, que cuentan con políticas públicas muy claras en ciencia y tecnología.
Mientras que en México continúa rezagándose la ciencia y la tecnología. En Brasil la investigación científica es primordial para su desarrollo, por lo que invierten el 1.09 de su PIB en investigación y desarrollo desde hace algunos años; el resultado es que son el tercer país exportador de aviones en el mundo.
China es uno de los pocos países en el mundo que tienen un producto interno bruto superior a 2,630,000 millones de dólares.
La tasa de crecimiento promedio anual en China estuvo por arriba del 9 % en promedio en la última década, antes de la crisis económica actual. China proyecta su inversión en investigación y desarrollo (I+D) en un 2.0 % para 2010 y en 2.5 % para el 2020.
En el año 2005 China invirtió 29,400 millones de dólares, casi triplicando su misma inversión en (I+D) del año 2000.
China va a superar a Estados Unidos y a Japón en porcentaje de inversión en (I+D) respecto al PIB en los próximos años.
Los centros de investigación y desarrollo de capital extranjero en China crecieron de 200 a 750 entre el 2001 y 2005.
En los países en vías de desarrollo la inversión promedio, en investigación y desarrollo (I+D) es de por lo menos 0.5 % del PIB, algo a lo que México ha tenido problemas en llegar.
En los países desarrollados, alcanza como promedio, casi tres veces y más esa cifra, llegando al 1.5 % del PIB, para el 2004, la OCDE menciono que Japón invierte el 3.13 % del PIB en (I+D), Estados Unidos un 2.68 % en el año 2001.
Otros países que son líderes en (I+D) son Alemania con 2.5 %, Francia con 2.2 % y Reino Unido con un 1.9 % del PIB.
En los 25 países miembros de la Unión Europea (UE), el promedio en I+D en 2003, fue de 1.81 %. China sobrepasará a la Unión Europea en 2009 en recursos dedicados a investigación y desarrollo si se mantienen las tendencias de los últimos años.
Cada uno de los ocho presidentes que gobernaron el país en la segunda mitad del siglo XX prometieron que al final de sus respectivos sexenios el presupuesto de inversión en ciencia y tecnología del país alcanzaría el 1.0% del PIB, en vez de ser del 0.3% al 0.4%.
Pero ninguno de los ex presidentes pudo cumplir su promesa, de modo que al terminar el siglo XX, México seguía siendo uno de los países que tendía a gastar menos en su desarrollo científico y tecnológico.
La comunidad científica mexicana ha esperado por lo menos 60 años y varias generaciones para que aumente el presupuesto de inversión en ciencia y tecnología a los niveles de inversión considerados como mínimos por la comunidad internacional.
México enfrenta un panorama desolador de la evolución de la investigación y desarrollo (I+D) y sus efectos se verán en la pérdida de productividad y competitividad en los próximos años, si no se aplican verdaderas políticas públicas en Ciencia y Tecnología y si no se duplica la inversión en (I+D) como porcentaje del PIB.
El presupuesto federal en materia de ciencia y tecnología no debe estar disperso en distintas dependencias, y se debe concentrar los recursos económicos en un solo organismo, como el ya existente Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (Conacyt), pero ahora a nivel y categoría de una secretaría de Estado.
El Conacyt deberá convertirse en una secretaría de Estado en los próximos años, para que la ciencia mexicana obtenga el rango de importancia que le corresponde en México y que contribuya de manera significativa al crecimiento económico de largo plazo que necesita un país como México, concretó el Dr. en economía, Alejandro Díaz-Bautista.