El Universal
31 de mayo de 2005
Alberto Aziz Nassif
Hay momentos en los que la acumulación de hechos y conflictos logra conformar perspectivas poco alentadoras del país; ahora es uno de esos momentos.
Nada más seleccionamos cuatro situaciones que en los últimos días nos muestran algunos de los graves problemas nacionales: la amenaza del crimen organizado, que se acompaña de situaciones de anomia social, pasando por la desvinculación de los actores políticos respecto de estos problemas graves, que sólo expresan el bajo nivel político del país; para llegar a dos expresiones lamentables: una el manejo de censura sobre la pobre inversión federal del país en ciencia y tecnología, y la otra, una primera cuantificación sobre la cultura machista y la discriminación de la mujer.
1. Anomia y quebranto institucional. El traslado de emergencia de un reo, El Chapito, hijo del famoso Chapo Guzmán, narcotraficante que se encuentra prófugo desde 2001, del Reclusorio Sur de la capital del país rumbo a un penal de alta seguridad frente a la amenaza de un ataque del crimen organizado.
El conteo de unas 280 muertes violentas del narcotráfico en los últimos meses se vuelve una carga diaria que azota ciudades como Matamoros, Culiacán o Tijuana, entre otras. El asesinato y la violación de mujeres y, ahora también de niñas, en Ciudad Juárez, sumado a una violencia intrafamiliar que crece de forma cotidiana. La violencia del crimen organizado en bandas que secuestran, roban, asaltan y que todos los días amenazan la seguridad de los ciudadanos en todo el país.
Estas expresiones obedecen a una terrible mezcla que va del deterioro de los tejidos sociales, como en el caso de Ciudad Juárez, y llegan hasta una institucionalidad ineficiente que todos los días se ve rebasada frente al crimen organizado. Los planes y programas del gobierno para hacer frente al crimen organizado se repiten cada vez que hay un detonante o alguna crisis, y se vuelven a decir los mismos discursos llenos de buenas intenciones, mientras las estadísticas de las muertes violentas crecen y ganan cada día las calles de forma impune. El último plan de emergencia gubernamental se hizo la semana pasada en el estado de Sinaloa.
2. La frivolidad de los políticos. El clima político no deja mucho margen para un panorama más optimista. Mientras estos problemas sofocan al país, los políticos, convertidos en precandidatos, se dan el lujo de hacer piruetas en el aire. El presidente Fox ha tenido movimientos contradictorios: primero responsabiliza al Congreso de la violencia, por no haber aprobado una nueva ley en la materia, y una hora después ofrece diálogo. La respuesta es inmediata, los líderes de la oposición sacan a pasear sus adjetivos contra el Presidente.
Mientras, los ciudadanos tenemos que resignarnos a navegar con estos políticos que sólo saben confrontarse, pero son incapaces de ponerse de acuerdo. López Obrador ha decidido adelantar la agenda y en lugar de ver por los problemas de la capital, que urgen y se acumulan, sobre todo los de inseguridad, ha optado por proyectar imágenes de futuro sobre puras ocurrencias de lo que hará en caso de ganar la Presidencia. Sus adversarios tratan de seguir el juego para no salirse de foco, como el caso del panista Calderón que hace el circo de comprarle el reloj al jefe de Gobierno. Mientras, el PAN aprueba una campaña millonaria para la elección interna de su candidato. Quizá los panistas quieren suplir con millones las pocas ideas que tienen sobre qué proponer para el futuro del país y el tercer lugar que sacan en las encuestas.
En el PRI sigue la pelea, el Tucom, la maestra y Madrazo continúan jugando sus cartas y hablan de unidad, como un discurso correcto, mientras las estrategias para ganarle al contrario crecen. Varios del Tucom tienen montada su campaña en la televisión y gastan de forma amplia un dinero que no se fiscaliza y tampoco se conoce su procedencia. La campaña tricolor del estado de México ya rebasó los topes de gastos (la revista, 23/V/2005), por lo que la elección se puede deslegitimar y al final quizá se resuelva en una sentencia judicial.
El modelo mexiquense del PRI será el laboratorio de lo que se pondrá en operación en la elección de 2006: presencia amplia y constante en televisión y radio y una maquinaria territorial operada de forma corporativa.
En suma, vamos a una sucesión presidencial con reglas insuficientes en materia de fiscalización, en donde la alta competencia, sumada al bajo nivel político y con un modelo completamente mediático de hacer campaña, perfilan unas elecciones plagadas de guerra sucia, altísimo gasto y cero debate de los problemas nacionales.
3. Caso de censura. Durante la última entrega de premios de la Academia Mexicana de Ciencias, cuya ceremonia se realizó en Los Pinos el pasado 23 de mayo, reapareció una figura lamentable: la censura. Resulta que el Conacyt intentó fallidamente reducirle el discurso al presidente de la Academia y sacar los datos molestos de su texto, es decir, sobre el bajo presupuesto nacional para ciencia y tecnología. Se superó la censura y el discurso quedó íntegro, pero la noticia no es buena: México destinó este año apenas 0.38% del PIB a ciencia y tecnología; el presupuesto más alto fue en 1998 con un 0.46%. Con esos datos nuestro país está en el último lugar de los países de la OCDE, y entre las 60 economías más importantes, quedamos en el lugar 56.
4. La cara de la discriminación. El Consejo Nacional para prevenir la Discriminación realizó recientemente una encuesta y sus resultados muestran las bases de una cultura machista mexicana en la cual uno de cada cuatro hombres pediría un examen de embarazo a una mujer que solicita empleo; casi un 40% considera que las mujeres deben trabajar en labores propias de su sexo; 30% considera normal que los hombres ganen más que las mujeres; 23% está de acuerdo con que muchas mujeres son violadas porque provocan a los hombres.
Las dos principales causas de sufrimiento de las mujeres, en su propia voz, son la violencia familiar con 26.4% y la pobreza con 25.8%.
Investigador del CIESAS