Los matemáticos somos gente común, no excéntricos como nos pintan: De la Peña

La Crónica de Hoy
22 de julio de 2013
Isaac Torres Cruz

Los matemáticos somos gente común, no excéntricos como nos pintan: De la Peña

Destacado. José Antonio de la Peña es uno de los mayores expertos en el mundo en representación algebraica.

«No quiero estar expuesto como un animal en el zoológico. No soy un héroe de las matemáticas. Ni siquiera soy tan exitoso. Por eso no quiero que todo el mundo me esté mirando», señaló Grigori Perelmán Barbonski, matemático ruso después de rechazar la Medalla Fields, considerada el Nobel de las matemáticas. Su trabajo contribuyó a resolver la famosa conjetura de Poincaré, lo cual no sería poca cosa.

Por personajes como Dirichlet o el mismo Newton, George Pólya decía que los matemáticos eran distraídos o excéntricos, o ambos, por naturaleza. Ermitaños (Alexandre Grothendieck) o con problemas más serios (Jonh Nash), estos hombres han generado, involuntariamente, una imagen poco acertada sobre aquellos dedicados a las matemáticas, esa grandiosa abstracción que el hombre creó para describir la realidad, la naturaleza.

Si bien hay muchos “fuera de serie” en las matemáticas, también los hay en la música, las letras y casi toda actividad humana. Por lo que respecta a los matemáticos, José Antonio de la Peña, uno de los mexicanos más destacados en el campo, refiere que son más normales, “comunes y corrientes” de lo que piensan los demás.

El Premio Nacional de Ciencias y Artes y ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) es uno de los mayores referentes en el mundo en representaciones algebraicas y áreas afines. Actualmente es director del Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat), centro Conacyt con tres sedes en el país.

En entrevista puntualiza que más allá de esos estereotipos y mitificaciones (“medio ciertas, medio falsas”) el matemático típico es una persona normal. “Es gente que vive mucho en el planeta a diferencia de aquella figura del sujeto distraído y sin los pies en la tierra. Incluso están más enterados de lo que sucede en el mundo que el ciudadano promedio; somos gente común y corriente”.

—Y los grandes matemáticos ¿nacen o se hacen?

—Yo pienso que ambos. Todos los que vivimos para la ciencia y las matemáticas tenemos historias de maestros que nos influenciaron y eso es importante. Pero también hay una pasión que nace por motivaciones internas que no sabemos de dónde vienen. Se resume en un “hago esto porque me gusta”, la virtud en la ciencia (que puede ser la misma en el periodismo o en otra actividad) es que quienes la hacemos es por esa razón.

El matemático, oriundo de Monterrey, llegó a la Facultad de Ciencias de la UNAM para estudiar física, sin embargo no le gustaron mucho los laboratorios, como tampoco las clases a las siete de la mañana. Tuvo profesores que lo motivaron mucho e influyeron a que se dedicara a las matemáticas. Narra que después de sus primeros resultados en el país, realizó un posdoctorado en matemáticas en la Universidad de Zúrich, Suiza, donde conoció a los matemáticos más importantes de su área, una de las oportunidades más importantes en toda su formación.

De la Peña ha hecho innumerables publicaciones especializadas, pero también textos y actividades de divulgación científica, ya sea desde la Sociedad Matemática Mexicana, la AMC o el Conacyt. El mensaje siempre busca contrarrestar los estigmas y prejuicios que tenemos sobre las matemáticas y enseñar que son un vehículo para ayudar a pensar y razonar, a generar una base estructural al pensamiento y no sólo para resolver problemas (muchos muy tontos como los que nos enseñan en la primaria). “Pero también que son básicas para todo el conocimiento humano, en nuestras telecomunicaciones, en nuestras computadoras y televisiones, en nuestra realidad”. Es un lenguaje para entender nuestro entorno.

LEER MATES. Hace algunas semanas, el destacado ingeniero e investigador Samuel Gliter decía en un acto en El Colegio de México que para comprender cómo funcionan las matemáticas, lo primero que se necesita es aprender a leer, pues del entendimiento de un texto es posible apreciar y analizar un problema matemático.

De la Peña apunta al respecto que si bien no se ha demostrado aún, muchos matemáticos creen que a nivel cerebral la comprensión del lenguaje es el mismo que se lleva a cabo para entender las matemáticas. “Resultados de evaluaciones internacionales en todos los países que obtienen altas calificaciones en matemáticas, también las logran en las de su lengua nacional. No puede ser coincidencia, a nivel cerebral deben ir juntas”.

Aprender a leer correctamente ayuda a “leer” mejor las matemáticas y viceversa, añade. “Incluso uno puede tener cursos de matemáticas básicas sin números, aprendiendo a entender problemas de otro tipo, a través del juego, como el ajedrez”.

CONGRESO. Al frente del Cimat, José Antonio de la Peña ahora coordina el Congreso Matemático de las Américas, que se llevará a cabo del 5 al 9 de agosto en Guanajuato, y que por primera vez se lleva a cabo en nuestro país.

Entre las múltiples actividades que se realizarán se contempla una reunión entre 30 directores de institutos matemáticos de todo el continente, la cual se espera resulte en consolidar responsabilidades para la existencia en el futuro de los siguientes congresos.

Pero para el mexicano, la reunión también podría dar lugar a ofrecimientos de intercambios entre investigadores y estudiantes; quizá también se atisbarían las primeras discusiones sobre la creación de cursos de licenciatura y estudios de posgrado conjuntos.

El evento buscará, entre otros objetivos, atraer a más estudiantes fuera de México para que estudien posgrados mexicanos en el área y así influenciar académicamente en el continente. “Hay elementos para hablar de una escuela mexicana de matemáticas, aunque no específicamente. Pero tenemos características idiosincráticas que los mexicanos podríamos reflejar en la enseñanza de los alumnos para cuando regresen a sus países. Ya sea en sectores académicos o privados, la influencia es insospechada, pero Brasil, por ejemplo, ha influido en Sudamérica académica y culturalmente lo que redundó en un impacto económico”.

El congreso conjuntará a las más grandes personalidades de las matemáticas en el continente, pero habrá una conferencia no especializada abierta al público, el primer día a las 20:00 horas en la Universidad de Guanajuato, dictada por Persi Diaconis, académico de la Universidad de Stanford, (EU).

De acuerdo con el director del Cimat, la conferencia mostrará ese lado amable de las matemáticas. “Persi hace matemáticas originales, pero tiene una historia: cuando se fue de su casa, a los 13, se unió a un circo, su mentor adoptivo era un mago, actividad que aprendió desde niño y sigue practicando. Toda su carrera ha jugado con magia, combinada con matemáticas, herramientas con las que brinda conferencias muy atractivas”.

—Ese tipo de perfiles, excéntricos, son los que a veces definen esa imagen de los matemáticos.

—Pero son medio ciertas, medio falsas. Lo que sí puedo decir es que los matemáticos somos muy necios, porque para hacer matemáticas e investigación se necesita ser insistente, perseverante… un poco necio, pero también tiene que ver con capacidades de concentración y el apasionamiento por problemas y temas. Aunque sí hay algunos matemáticos que son como los pintan, excéntricos y distraídos, la mayoría no somos así.

http://bit.ly/15BGICm


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