Indicios de que en Xochitecatl-Cacaxtla destilaban mezcal antes del arribo de los españoles

La Crónica de Hoy
19 de septiembre de 2011
Juan Carlos Talavera

Cultura

Seis hornos mezcaleros de la época prehispánica fueron descubiertos en la zona habitacional de Xochitecatl-Cacaxtla, Tlaxcala, lo que cambiaría la idea de que el proceso de destilación fue una importación española, señala a Crónica Mari Carmen Serra, investigadora de la UNAM y ex directora del Museo Nacional de Antropología.

“Aunque no es definitivo porque aún faltan algunos análisis, tenemos la certeza de que los antiguos tlaxcaltecas destilaron mezcal”, dice en entrevista la especialista.

Los trabajos en el sitio han dado otros frutos y comenta que a casi diez años de excavaciones e investigación también se encontró que esta ciudad tuvo dos momentos de ocupación a causa de la erupción del Volcán Popocatépetl hacia el año 100 d.C. Este fenómeno destruyó parte del valle y sus plantíos, por lo que sus habitantes debieron migrar a Teotihuacán. Sin embargo, cuatro siglos después Teotihuacán colapsó y los descendientes de esos migrantes volvieron a ocupar Xochitecatl-Cacaxtla.

La investigación no se basa exclusivamente en los edificios centrales, para evitar una visión elitista de la vida prehispánica, sino también en las viviendas de la vida cotidiana, a partir de las cuales también se está desmitificando la fundación de Cacaxtla.

Antiguamente se creía que los olmecas xicalancas fueron quienes llegaron a fundar este complejo, pero con base en los numerosos hallazgos de cerámica de los últimos años, existe la posibilidad de que sea la cultura otomí la que se arraigó en este valle, precisa.

ERUPCIÓN VOLCÁNICA. Xochitecatl fue utilizado como el centro ceremonial y Cacaxtla la zona administrativa donde se reunían administradores y sacerdotes. En su momento, este complejo fue clave por su ubicación entre el Golfo y la Cuenca de México, un lugar ideal en las rutas de intercambio, explica la estudiosa de esta zona arqueológica.

“Este lugar tuvo la posibilidad de ser un estado, pero el Popocatépetl truncó el desarrollo de la región, incluso pudo convertirse en un contrincante importante para Teotihuacán, como Cholula, pero no fue así”.

Originalmente, los investigadores no entendían por qué Xochitecatl, un sitio tan grande, fue abandonado y no volvió a ser ocupado durante el apogeo de Teotihuacán. Pero esta investigación ha revelado que el Volcán Popocatépetl hizo erupción y arrojó una serie de lajares -roca plana, lisa y poco gruesa- que cubrieron todo el valle. Así que la gente tuvo que irse porque no podía cultivar.

“Seguramente muchos de sus habitantes se trasladaron a Teotihuacan, la metrópoli más importante de ese momento, pero al decaer, muchos de sus descendientes decidieron volver”, apunta.

Esto se debió a la comunicación entre generaciones. A su vuelta, el centro ceremonial fue reutilizado y ampliaron la Pirámide de las Flores de Xochitecatl, con otros sistemas constructivos, habitaron nuevamente Cacaxtla y enriquecieron las pinturas murales con una ideología y cosmogonía distintas.

“Sin embargo, hacia el año 1100 sucedió una nueva erupción del Popocatépetl. Así que los habitantes se mudaron al valle de Tlaxcala, de donde saldrían los cuatro señoríos. Posteriormente, llegaron los españoles y, aunque son considerados los grandes traidores de la historia, podemos decir que no traicionaron a nadie porque ellos nunca fueron dominados por los mexicas”.

MEZCALEROS. Durante las excavaciones –revela la investigadora– aparecieron unos hornos enormes, casi de tres metros de diámetro y alguno de ellos con una profundidad de hasta dos metros. En principio se pensó que era parte de la cocina o que se utilizaban para cocer cerámica. Pero los rastros indicaron algo distinto.

Primero se descubrieron unas ollas de barro partidas a la mitad, similares a las que se utilizan hoy para la destilación de mezcal. Así que se realizaron diversos estudios etnoarqueológicos, detectando algunas relaciones con su elaboración que aún permanecen en lugares como Oaxaca, Tlaxcala y en la sierra de Nayarit. Esto, sin duda, refutaría la creencia de que la destilación fue importada por los españoles.

“Ahora ya nos cree más gente, entre ellos los químicos, quienes hicieron análisis de la tierra que estaba en el horno y detectaron maguey quemando”, apunta Mari Carmen Serra, así que con las evidencias colectadas ya se tiene una certeza de que en la época prehispánica destilaban mezcal.

Las excavaciones también revelaron la dieta de los habitantes de esta zona. Fundamentalmente se alimentaron de venado, jabalí, pato, pez, tortuga, ranas, maíz, frijol, calabaza y varios tipos de chiles.

“No comían mal. Así que es errónea esa idea de que los indígenas estaban desnutridos. Incluso podríamos decir que existe una gran similitud entre la vida de un campesino prehispánico y uno actual”.

Aunado a esto, se ha logrado identificar la existencia de un patrón de asentamiento en la zona. “Se trata de una ciudad según su traza urbanística –sin ser como la Teotihuacán–, pero sí muestra una estructura en forma de cono, donde las viviendas más cercanas al centro ceremonial corresponden a gente prestigiosa, y las lejanas a artesanos y campesinos”, comenta.

Esta investigación se encuentra detallada y ampliada en el libro Vida cotidiana. Xochitecatl-Cacaxtla. Días, años, milenios, elaborado por Mari Carmen Serra y Jesús Carlos Lazcano, con ilustraciones de Fernando Botas, y publicada por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM. Y las distintas etapas del proyecto fueron financiadas por el Conacyt y el PAPIIT-UNAM, con la autorización del Consejo de Arqueología del INAH.

Por último, asegura que ya han comenzado con el segundo volumen de la investigación, que abundará sobre la vida cotidiana, el ciclo de vida, la edad promedio de una persona, las actividades de los niños, el papel de las mujeres y los ancianos.


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