Es ¡Escasa’ la investigación Sí­smica en México, Dice Ingeniero de la UNAM

Excelsior
20 de enero de 2006

Pese al impulso que los terremotos de 1985 provocaron a la investigación sí­smica nacional y que permitieron que algunos conocimientos generados por investigadores mexicanos en esta área hayan sido aplicados en el mundo, la infraestructura para hacer investigación sí­smica en la República Mexicana «es aún muy escasa», denunció José Alberto Escobar Sánchez, investigador del Instituto de Ingenierí­a de la UNAM.

Enfatizó que «a pesar del gran déficit de recursos económicos, humanos y de infraestructura para hacer investigación sí­smica en México, algunos estudios originados por nacionales luego son retomados por cientí­ficos de otras partes del mundo, como sucedió con las investigaciones en torno a la torsión sí­smica, disciplina en la que se coloca a la vanguardia mundial.

Pese a ello, lamentó, la instrumentación de construcciones para medir el efecto de torsión sí­smica seatodaví­a muy escasa, pues se cuenta únicamente con 25 en todo el paí­s, cifra muy pequeña en comparación con naciones como Japón o Estados Unidos, que tienen muchos más instrumentos, incluso en una sola ciudad.

Destacó que la escasez de recursos económicos es el principal motivo de ese déficit de edificaciones instrumentadas, dado que hace cinco años el costo para monitorear un inmueble ascendí­a alrededor de 800 mil pesos, contando únicamente la infraestructura tecnológica.

Escobar Sánchez indicó, hay poca participación de la iniciativa privada, la cual no muestra interés para que edificios privados sean instrumentados, incluso aun cuando se les dice que la información recabada será confidencial; por ello la mayorí­a de los inmuebles instrumentados son del Gobierno local o federal, como oficinas del Metro o de alguna Secretarí­a.

Señaló que algunos edificios que resultaron dañados por el sismo de 1985, fueron resultado de una falta de conocimiento de los tipos de inmuebles que se construí­an en zonas de suelo blando; sin embargo, actualmente, si se siguen los reglamentos de construcción vigentes adecuadamente, las edificaciones de esos lugares deben resistir un temblor de fuertes dimensiones.

Apuntó que «en muchas remodelaciones de edificios se suelen tirar paredes, sin consultar a especialistas, entonces cuando se tiene un inmueble en una esquina, con muros en los dos linderos traseros y ventanales en los de frente, ese edificio, si no fue diseñado de esa manera, puede presentar el movimiento de torsión durante un sismo».

Finalmente, Escobar Sánchez precisó que, aunque no hay convenios formales de trabajo con algunas otras instituciones de investigación, por lo general tienen un estrecho intercambio de información con colegas de las universidades de California y de Pittsburgh, en Estados Unidos.

Dijo que los estudios de torsión sí­smica comenzaron desde la década de los 60, aunque el gran auge se dio 1987, dado que cuando ocurre un temblor los edificios se desplazan de manera lineal, pero dependiendo del tipo de estructura, de las trabes y de los materiales con los que están construidas, también tienden a tener un movimiento angular, es decir, giran, a lo cual se le ha llamado torsión.

A 12 de noviembre del año 2005

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