Excélsior
20 de octubre de 2007
Leticia Robles de la Rosa y Héctor Figueroa
El peso de los investigadores reconocidos
Jorge Flores Valdés: A los 24 años era doctor en Física y a los 34 se convirtió en el más joven director del Instituto de Física de la UNAM. Fue creador del museo interactivo Universum; formó parte del grupo que hizo el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Fue discípulo del matemático Marcos Moshinsky. Le fue otorgado en 1994, el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
Ricardo Tapia Ibargüengoitia: Médico cirujano con doctorado en Bioquímica por la UNAM. Premio Universidad Nacional en Investigación en Ciencias Naturales; a la Investigación en Epilepsia; Rosenkrans, y Nacional de Ciencias y Artes. Investigador Nacional Emérito, de Excelencia y del SNI, nivel III.
La trayectoria académica es fundamental para reconocer a un profesor o a un investigador como “emérito”.
Jorge Flores Valdés y Ricardo Tapia Ibargüengoitia se convirtieron ayer en los primeros investigadores eméritos en expresar su respaldo a un aspirante a la rectoría de la UNAM.
En nombre de 16 eméritos de las áreas de ciencia y humanidades, tanto de institutos como de facultades, Jorge Flores y Ricardo Tapia entregaron un escrito donde argumentan su respaldo al matemático José Antonio de la Peña.
—¿No les desanima que haya apoyos masivos a otro aspirante? —se le preguntó a Jorge Flores.
—Había uno de mis maestros que decía que la ciencia no es cosa de pandilleros. Era Alejandro Medina. Una vez, en una clase, un grupo de jóvenes le decía: “Nosotros hicimos esto y nosotros hicimos esto otro”, entonces el maestro les dijo que la ciencia no era cosa de pandilleros.
“Yo creo que la ciencia, en este caso la UNAM, no es cosa de pandilleros. Más vale lo cualitativo y no lo cuantitativo… esto no es una expresión peyorativa… es cuasipeyorativa”, afirmó.
Por tratarse de personas “muy delicadas”, los investigadores eméritos se negaron a dar a conocer los nombres de los 16 académicos firmantes que respaldan a De la Peña, pero explicaron que son de diferentes áreas del conocimiento.
Después de entrevistarse con los integrantes de la Junta de Gobierno que despachan en la sede de la Coordinación de Educación Abierta y a Distancia, donde está el presidente en turno de ese órgano colegiado, Manuel Peimbert, los eméritos hicieron notar que es una falacia asegurar que la Universidad sólo puede ser dirigida por un político.
“La historia demuestra que han sido precisamente los científicos quienes han dirigido mejor a la Universidad”, precisó Flores.
Excélsior conversó con cuatro de los investigadores eméritos que firmaron la carta, en la que aseguran que existen argumentos y hechos para demostrar que De la Peña es la mejor opción para la Rectoría.
Hacen. igualmente, un reconocimiento a la labor del actual rector, Juan Ramón de la Fuente, a quien le reconocen visión y liderazgo para consolidar el prestigio de la UNAM y arguyen sobre la necesidad de que los universitarios participen en el proceso de sucesión de manera informada.
En el texto, resaltan la trayectoria de De la Peña en la UNAM como académico, director del Instituto de Matemáticas y presidente de la Academia Mexicana de Ciencias; en todas ellas, afirman, demostró no sólo liderazgo académico, sino habilidad política.
Jorge Flores y Ricardo Tapia informaron ayer que en el escrito hacen referencia a la necesidad de que el próximo rector debe tener doctorado, debe conocer profundamente a la universidad y su entorno, para evitar que los problemas políticos crezcan, así como tener una edad promedio de 50 años.
“En la historia de la UNAM, los rectores con más estabilidad tenían alrededor de 50 años; es un indicador importante”, precisó Tapia.
También recordaron que entre las aportaciones de De la Peña está el programa La ciencia en tu escuela, dirigido a maestros de primaria, a fin de que aprendan a incentivar a los niños a optar por el mundo de la ciencia como forma de vida.
Este es el camino para ser reconocido como “emérito” :
El artículo 54 del Estatuto del personal académico de la UNAM define: “Son profesores o investigadores eméritos aquellos a quienes la Universidad honre por haberle prestado cuando menos 30 años de servicios, con gran dedicación y haber realizado una obra de valía excepcional”.
El artículo 5 del Reglamento del reconocimiento al mérito universitario afirma: “Los consejos técnicos de las facultades o escuelas, a iniciativa propia o a la de un grupo de veinte profesores, propondrán los candidatos de Profesor Emérito, y los Consejos Técnicos de la Investigación Científica o de Humanidades harán lo propio, respecto al Investigador Emérito.”