La Crónica de Hoy
25 de enero de 2012
Isaac Torres Cruz
Academia
El Bosón, o partícula, de Higgs es la piedra angular del Modelo Estándar que en la física explica la composición del Universo. Se trata de la partícula fundamental que impregna de masa a las demás, y así formar átomos, materia, galaxias, estrellas, planetas, vida… La teoría propuesta por Peter Higgs a principios de los sesenta es aceptada por la gran mayoría de la comunidad científica, sin embargo, no ha podido comprobarse su existencia, lo que podría cambiar en nuestros días.
El descubrimiento experimental de esta partícula, denominada coloquialmente también como la “partícula de Dios”, es uno de los principales objetivos del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), ubicado entre la frontera de Suiza y Francia, el cual tiene la potencia suficiente para observarlo por primera vez.
En diciembre pasado, los dos detectores del LHC encargados de esta tarea, ATLAS y CMS, anunciaron que cada vez se acercaban más a la partícula. Sin embargo, y ¿si no estuviera ahí?, la respuesta para Gerardo Herrera Corral, investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), y pionero de la participación mexicana en el Gran Colisionador, es que no debe de haber alarma, habrá que buscar otras explicaciones. Sea como sea, señala, este 2012 será el año del Higgs, con o sin su presencia. Lo interesante es, dice, que la verdadera revolución de la física dentro del LHC vendrá de otro experimento.
“El anuncio del año pasado es que la masa del Higgs se ha acotado y que con los datos de 2012 será posible conocer si está ahí o no. Aunque mucha gente se escandalice y crea que no está ahí, lo cierto es que los cálculos y estimaciones refieren lo contario”.
Por otra parte —dice el científico que junto con el físico Arturo Menchaca acaban de publicar Entre quarks y gluones México en el CERN (Conacyt-AMC)—, a estas alturas de la física el Higgs es menos revolucionario que, por ejemplo, y como ha constatado el experimento OPERA (perteneciente también al LHC), que comprobar que los neutrinos viajan efectivamente más rápido que la velocidad de la luz.
“El Higgs es la clave del Modelo Estándar y es una pieza faltante, si no está tendremos que repensar algunas cosas, pero no se va a derrumbar la física, no habrá revolución. Habrá que encontrar entonces un mecanismo que le dé masa a las partículas, de lo contrario estaremos en crisis”.
Hay ideas de cómo hacerlo, agrega, y sería un problema que resolver, aunque tampoco es un asunto menor buscarlo. Sin embargo, no hay que olvidar que el Bosón de Higgs se ha convertido en un tema emblemático del LHC, sigue siéndolo y se torna en un asunto sociológico, acota.
SUPERSIMETRÍA. En días pasados, el reconocido físico inglés Stephen Hawking señaló que sigue habiendo esperanzas de que veamos la primera prueba de la Teoría de Cuerdas en el LHC.
“Desde el punto de vista de la Teoría de Cuerdas, sólo estudia las energías bajas, pero podríamos tener suerte y ver una señal más débil de la teoría fundamental, como la supersimetría. Pienso que el descubrimiento de compañeras supersimétricas de las partículas conocidas revolucionaría nuestra comprensión del Universo. No siento lo mismo respecto al Bosón de Higgs, razón por la que apuesto 100 dólares a que no lo encontrarán en el LHC. La física sería mucho más interesante si no lo encontrasen, pero ahora da la impresión de que podría perder la apuesta (…)”.
La supersimetría postula que al principio del Universo cada partícula elemental tenía su contraparte, que sobrevivió y podría estar interactuando de manera invisible con la naturaleza. Esto explicaría el origen de la materia y la energía oscura que conforman el 96 por ciento del Universo y que no es posible verlas, entre otras cosas.
De acuerdo con Herrera Corral, la supersimetría es otro tema sobre la mesa en el Gran Colisionador y será muy interesante encontrarla. El Higgs es el más popular, pero hay muchas cosas qué buscar en el experimento de física de partículas.
“El LHC busca supersimetría, dimensiones extras y nuevas partículas, entre otros, y hay progreso: se anunció a mediados del año pasado cotas de supersimetría que para la comunidad fue un tema de mucha discusión. Los límites establecerían que no hay partículas supersimétricas”.
Pero añade que hay que tomarlo todo con calma, “aquí viene el efecto sociológico del Higgs como un emblema, pero la supersimetría está ahí, en la misma ruta, y progresivamente se van acotando las posibilidades de encontrarla”.
Por otra parte, el científico puntualiza que sobre el experimento OPERA podría no ser tan sencillo. Pasará más tiempo para poder corroborarlo, explica, porque no hay más experimentos que lo puedan constatar tan rápidamente. En Japón y EU los hay, pero no tienen la infraestructura que el LHC, por lo que demorará más saber si Einstein tenía del todo razón. “Los chequeos dicen que todo está bien, por el momento será un dilema que nos va a acompañar un buen rato”.
Lo único cierto, enfatiza, “es que este 2012 será el año del Higgs”.