Por Camilo Ramos
EFE
México, 8 abr (EFE).- El desafuero del alcalde de Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, decidido ayer por el Congreso, abrió una etapa de incertidumbre política y creó un ambiente de expectativa sobre cuándo será arrestado.
López Obrador, puntero en las encuestas con miras a los comicios presidenciales de 2006, quedó expuesto al arresto y un juicio penal por los presuntos delitos de desacato a la justicia, según la Fiscalía General (PGR), que depende del Gobierno del presidente Vicente Fox.
El alcalde ha negado ese cargo y afirmado que el desafuero forma parte de un «complot» urdido contra él por Fox y el ex mandatario Carlos Salinas (1988-94) para bloquearlo políticamente, aunque las autoridades federales rechazan tal acusación.
Diversos analistas y académicos señalan que el caso plantea un debate sobre la «madurez» de las instituciones de México para incluir a actores de diverso signo político, tras siete décadas de gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y cuatro años del mandato de «transición» de Fox.
El desafuero de López Obrador representa una dura prueba para la incipiente democracia mexicana», dijo a EFE el analista Gabriel Gutiérrez, profesor universitario de Ciencias Políticas.
A su vez, el presidente de la Academia de Ciencias (AMC), Octavio Paredes, opinó en una declaración escrita que la decisión de los legisladores «es muy desafortunada, pues pone al país en un problema innecesario cuando lo que se debe hacer es fortalecer la democracia y atender los grandes problemas nacionales».
El comentarista Raymundo Riva Palacio escribió en el diario «El Universal» que, aunque López Obrador «ha incurrido en irregularidades que están documentadas», tiene razón en señalar la «hipocresía» del Gobierno de Fox, «que ha hecho de la aplicación de la ley un arma a su conveniencia».
Varios intelectuales, como el escritor Carlos Fuentes, han advertido que la izquierda del país podría radicalizar sus acciones de lucha, al interpretar el desafuero de López Obrador como una acción del «establecimiento» para cerrar «a las malas» las puertas del poder a los opositores.
El desafuero del alcalde, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), también abre «grandes interrogantes» sobre la marcha del proceso electoral con miras a 2006, indicaron diversos comentaristas.
Las encuestas indican que López Obrador derrotaría en esos comicios a cualquiera de los posibles candidatos del PRI y del oficialista Partido Acción Nacional (PAN), formaciones que dominan la Cámara de Diputados y el Senado.
Fox, en el quinto de sus seis años de mandato, calificó hoy la decisión de los legisladores de retirarle el fuero al alcalde capitalino de «ejemplo de legalidad» y «fortaleza de las instituciones» mexicanas
El mandatario, que formuló la declaración desde Roma, donde asistió a los funerales del papa Juan Pablo II, un día después de que López Obrador le acusara ante los legisladores de ser el máximo responsable de que se le hubiera retirado la inmunidad.
Por su parte, el secretario de Gobernación (Interior), Santiago Creel, mencionado como posible candidato presidencial del PAN, dijo que México «está en paz y trabajando, porque es un país de instituciones y de leyes».
El desafuero también derivó en un debate jurídico sobre López Obrador, que sigue siendo alcalde de Ciudad de México, y cuándo será arrestado.
El alcalde ha dicho que se presentará por su cuenta en la cárcel tan pronto como la justicia ordene su detención y que la administración del ayuntamiento está a cargo del Secretario de Gobierno, Alejandro Encinas.
La Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), dominada por el PRD, desconoció anoche el dictamen de los diputados y dijo que es el único órgano facultado para retirarle el fuero a los funcionarios del ayuntamiento capitalino, lo que creó más confusión. EFE