El Porvenir
15 de febrero de 2009
Notimex
Pugnó porque las cuotas de género se incremente poco a poco, para que 50 por ciento de los candidatos sean hombres y 50 por ciento mujeres.
México.- La presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Rosaura Ruíz Gutiérrez, destacó la necesidad de que se incrementen las «cuotas de género» en las listas de los candidatos de los partidos a cargos de elección.
En vísperas de las elecciones intermedias para elegir representantes en la Cámara de Diputados, consideró que 30 por ciento mínimo de mujeres en las listas actuales «no es suficientes, pero es lo mínimo que se puede hacer».
Por ello pugnó porque las cuotas de género se incremente poco a poco, para que 50 por ciento de los candidatos sean hombres y 50 por ciento mujeres.
Entrevistada por Notimex expuso que los mexicanos están lo suficientemente maduros para ver que las mujeres ocupen los principales puestos de decisión en el país, incluso la Presidencia.
Empero, reconoció que los hombres han tenido históricamente más oportunidades de participar, por lo que, sin esas cuotas de género, probablemente sólo ellos pudieran acceder a los mejores puestos.
Ruiz Gutiérrez ha insistido desde su trinchera en la importancia de que la mujer participe cada vez más en todos los ámbitos del país.
«Es una posición personal, no de la Academia. Es más, estoy segura que muchas mujeres de la propia institución se oponen al manejo de cuotas».
Pese a su interés en la materia, lamentó que en todos los campos de actividad nacional haya una menor presencia de mujeres; lo mismo en la política que en la ciencia o la cultura, entre otros, pero destacó que la presencia de este sector se ha incrementado.
En México el porcentaje de la matrícula femenina en la educación superior se ha elevado de manera significativa en las últimas décadas, igual que su participación en la actividad científica.
En 1984 sólo había 283 mujeres en el Sistema Nacional de Investigadores; para 2007 eran poco más de cuatro mil.
Pero esa cifra está muy por debajo de los nueve mil hombres adscritos a ese sistema.
En la misma Academia Mexicana de Ciencias sólo 22 por ciento de sus miembros son féminas.
En la UNAM, indicó, hay campos del conocimiento como ciencias biológicas y de la salud en que la participación de la mujer es de 100 por ciento o mayor a 50 por ciento, como enfermería, neurobiología, ciencias bioquímicas, ciencias médicas, odontológicas y biológicas.
Sigue Necesario que haya equidad de. dos. biológicas Pero en ciencias biomédicas, producción y salud animal, ciencias químicas, ciencias del mar no llega a 50 por ciento, y en el caso de las ciencias físico matemáticas o ingenierías resulta todavía menor, con excepción de astronomía, donde hay 60 por ciento de mujeres.
«El tema de la mujer en la ciencia y, particularmente, el de la equidad de género se ha convertido ya en un imperativo democrático.
Es la condición para construir una sociedad más justa, pues no hay justicia sin igualdad», dijo la también secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM.
Socialmente, indicó, han existido menos oportunidades para las mujeres. De hecho, hay una orientación al tipo de trabajo al que se pueden dedicar.
Esto, expuso, no tiene que ver nada con nuestras habilidades, sino con condiciones sociales y culturales.
Es más, se ha educado a los niños y niñas de una manera distinta, aunque ello ha cambiado paulatinamente.
A la pregunta sobre si la mujer ganó con la liberación femenina, indicó que pese a que se piense que ahora la mujer realiza doble trabajo, esto esta cambiando y cada vez los jóvenes se involucran más en el cuidado de los hijos y de la casa.
«Sí ganamos», dijo Rosaura Ruiz, pues «las mujeres preferimos hacer dos trabajos que sólo el de la casa.
Es más esfuerzo, pero también tenemos más posibilidades de realización: somos madres y profesionistas también.
Asimismo, resaltó que los mexicanos están preparados para ver una mujer en la Presidencia.
Han habido ya senadoras, diputadas, gobernadoras y empresarias que lo están haciendo bien.
Para los mexicanos, cada vez es más claro que las mujeres pueden desempeñar, bien o mal, los mismos papeles que los hombres, que también los desempeñan bien o mal.