Milenio Diario
18 de noviembre de 2008
Arturo Barba
abanav@gmail.com
A Ciencia Cierta
La semana pasada en las instalaciones de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) se realizó el XIX Congreso de la Academia de Ciencias del Mundo en Desarrollo (TWAS), el organismo multinacional más importante para los países del tercer mundo, que por primera vez se reunió en nuestro país para celebrar su 25 aniversario.
Ahí se reiteró el llamado a los gobiernos, entre ellos el mexicano, de incrementar la inversión en ciencia y tecnología en, al menos, 1 por ciento del PIB, a adoptar estos temas como parte de las políticas públicas, a detener la fuga de cerebros, y a incrementar la participación del sector privado en la investigación y el desarrollo.
En el evento se analizó con preocupación que la ciencia mexicana se está quedando rezagada respecto a otras naciones como Argentina, Brasil, China, Chile, Corea, España e India, y su crecimiento, en casi todos los órdenes, esta por debajo del promedio de América Latina.
Desafortunadamente, este importante evento pasó casi inadvertido para la sociedad mexicana incluyendo a los propios investigadores mexicanos, de los cuales a lo máximo acudieron diez, lo cual denota desinterés, apatía y/o desunión de la comunidad científica mexicana.
Además, en esta reunión co-organizada por la AMC, se tenía previsto entregarle una medalla a Felipe Calderón, quién no acudió al evento por encontrarse de luto.
Jacob Palis, presidente de la TWAS, dijo que era un “reconocimiento a la ciencia y los científicos mexicanos”, y Rosaura Ruiz, presidenta de la AMC, señaló que no era la Academia sino la TWAS, quien otorgaría el galardón.
¿A caso hay algo que reconocerle en materia de ciencia al gobierno mexicano? La mejor respuesta la dieron el jueves pasado los legisladores de todos los partidos, quienes dejaron estancado el presupuesto de ciencia y tecnología.
En términos reales, descontando la inflación y restando la devaluación del peso, el presupuesto de 43 mil 528 millones de pesos para 2009, representa un estancamiento en el 0.36 por ciento del PIB. Muy lejos del 1 por ciento que la TWAS pidió desde territorio mexicano, y lejos del PIB que destinan países como Costa Rica, Cuba, Panamá y Haití.
Ojalá que al evento de la TWAS hubieran acudido algunos políticos mexicanos, por la trascendencia de los temas tratados y el nivel de los ponentes, pero ¿cómo pedir esto si ni siquiera hubo científicos compatriotas? Así, México asegura su permanencia en el subdesarrollo, con políticas y actitudes de tercer mundo.