El Universal
29 de noviembre de 2009
Mariana León Medina
Con una exhibición de juegos y actuaciones se respondió a las dudas de chicos y grandes que asistieron a la Alameda
Clínica de periodismo
Al coro de “¡evolución, evolución, evolución!”, un creacionista y un evolucionista se enfrentan en un ring improvisado a la mitad de la Alameda Central, en el Centro Histórico.
Al final, el evolucionista se lleva la victoria al asestar un último golpe a su contrincante con un ejemplar de El origen de las especies. El creacionista sale gritando “¡blasfemos!”, mientras el ganador recibe la ovación.
La representación formó parte de la feria con la que se dio fin a la Fiesta de la Evolución organizada por la Universidad Nacional Autónoma de México y la Academia Mexicana de las Ciencias (AMC) para conmemorar los 200 años del natalicio de Charles Darwin y los 150 años de la publicación de la obra El origen de las especies. Para Adriana Hernández, ésta fue “una forma muy sencilla de acercar a los jóvenes a la ciencia”.
Ella, como muchos otros, inicia su recorrido en la carpa donde se encuentra una réplica del estudio de Darwin.
Entre libros, una cámara fotográfica antigua, manuscritos, y frascos con sustancias de diversos colores se encontraba un actor caracterizado como el naturalista inglés, listo para resolver los cuestionamientos de los asistentes. Otra de las carpas fue integrada por miembros de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Mitzi Reyes y Xóchilt González, estudiantes de biología, daban la bienvenida al público explicando en qué consiste la variación en la selección natural.
“Es muy interesante ver cómo reacciona la gente. Tienen muchas preguntas, por ejemplo, qué pasa si una persona blanca se va a África y cómo afecta su descendencia”. Otros locales ofrecieron conferencias con científicos, gráficos de la evolución de diversas especies, fotografías amplificadas de los ancestros de la humanidad, paneles interactivos donde se podía ver las variaciones en los últimos siglos del rostro humano. Eréndira Álvarez, profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que estos proyectos buscan facilitar el proceso de enseñanza aprendizaje.
“La convocatoria se hizo a instituciones que desearan socializar el conocimiento científico para que éste pueda estar al alcance de todos”, señaló.
El stand a cargo de Eréndira ofrecía juegos como “El ADN de chaquira”. La dinámica consistía en realizar un modelo de ADN, con cuentas de chaquira, para que los participantes se dieran cuenta de que todas las especies descendemos de ancestros comunes.
El Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM exhibió en las feria ejemplares originales de herramientas del periodo Paleolítico, provenientes de todo el mundo. Alejandro Terrazas Mata, investigador del instituto, comentó que la idea de mostrar evidencia fósil es enseñarle al público “cómo y porqué ha sucedido la evolución”.
“La respuesta ha sido magnífica”, dijo Terrazas Mata. Agregó que este tipo de eventos sirven para que los investigadores se conecten con la gente y se involucren más en la divulgación de la ciencia.