Ciencia con visión femenina

El Centro
2 de noviembre de 2007
Thelma Gómez Durán

Becas a mexicanas

Cinco jóvenes científicas mexicana resultaron ganadoras de las becas Para las mujeres en la ciencia, programa establecido por la UNESCO, la empresa L’Oréal y la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), para combatir la inequidad que aún persiste en el mundo de los microscopios, las hipótesis y las preguntas.

Liliana Quintanar Vera, Claudia Arango Galván, Viviana del Carmen Valadez Gram, Karla Guadalupe Carvajal Aguilera, y Ana Laura Martínez Hernández fueron las científicas reconocidas, cada una de ellas recibirá cien mil pesos para realizar sus estudios postdoctorales. Sus trabajos fueron seleccionados de un total de 71 propuestas, de investigación de 24 instutuciones del país, que se presentaron a este certamen y cuyo jurado fue presidido por la doctora Rosaura Ruiz, vicepresidenta de la AMC.

Esta es la primera ocasión que esta becas se entregan en México, ya que la UNESCO y L’Oreal impulsan desde 2000 la investigación realizada por mujeres, otorgando apoyos a jóvenes científicas de diversos países para realizar sus proyectos. También, cada año entregan el premio Mujeres en la Ciencia, galardón que han obtenido dos mexicanas: la doctora Ana María López-Colemé (2002) y la doctora Esther Orozco.

Durante la ceremonia de entrega de becas a las cinco mexicanas, representantes de la Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO (Conalmex), L’Oreal y la AMC presentaron cifras que muestran la necesidad de impulsar el trabajo científico de las mujeres.

Y es que, en universidades y laboratorios de investigación, la equidad aún no se logra. En México, por ejemplo, de un total de investigadores que se dedican al área físico-matemática y a las ciencias de la tierra, sólo 16.1 por ciento son mujeres, asegura Carlos García de Alba secretario general del Conalmex.

Los países del primer mundo no se salvan de la inequidad en el ámbito científico. El presidente de la AMC, Juan Pedro Laclette, mostró las cifras: 21 por ciento de los miembros de la AMC son mujeres; mientras que en la academia de Dinamarca ese porcentaje es ce 5.2 por ciento, en Francia es del 2.4 por ciento, en Italia es del 3 por ciento, en Alemania, del 2 por ciento y Finlandia, del 6.1 por ciento.

Rosaura Ruiz presentó más argumentos. La investigadora que hoy es candidata a la rectoría de la UNAM recurrió al ejemplo: “En la Universidad de Harvard hace algunas décadas uno de los presidentes dijo que las mujeres son incapaces para la ciencia. Hoy la institución es dirigida por una mujer”.

La doctora Ruiz señaló que “pese ala contribución que realizamos las mujeres en todas las áreas, apenas comienza a reconocerse nuestro trabajo”.

Como muestra, algunos números: en 1984, el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) tenía sólo 283 mujeres. En la actualidad hay cerca de 4 mil investigadoras que forman parte de este grupo de élite, en el cual, poco más de 9 mil son hombres. Y sólo 18 por ciento de las científicas están en el Nivel 3, el más alto, del SNI.

“El desequilibrio en el acceso a la educación científica y tecnológica; la participación femenina minoritaria en puestos de gestión y toma de decisiones en la educación superior; las barreras institucionales y culturales que detienen el desarrollo de las mujeres en el ámbito académico, son problemas de urgente atención para avanzar en la construcción de la igualdad”, subrayó la única mujer, de ocho candidatos, que hoy compite por dirigir la UNAM.

Metales y salud / Liliana Quintanar

Comenzó a interesarse por la química desde preparatoria. Es en esta rama del conocimiento que ha concentrado su atención. Ahora, en su laboratorio del Cinvestav-IPN tiene un nuevo reto: estudiar cómo algunos metales -cobre, hierro y manganeso-, se relacionan con algunas proteínas humanas. Su investigación, aunque a simple vista no lo parezca, podría ayudar a tratar algunas enfermedades. Y es que se ha encontrado que la exposición crónica con metales, como la que tienen poblaciones de mineros, contribuye a desarrollar padecimientos neurodegenerativos, como Alzhaimer o Parkinson. Esta científica ocupará la beca para desarrollar parte de su investigación y apoyar s mujeres investigadoras.

Una mosca como modelo / Viviana Valadez

Más de una vez has observado a los pequeños insectos que revolotean entre la fruta. Su nombre científico es Drosophila melanogaster, pero comúnmente la llamamos mosca de la fruta y es uno de los modelos consentidos de los científicos porque, genéticamente, tiene similitudes con los humanos. Viviana Valadez Graham utilizará a este animal para estudiar la proteína ATRX, la cual cuando está mutada en los humanos produce un síndrome de retraso mental. Lo que la investigadora de la UNAM quiere es comprender la función molecular de la proteína y determinar su papel en el desarrollo del organismo.

Agua y zonas de riesgo / Claudia Arango

Es la ganadora de la beca en el área físico-matemáticas y ciencias de la Tierra. Esta investigadora del Instituto de Geofísica, de la UNAM, utiliza diversos métodos, varios de ellos del área de cómputo, en el estudio de las áreas más superficiales del suelo. Su objetivo es encontrar diversos recursos, como el agua, pero también identificar zonas de riesgo, fallas en los terrenos que puedan considerarse un peligro para la población. Con su investigación quiere contribuir a tener una mejor explotación de los recursos hídricos, sobre todo en aquellas regiones donde hay escasez del liquido.

Ciencia para la salud / Karka Carvajal

Ejerce la medicina desde la trinchera de la ciencia. Desde ahí estudia las modificaciones a nivel molecular, busca entender qué pasa con las células cuando se desarrollan enfermedades como la diabetes tipo D, hipertensión y obesidad, padecimientos que están poniendo de cabeza el sistema de salud del país, debido al gran número de personas que los padecen. La investigadora realiza sus estudios en el Instituto Nacional de Pediatría, lugar en donde, junto con su equipo, defiende la idea de que la ciencia «implica un gran compromiso, porque se debe utilizar el conocimiento y el abajo en resolver problemas del país. Para ello, se necesita mucha creatividad y paciencia, características que tenemos las mujeres».

Plumas contra contaminantes / Ana Laura Martínez

En el Instituto Tecnológico de Querétaro labora la doctora Ana Laura Martínez Hernández, ganadora de la beca en el área de ingeniería y tecnología. Su trabajo tiene algo de alquimista. No es que busque el elixir de la eterna juventud ni que trate de encontrar la piedra filosofal; en su caso, lo que ella busca es desarrollar nuevos materiales a partir de la queratina, obtenida de plumas de pollo. Lo que para muchos es considerado un desecho, la científica lo observa como un material que tiene «grandes propiedades», por ejemplo, con la queratina se pueden construir materiales más resistentes o se puede utilizar para remoción de contaminantes presentes en agua.

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