Reforma
28 de mayo de 2013
Redacción
Ciudad de México .- La idea de poder incorporar los insectos en la alimentación, propuesta por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es correcta pues desde hace mucho tiempo los pueblos indígenas demostraron que se trata de un alimento limpio y altamente proteínico, indicó el doctor Agustín López-Munguía Canales.
«La idea es muy buena, pero el problema es el abasto. Aunque uno tomara la decisión de consumir insectos no hay suficientes como para que forme parte de un porcentaje importante de la dieta de los mexicanos», advirtió en un comunicado de prensa de la Academia Mexicana de Ciencias.
La FAO destacó el pasado 13 de mayo el contenido nutricional de los insectos, el cual depende de su etapa de vida, hábitat y dieta, pero en términos generales reconoció que los insectos proporcionan proteínas y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne y el pescado.
La organización añadió que en el mundo se consumen más de mil 900 especies de insectos; los preferidos son los escarabajos (31 por ciento), orugas (18 por ciento), abejas, avispas y hormigas (14 por ciento), así como saltamontes, langostas y grillos (13 por ciento).
Los insectos son especialmente importantes como complemento alimenticio para los niños desnutridos porque la mayor parte de las especies de insectos contienen niveles elevados de ácidos grasos, comparables con el pescado.
También son ricos en fibra y micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y cinc. Asimismo plantean un riesgo reducido de transmisión de enfermedades zoonóticas (las cuales se transmiten de animales a humanos) como la gripe A H1N1 y la EEB (enfermedad de las vacas locas).
López-Munguía, especialista en ingeniería química, precisó que sí hay suficientes insectos pero como un componente minoritario, una botana como normalmente se consume, pero sí se les pide a las personas comprar kilos para la despensa, éstos se agotarían inmediatamente.
«Lo que se necesita es pensar en la producción de alimentos pero basada en otras alternativas, como son los propios insectos, las bacterias, los hongos que se pueden cultivar en condiciones artificiales y en la agricultura hidropónica», precisó.
Adicionalmente, se deben considerar las mejores genéticas para disminuir las pérdidas por contaminación y el hecho de que el planeta se está calentando, señaló López-Munguía Canales.
El investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM participó en el programa Domingos en la Ciencia, de la Academia Mexicana de Ciencias, con la charla «Alimentos de ayer, hoy y mañana», en el Museo Tecnológico de la CFE, donde recordó que los insectos son en realidad plagas para los cultivos.
Hora de publicación: 14:47 hrs.