El Siglo de Durango
14 de agosto de 2007
Ricardo Bonilla Esparza
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) alertó a los duranguenses sobre las universidades ¡patito! que podrían comenzar a operar en la ciudad ante este regreso a clases, por lo cual emitió una serie de recomendaciones para evitar ser víctima de estas instituciones fraudulentas.
¡Existen en la actualidad muchas universidades particulares que permiten a los alumnos continuar con su educación superior, pero en ocasiones los padres de familia y los mismos alumnos no saben qué tipo de educación se les ofrece!, expresó el delegado de la Profeco en Durango, í“scar Gómez Ramírez.
Las recomendaciones que emitió la dependencia a los padres de familia a fin de no ser perjudicados posteriormente consisten en identificar a las instituciones fraudulentas; entre esos aspectos resaltó que la mayoría de los profesores son contratados por horas.
Asimismo, son estudios enfocados hacia las carreras de mayor demanda, como Derecho, Contaduría, Administración, Informática, Ciencias de la Comunicación e Ingenierías en Computación e Industrial; no llevan a cabo programas de investigación.
Las áreas de estudio elegidas para impartirse son aquellas en las que es posible ofrecer una enseñanza de bajo costo, sin necesidad de equipos costosos. La institución cambia las carreras o los nombres de éstas; si la demanda disminuye en una, es sustituida por otra carrera.
Aunado a esto, la dependencia aseveró que las universidades ¡patito! no tienen ningún compromiso con el interés público o con la idea de servir a la sociedad.
El Delegado manifestó que en un estudio la Academia Mexicana de Ciencias y el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM concluyó que la educación superior privada se ha convertido en un negocio de particulares que opera estrictamente bajo las reglas del mercado y no, como dice la ley, de acuerdo con un interés público.
Los únicos afectados por esta visión mercantilizada de la educación en estas instituciones son los alumnos que en su mayoría son estafados año con año por pseudo instituciones cuyo objetivo es el enriquecimiento de particulares.
Al respecto, Gómez Ramírez aseveró que al inscribirse en una universidad privada el consumidor contrata un servicio, pero si la institución no respeta las colegiaturas acordadas, utiliza publicidad engañosa o incurre en cualquier irregularidad contemplada por la Ley Federal del Consumidor, deben acudir a solicitar a la ayuda de Profeco a denunciar las anomalías.
Creciente demanda
En los últimos años se calcula que el número de estudiantes que cursan el nivel educativo universitario en México dentro de las Instituciones Particulares de Educación Superior (IPES) ha crecido un 32 por ciento, debido a que las instituciones públicas no pueden satisfacer la demanda de los jóvenes de ingresar a éstas, informó la Profeco.
El análisis reflejó que cada año los alumnos buscan otras opciones por el rechazo en instituciones públicas, tras realizar exámenes de admisión más de tres ocasiones sin obtener un resultado positivo, siendo los que representan la mayor parte del mercado que las instituciones particulares pretenden satisfacer, reveló la Delegación.