Aborto y Libertad en un Estado laico (III)

El Universal
10 de agosto de 2009
Rosaura Ruiz y Liliana Valladares

En las entregas anteriores abordamos la polémica del aborto desde una perspectiva biológica. En esta ocasión, nos aproximaremos al tema desde la ética.

Las sociedades actuales se caracterizan cada vez más por estar constituidas por una pluralidad de grupos distintos, por lo que en un Estado laico y democrático sería imposible e indeseable que todos los ciudadanos piensen igual y vivan a la luz de los mismos valores y creencias. Es, por lo tanto, inevitable que ante temas tan polémicos como el aborto existan diversas posturas y no se sostenga de manera universal y única un solo punto de vista.

¿Cómo lograr, entonces, una convivencia armónica entre ciudadanos que ante un tema como el aborto piensan de manera distinta? ¿Cómo dar cabida a los distintos puntos de vista sin violentar los juegos de valores y creencias que sustentan las diversas posturas frente al aborto? ¿Cómo constituir una ética que garantice la coexistencia pacífica de grupos sociales tan disímiles?

Para responder a cuestiones como las anteriores es preciso distinguir entre conceptos tales como ética y moral.

Para los fines de nuestra reflexión, entendemos por moral al conjunto de normas y valores morales aceptados y practicados, “de hecho”, por un grupo social determinado; mientras que por ética haremos referencia al conjunto de reglas básicas y valores que regulan las interacciones y la convivencia entre grupos sociales con distintas morales.

En un Estado laico, caracterizado por no comprometerse con ningún punto de vista religioso ni moral particular en torno a la admisibilidad o condena del aborto, debería pues de prevalecer una ética pluralista, que permita la convivencia entre aquellos grupos sociales cuya moral castiga a las mujeres que optan por abortar y aquellos grupos cuya moral permite la práctica del aborto bajo ciertas condiciones. La condena del aborto depende de valores y principios morales específicos que varían de un grupo social a otro.

Poder elegir

Una ética pluralista debería ser la base de una legislación respetuosa de las diversas morales, casi todas las cuales, aunque diferentes en normas y creencias, coinciden en considerar a la libertad de elección como uno de sus valores fundamentales.

Desde este punto de vista, la decisión sobre el aborto deja de ser una imposición vertical y se convierte en una decisión personal, en la que habrá mujeres que deciden abortar bajo ciertas condiciones porque su moral se los permite, pero también habrá mujeres que eligen no abortar porque su moral se los prohibe. En ambos casos la decisión recae en la mujer porque en un Estado laico ideal existen las condiciones de posibilidad para que ella ejerza una elección libre sobre su propio cuerpo.

Ahora bien, una cosa es que jurídicamente se garanticen estas condiciones para elegir libremente y otra muy distinta es el hecho de que existan también las condiciones necesarias para la realización de cada elección.

Tomemos el caso de una mujer que decide abortar porque tanto su moral como la legislación existente se lo permiten, pero que al llegar a una clínica no se le dan las condiciones de realización de su elección. Al no proporcionarle a la mujer las condiciones materiales para llevar a buen término su elección, no solamente se le está coartando su libertad de elección, sino que se le orilla a recurrir a actos clandestinos de aborto y corrupción que ponen en riesgo su salud y su vida. Igualmente, en el caso de las mujeres que decidan no abortar se les tienen que dar las condiciones adecuadas para llevar adelante su embarazo.

Un Estado para ser auténticamente democrático y equitativo debería facilitar a las mujeres tanto las condiciones para ejercer sus propias decisiones, como las condiciones para poder realmente llevarlas a cabo.

Quisiéramos preguntar al gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, si existe un argumento no basado en ideas religiosas, es decir laico, para obligar a una mujer a la que se ha abusado, a tener el hijo de su agresor. Para llevar al extremo la situación, recordemos que suele ocurrir que éste sea un familiar muy cercano.


Notice: ob_end_flush(): failed to send buffer of zlib output compression (0) in /home/amcedu29/public_html/comunicacion/wordpress2019/wp-includes/functions.php on line 5373