Reforma.com
06 de febero de 2006
Grupo Reforma
La reunión es organizada por la Academia Mexicana de Ciencias
Ciudad de México.-Los premios Nobel de Química, Richard R. Schrock (2005) y Mario Molina (1995), se reunirán este lunes con estudiantes, catedráticos y científicos, para compartir algunas de las investigaciones más importantes que se realizan en el mundo en esta ciencia.
El objetivo de la reunión, organizada por la Academia Mexicana de Ciencias, es reunir a responsables de la enseñanza química en diversas universidades de México, para que conozcan algunos de los proyectos científicos que se desarrollan en el mundo, explicó la institución en un comunicado.
Schrock, junto con el francés Yves Chauvin y el estadounidense Robert H. Grubbs, fue galardonado en 2005 con el Nobel, por su trabajo sobre las reglas la metátesis, reacción orgánica vital en la industria química, la farmacéutica y el desarrollo de técnicas menos agresivas para el medioambiente.
Todas las sustancias orgánicas contienen al elemento carbono y la vida sobre la Tierra se basa en compuestos del mismo, pero éstos también se pueden producir artificialmente mediante la síntesis orgánica. A este proceso se le llama metátesis, que significa «cambio de lugar».
En las reacciones de metátesis se fracturan y se crean los enlaces dobles entre los átomos de carbono, en formas que provocan un cambio en los lugares que ocupan los grupos de átomos.
Esto ocurre gracias a la ayuda de catalizadores especiales. La metátesis puede compararse a un baile en el que los dúos participantes cambian de pareja.
Por otra parte, Molina, Premio Nobel de Química 1995, compartió tal reconocimiento con los científicos Paul Crutzen y Sherwood Rowland por sus descubrimientos del adelgazamiento de la capa de ozono en la estratosfera, producto de la emisión de los clorofluorocarbonos (CFC’s).
El científico originario de la Ciudad de México e investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts, publicó junto con Rowland, un primer artículo con respecto a los CFC’s en 1974.
En el anterior, advertían de la creciente amenaza que el uso de estos suponían para la capa de ozono, aviso que en aquel momento fue criticado y considerado excesivo por un sector de investigadores.
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