A Ciencia cierta
3 de mayo de 2005
Octavio Paredes López *
A finales del último período invernal efectué una visita de trabajo a centros científicos y tecnológicos del Reino Unido (RU), y especialmente a las universidades de Cambridge y Oxford. La Embajada Mexicana tiene un registro en todo ese país de mil 500 estudiantes; más de la mitad están becados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y otra parte importante por el Consejo Británico. En épocas recientes Inglaterra alcanzó el primer lugar en captación de estudiantes becados por Conacyt.
En el 2003, se formó la Sociedad de Estudiantes Mexicanos en el Reino Unido (SocMexUK) y la han encabezado Rodrigo Aguilar (Londres), Salvador Venegas (Oxford), José Bernardo Rosas (Cambridge) y Benito Mirón (Essex), con la colaboración de otros líderes, y la apadrinó Carlos Fuentes. Está formada por estudiantes de más de 14 universidades de ese país y efectúan estudios, principalmente de doctorado, en todos los campos del conocimiento; hombres y mujeres con una alta dignidad, capacidad y amor por su país de origen.
Este espacio no permite análisis en detalle, pero pocas veces en mi vida de científico he tenido impresiones tan gratas como durante esta visita; gracias a la apertura de la SocMexUK pude visitar los laboratorios y espacios en donde son entrenados, hablar extensamente con ellos de sus sueños, preocupaciones y aspiraciones. Charlé con sus asesores y con altas autoridades universitarias para cerciorarme siempre que los nuestros se han ganado el reconocimiento a carta cabal; distinciones que no siempre mexicanos de otras actividades (¿por qué el futbol viene siempre a mi memoria?) en sus viajes al extranjero han sabido obtener con decoro.
Una de esas noches llegaron a Cambridge cerca de 200 estudiantes mexicanos de distintos lugares de Inglaterra para exponernos a todos, para exponerme a mí, carteles con sus trabajos de investigación; por supuesto que los estudiantes mismos pagaron su traslado. La enorme impresión de esta magna demostración no se puede describir fácilmente con palabras. Esa misma noche me pidieron una charla para saber el estado actual y, sobre todo, las posibilidades de su inserción al regreso, de la educación superior, del posgrado, de los centros e institutos para la innovación científica y tecnológica de México; querían saber qué tanto el gobierno del tan esperado cambio había hecho en estos terrenos. Están enterados de países con atrasos históricos y que ahora resurgen con fuerza tecnológica avasalladora: China, Corea, India, etcétera. Querían saber por qué otros sí y México no. Querían saber…..
Otra sorpresa mayúscula fue percibir el enorme interés y vasto conocimiento que el Embajador Juan José Bremer y sus colaboradores Ignacio Durán y Aída Velasco tienen sobre la educación y las potencialidades científicas y técnicas británicas; han visitado las universidades y a sus funcionarios y académicos; charlan con los estudiantes nuestros con frecuencia y se preocupan por ellos. En Londres pensaba que estaba soñando; después en el tráfico ensordecedor del Distrito Federal me cercioré que aquello sí era una bella realidad. Había tenido la ingrata experiencia de embajadores mexicanos con nulo interés por estos menesteres; por ello y desde aquí a los tres diplomáticos les hago llegar una porra de duración ilimitada. ¿Cuándo habíamos visto los científicos algo equivalente?
Posdata: Con este artículo se inicia un espacio semanal que generosamente MILENIO Diario brinda a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Lo sabremos aprovechar.
* Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias