REFORMA
Redacción
La resolución de la Asamblea General no es obligatoria por lo que varios países se negaron a acatarla
NUEVA YORK (9 de marzo de 2005).- La Asamblea General de la ONU aprobó ayer una controvertida declaración exhortando a los gobiernos a prohibir cualquier forma de clonación humana, incluyendo la que se realiza con fines terapéuticos o científicos, lo que constituye una victoria para Estados Unidos.
El texto fue aprobado por 84 países contra 34, con 37 abstenciones, tras cuatro años de debates. La delegación de México, al igual que varias naciones de América Latina, votaron junto a Estados Unidos, a favor de la prohibición.
China, Bélgica y Gran Bretaña hicieron saber inmediatamente que no se sentían comprometidos por la declaración de ONU ya que, como todas las de la Asamblea, carece de carácter jurídico obligatorio.
Durante los debates, los 191 países miembros de ONU se pronunciaron únicamente contra la clonación con fines reproductivos. La administración del presidente estadounidense George W. Bush llevó adelante una vigorosa campaña para que se prohibieran totalmente esas prácticas.
Hace tres semanas, en la instancia preliminar, un comité de la Asamblea General ya había aprobado la medida, pero algunos esperaban que al llegar al pleno este martes, la iniciativa fuera derrotada.
Sin embargo, el proyecto tuvo incluso más votos a favor, ya que el 18 de febrero pasado recibió el apoyo de 71 países, frente a 35 en contra y 43 abstenciones.
Mientras los partidarios de los trabajos sobre células embrionarias sostienen que la práctica tiene el potencial para curar y prevenir decenas de enfermedades, los opositores afirman que cualquier investigación de ese tipo equivale a terminar con una vida humana.
Cuestión de Conceptos
Además de reafirmar que la aplicación de las ciencias biológicas debe tratar de mitigar los sufrimientos y mejorar la salud de las personas y la especie humana en general, el documento aprobado pide a los Estados miembros que adopten medidas para impedir la aplicación de técnicas de ingeniería genética que vayan en contra de la dignidad humana.
En este sentido, el representante alterno de México ante la ONU, Manuel Gómez Robledo, aclaró que las legislaturas de los diferentes países podrán adaptar estos conceptos a sus propios criterios.
«La utilización de los conceptos ‘dignidad humana’ y ‘protección de la vida humana’ en esta declaración no prejuzga la definición de los mismos, sino que permite a las legislaciones nacionales precisarlos de conformidad con los criterios culturales, filosóficos y religiosos que predominen en cada sociedad y el respeto de los derechos humanos reconocidos por la comunidad internacional», explicó.
Para el doctor Juan Pedro Laclette, director del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, la resolución de la ONU es bastante restrictiva y utiliza un lenguaje ambiguo.
La postura de México a favor de la misma, «significa que en la sociedad mexicana hay posiciones diversas. La posición científica da importancia a nuevos desarrollos terapéuticos, pero los más conservadores valoran las creencias religiosas».
El científico añade que «en el momento de establecer legislaciones ambos puntos de vista cuentan y ambos sectores de la sociedad deben ser escuchados».
Laclette destaca que la votación de la ONU no tiene carácter obligatorio, aunque reconoce que «influirá» en varios países, incluido México.
El titular de Investigaciones Biomédicas se pronunció a favor de una legislación como la aprobada en España, donde el uso científico de células troncales embrionarias humanas está dirigida a investigaciones muy específicas.