Las cientí­ficas mexicanas son discriminadas y bloqueadas

Gilberto Rendón Solares
La Crónica de Hoy

2005-03-09.- Pese a que todos los dí­as produce conocimientos que ayudan al desarrollo cientí­fico y tecnológico, el género femenino aún sufre discriminación, ¡sigue habiendo preferencias en cuanto a seleccionar hombres versus mujeres, sobre todo entre los propios compañeros en la comunidad que desconfí­an de nuestra capacidad!, coincidieron Marí­a de la Luz Olvera y Marta Romano Pardo, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).

Romano Pardo, del Departamento de Fisiologí­a, Biofí­sica y Neurociencias, comentó que la discriminación se da incluso desde la selección de estudiantes, donde hay un resquemor manifiesto hacia las mujeres por su circunstancia biológica.

¡Hay temor, sobre todo cuando las investigadoras son jóvenes, de que se embaracen, tengan hijos, y eso lleve a que no tengan un rendimiento alto en el trabajo, lo cual me parece una barbaridad, pues las mujeres tienen el derecho, si así­ lo desean, de ser madres, y puede que en ese momento no rindan al máximo, pero en general recuperan el tiempo perdido, además son altamente responsables!, comentó.

Es cierto que jóvenes recién egresadas optan en muchas ocasiones por dedicarse al hogar y dejan su carrera, sin embargo esto es cada vez menos frecuente y no puede ser pretexto para no tener las mismas oportunidades que los hombres, destacó la investigadora.

¡Además una buena parte decide apartarse de la vida académica por presión social, de la familia, o de la propia pareja, pues aún es mal visto que la mujer se dedique de tiempo completo al trabajo y descuide al hogar y los hijos. No obstante hoy son menos las que deciden quedarse en casa, pues caen en la cuenta de que su idea de reintegrarse más adelante no es buena, sobre todo en la ciencia, donde se pierde fácilmente el tren, se desvincula del ambiente!.

Marta Romano agregó que la mujer comienza a sobresalir y a tener puestos directivos en instituciones y asociaciones cientí­ficas, reservados hasta hace poco para hombres.

¡Esto demuestra que es posible alcanzar todo lo que uno se propone, cuando le dan las mismas oportunidades que al hombre. Existen en México miles y miles de mujeres valiosas que por razones económicas no tienen la posibilidad de acceder a estudios superiores y mostrar que su trabajo es tan bueno que el de los varones!.

Marí­a de la Luz Olvera, del Departamento de Ingenierí­a Eléctrica, refirió que las mujeres de ciencia ¡aún luchan por tratar de convencer a la comunidad de su capacidad; hay desconfianza pero sobre todo entre los compañeros!.

Afirmó que en cuanto a las oportunidades de desarrollo el problema ya no está en las instituciones públicas, pues existe la confianza ¡en nuestras capacidades sobre todo en los mandos superiores. El problema esta en la iniciativa privada y en los colegas hombres!, insistió.

¡En las empresas privadas las actividades en desarrollos cientí­ficos y tecnológicos para la mujer, son limitadas pues los empresarios piensan en cuestiones como los permisos por embarazo, la familia, y eso no lo veo mal, porque cuidan sus intereses.

¡En los centros de investigación el problema está con los propios compañeros, pues nos consideran incapaces para realizar ciertas actividades que implican el uso de la fuerza pero ese no es un motivo válido!, afirmó.

Si de discriminación se trata, habrí­a que pensar porqué debe haber un dí­a especial para la mujer, y no uno para el hombre. Eso es de cierto modo una forma de discriminar!, agregó.

La inequidad se ve por ejemplo en los grupos de investigación, liderados por varones y conformados en su mayorí­a por mujeres, agrega Analilia Arroyo Becerra, del Instituto de Biotecnologí­a de la UNAM.

¡Ellas aportan ideas, hacen la talacha, administran el laboratorio e incluso se las ingenian para adaptar, arreglar o incluso crear equipo que facilite los experimentos cuando no hay muchos recursos; sin embargo, al final el titular va y presenta ‘sus’ resultados!, recalca.

De acuerdo con cifras recientes, en México la participación de las mujeres en la ciencia ha aumentado en las últimas décadas, y hoy representan alrededor del 30 por ciento de quienes ocupan puestos de investigación.

Estos datos contrastan con una proporción de 50 por ciento de mujeres que ingresan a realizar estudios de posgrado y aún más con el número las que alcanzan puestos de mando o pertenecen a sociedades cientí­ficas de alta exigencia como el Sistema Nacional de Investigadores y la Academia Mexicana de Ciencias, en donde su presencia es del 27 por ciento.

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