El Financiero
26 de mayo de 2005
ESPACIO DEL LECTOR
Señora directora:
En referencia a la nota aparecida el día de ayer, en la columna Agenda Confidencial de Luis Soto (pág. 40), solicito se publiquen las siguientes aclaraciones en el prestigioso diario a su digno cargo:
La Academia Mexicana de Ciencias (AMC) es una asociación civil que reúne a más de mil 800 distinguidos científicos mexicanos, los cuales laboran en diversas instituciones del país, además de algunos destacados colegas extranjeros, incluyendo a varios premios Nobel.
En sus 46 años de existencia, la AMC ha representado un espacio abierto de discusión, de crítica, de confrontación respetuosa de ideas, pero finalmente de encuentro y coincidencia. Su fortaleza en el compromiso y trabajo de sus integrantes y, por su naturaleza, constituye un ámbito idóneo donde el análisis multidisciplinario de la realidad nacional se lleva a cabo de manera independiente.
En este orden de ideas, resulta sorprendente el comentario del señor Luis Soto, en el cual afirma que el presidente de la AMC «sirve» de conducto para enviar mensajes políticos de otros, en este caso, del rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente.
Los comentarios expresados en el discurso que pronuncié el pasado 23 de mayo en Los Pinos, durante la ceremonia de entrega de los Premios de Investigación de la AMC 2003 y 2004, en torno al presupuesto federal otorgado a ciencia y tecnología, no son más que un reflejo del sentir de una gran mayoría de la comunidad científica y tecnológica del país, que la AMC ha recogido a través de las muchas reuniones y foros que organiza. Asimismo, las cifras vertidas en el discurso son de conocimiento público.
Asombra, pues, que el señor Soto suponga que el presidente de la AMC ignore las opiniones de la comunidad a la que representa y afirma que, en su lugar, se preste a ser la voz de uno solo, por cierto, distinguidísimo miembro de la AMC y expresidente de la misma.
Octavio Paredes López
Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias