Isaac Ochoterena, discípulo de Herrera

El Universal
6 de abril de 2009
Rosara Ruiz*
cultura@eluniversal.com.mx

El biólogo enseñó que la observación y la experimentación resuelven controversias acerca de la evolución

En la segunda década del siglo XX, el entonces profesor de la Escuela Nacional Preparatoria, Isaac Ochoterena (biólogo mexicano 1885-1950) elaboró un libro de texto para las lecciones sobre el tema de evolución en esa institución.

Dicho texto, al igual que los de Herrera, fue editado expresamente para el nivel de enseñanza media superior y al igual que aquellos, sirvió también de vehículo para discutir las ideas evolucionistas en México.

La redacción del libro, denominado Lecciones de Biología, fue solicitada por el director de la Escuela Nacional Preparatoria, Vicente Lombardo Toledano a Ochoterena, en ese momento profesor y jefe del Departamento de Ciencias Biológicas. El libro introduce al estudiante, a través de varias lecciones, hacia los asuntos de la herencia, el evolucionismo, la teoría de la descendencia, la variación en Lamarck, en Darwin y por salto, así como la vida de Charles Darwin.

Al abordar el evolucionismo, plantea las posiciones de los espermatistas y de los ovistas, discute y critica la teoría del soma y las células germinales de Weismann y, al igual que Herrera, afirma que las posiciones de Lamarck y Darwin no son incompatibles y que se puede tomar de cada una lo que tienen de positivo. Es notable que a casi 20 años de la opinión expresada por Herrera en sus Nociones de Biología (1904), Ochoterena repita el mismo esquema, con lo que definitivamente se ubica también en la perspectiva neolamarckiana, dentro de las corrientes postdarwinianas. El programa del curso denominado “Curso sintético de Biología”, para el cual fue preparado el libro, contiene, entre otros, los siguientes capítulos: “La herencia, transmisibilidad de los caracteres de la raza y de los individuos”. “Teorías generales acerca de la herencia”. “El Mendelismo”. “Los caracteres adquiridos y el mecanismo de su transmisión hereditaria”. “Variación darwiniana y sus leyes”. “Lucha por la existencia y la selección natural”. “Pruebas anatómicas, paleontológicas y embriológicas del transformismo”. “Crítica de las teorías evolucionistas”.

Ochoterena defiende la idea de la herencia de caracteres adquiridos en el proceso de adaptación del organismo al medio y remite a los lectores al ejemplo de los tripanosomas resistentes al Atoxyl, medicamento con el cual se les combatía. Señala Ochoterena: “… pero si la dosis empleada, bien sea de Atoxyl puro o combinado con la emetina o con otros medicamentos, es insuficiente y si se suministra con cierta constancia, los protozoarios de que tratamos se acostumbran a la sustancia tóxica y constituyen una raza resistente que conserva este carácter adquirido a través de centenares de generaciones …”. Éste y otros son los ejemplos que Ochoterena brinda a los estudiantes para demostrar que la observación y la experimentación permiten resolver la controversia sobre el tema.

Después de presentarlos uno a uno, concluye que: “Estos casos tan elocuentes y probatorios, cuyos resultados son concordantes, nos permiten afirmar que, aunque desconocemos exactamente su determinismo, son en gran número de ocasiones, hereditarios los caracteres adquiridos”. A partir de ambas afirmaciones podemos señalar que entre 1917 y 1922 no hubo cambios en su información y enfoque sobre este tema crucial. En 1922 Ochoterena cuenta ya con 37 años y sus opiniones sobre el tema no difieren absolutamente en nada de las de su maestro Herrera.

Los documentos muestran que Ochoterena le otorgó una gran preponderancia al trabajo descriptivo, que por una parte puede verse como la continuación de una línea de la historia natural y, por la otra, su convicción de indagar en las relaciones que existen entre la forma y la función para precisar las correlaciones entre el individuo y el medio y conocer cómo actúan los excitantes sobre los seres vivos y cómo éstos responden a los estímulos. Es frecuente ver en los artículos de florística, neurología, fisiología e histología de Ochoterena, la mención a los conceptos de evolución, selección, adaptación y supervivencia, entre otros.

Extracto del artículo “La recepción del lysenkismo en México”, de Arturo Argueta Villamar, de la Facultad de Ciencias, UNAM; Ricardo Noguera, de la Facultad de Ciencias, UNAM, y Rosaura Ruiz Gutiérrez, de la Facultad de Ciencias y secretaria de Desarrollo Institucional, UNAM.

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