Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/12/08
México, D.F., martes 29 de enero de 2008
- Los coordinadores de la competencia a nivel estatal y nacional han notado un incremento en el aprovechamiento de los estudiantes y mayor participación de los estados, pero aún persisten deficiencias
- “En México se ha descuidado la enseñanza de la química orgánica en los planes de estudio”, señala Mauricio Castro, coordinador de la Olimpiada de la AMC que se disputa en la ciudad de Oaxaca
- En México se ha descuidado la enseñanza de la química orgánica en los planes de estudio.
Foto: Naixieli Castillo García/AMC
Para Carlos Mauricio Castro Acuña, coordinador de la Olimpiada de Nacional de Química de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), no hay duda, de que la organización de estos concursos académicos estimulan y ayudan a mejorar la enseñanza de esta especialidad en todo el país.
Entrevistado durante la primera jornada de la competencia que se lleva a cabo en la ciudad de Oaxaca, señaló que “hace 17 años –cuando inició la Olimpiada–, de los 15 estudiantes que seleccionábamos para participar en las olimpiadas internacionales, alrededor de 12 eran del Distrito Federal y el área metropolitana, mientras que ahora tenemos estudiantes talentosos de todos los estados”.
Para el investigador de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo que ocurrió fue que el nivel de la enseñanza de la química mejoró a nivel nacional. A lo largo de casi dos décadas de operación, los organizadores tanto a nivel estatal como nacional han observado un efecto multiplicador en los beneficios de la competencia porque los estudiantes que han participado ayudan a su vez a otros jóvenes, y luego forman grupos de enseñanza, lo que va mejorando la educación de la ciencia.
Por ello, el desempeño de México en la Olimpiada Internacional de Química ha sido destacada, pues ha conquistado 5 medallas de oro, 20 de plata, 20 de bronce y 11 menciones honoríficas.
Otro efecto que han notado los organizadores del certamen de la AMC es que, con el tiempo, los maestros se acercan para expresar su deseo de actualizarse para enseñar esta disciplina, porque los alumnos que concursan en la Olimpiada demandan un nivel más alto de preparación de sus profesores.
Además, se ha detectado en qué áreas es débil la enseñanza de la química en nuestro país, por ejemplo, con respecto a otros países, México no ha desarrollado muy buen nivel en química orgánica, en parte porque esta rama está descuidada en los planes de estudio.
“Podemos decir más o menos como está el nivel de enseñanza de la química en el país viendo los temas que se ponen (en el plan de estudios) y analizando dónde fallan más los alumnos, por ejemplo, en (la) química orgánica es una especialidad que sentimos que todavía está poco desarrollada en el país”, dijo Mauricio Castro.
El investigador hizo una invitación permanente a los estados y a las asociaciones de profesores para que revisen estos planes de estudio y que se den cuenta de que a nivel internacional “estamos fallando en algunos temas”.
Por su parte, Laura Bello Fernández Landeros, delegada estatal de la Olimpiada en Oaxaca, explicó que este concurso ha permitido mejorar la enseñanza de la química no sólo a los estudiantes que participan en ella sino en toda la escuela.
“El nivel educativo del bachillerato en química si se ha elevado como resultado de la Olimpiada, porque las escuelas saben que están compitiendo y que necesitamos cierto nivel para quedar clasificados; eso no sólo impacta a los alumnos seleccionados sino a todo el nivel académico de la escuela” expresó.
Además, según la también coordinadora de química del Instituto Blaise Pascal, la Olimpiada les ha permitido notar algunos problemas, como el hecho de que a los estudiantes les falla el entrenamiento experimental.
“La parte de conocimientos teóricos creo que está bastante bien, pero la parte experimental no, necesitan más habilidad; los estudiantes saben lo que tienen que hacer pero incurren en errores de técnica; les falta destreza” indicó.
Asimismo, los coordinadores de la competencia han detectado que las Olimpiadas de la Ciencia de la AMC cumplen con el objetivo de estimular el interés por la ciencia, pues actualmente algunos de los primeros alumnos ex olímpicos ya terminaron sus estudios de doctorado e incluso algunos se encuentran trabajando en universidades tanto de México como de Estados Unidos y otros países.
“De ahí la importancia de crear las condiciones ideales para que estos futuros investigadores tengan un porvenir promisorio en nuestro país y contribuyan a robustecer la comunidad científica”, finalizó Castro.